Tres
larguísimas semanas sin sesionar ni ver a Amo, con tanta fiesta, amigos,
familia y demás se ha hecho imposible pero bueno, es lo que tienen estas fechas.
Esta sesión es especial, al menos para mí, ya que es nuestro primer aniversado.
Mientras cenamos Amo me da una sorpresa, me dice que una amiga que tenemos en común
y que es mi mejor amiga, va a venir a
hacerme fotos con cuerdas de Shibari que brillan en la oscuridad. No me lo
puedo creer, que calladito se lo tenía la cabrona. Ya en su casa, me coloco mi
collar, me informa que me va a grapar el coño y atónita me quedo cuando lo
escucho. No me lo esperaba claro está, pero bueno, probaremos, al final las
ganas siempre me pueden 🦊 Me quito la ropa y Amo me empieza a colocar las cuerdas para
ir ganando tiempo. Conforme me las va colocando, atando y tensando, despacio,
suave, con cautela, precisión, asegurándose que no me aprietan y demás me voy
excitando, Amo me da unos lengüetazos en el coño y me chupa ambos pezones. Mi
humedad no duda en salir y mi respiración se acelera. Una vez que mi amiga ya
está en el piso, me coloco los tacones y nos disponemos con las fotos, primero
soy yo sola y al final proponemos a Amo que se ponga conmigo. Las fotos molan,
además ver como brillan las cuerdas es una pasada.
Una vez nos
quedamos solos damos comienzo a la sesión. Me ordena apoyarme en la pared con
el culo expuesto y me azota con fuet. En el primer golpe se rompe y Amo me azota con la parte rota más larga. El nivel de dolor es seis y sube a siete
como mucho. Amo decide parar ya que no era como esperaba.
-¿Preparada?
-Sí, Amo.
Coge la
fusta de equitación, hoy la vamos a estrenar y ya solamente de escuchar como silva en
el aire me estremezco. Las manos me sudan tanto que se han marcado en la pared.
Me las seco un poco en mi cuerpo, resoplo y respiro para prepararme. Esto tiene
pinta de que va a doler bastante. Dicho y hecho. Amo me da el primer golpe por
los riñones y la punta acaba atestando sobre mis costillas. El dolor es
tremendo y similar a un látigo. De esos golpes que te cortan la respiración y
los ojos se humedecen de tal golpe. Me sigue golpeando con ella sobre mi culo,
pantorrillas, espalda tanto por arriba como por abajo, por la parte de arriba
de los huesos es horroroso. Mi cuerpo se va dibujando con marcas.
-Estas son
las marcas que yo quería. A partir de ahora vamos a empezar a usar la palabra
de seguridad. Ahora todas las sesiones van a ser así que tenemos que despertar
este cuerpo que está muy dormido – me informa Amo.
Yo asiento a todo, asimilando cada
detalle que me da. Preveo sesiones duras como ya me podría imaginar. Me sigue
golpeando por toda la parte de atrás y mi llanto se abre paso sobre mi cara. Me
atrevo a decir que es el objeto más doloroso hasta ahora para mí. El dolor de
los golpes en la espalda se me queda concentrado durante unos largos segundos,
especialmente cuando me da en el hueso. Me quejo, chillo, grito, gruño entre
permanentes lágrimas y mi pie reacciona dando golpecitos en el suelo. Mi cuerpo
empieza a temblar.
-¿Tiemblas
por los golpes o por los tacones?
-No sé –digo
desesperada.
Amo me sigue
azotando y después me pregunta si estoy bien.
-A ver cómo
estamos por aquí –dice mientras toca mi sexo. –Zorra- espeta cuando se percata
de mi humedad.
Amo ahora
coge la pala de pinchos, me tira del pelo quedando mi cabeza y cara tensa y me
azota con ella, me saben tan a gloria que dejo de llorar y disfruto de ellos,
normalmente esta pala me duele pero después de la fusta está siendo un bálsamo
para mí. Me da un aluvión de azotes en ambas nalgas con la pala tanto por la
parte delantera como por la trasera. Me doy la vuelta, frente a Amo y con las
manos en la nuca me azota de nuevo con la fusta por la barriga, por las
piernas, por los pezones, puf que dolor por favor. Me estremezco, bajo los
brazos como si quisiera protegérmelos y Amo me regaña para que los suba y pida
permiso en caso de querer bajarlos. Vuelvo a llorar de nuevo. Me ordena
permanecer con la cabeza alta para no darme con la fusta en la barbilla y cara.
Vuelvo a la pared donde me azota de nuevo durante un rato.
-Ponte de
rodillas mirando a la puerta.
Me coloco en
posición de espera y mientras respiro, cojo aire y mi llanto se apacigua. Amo
se coloca delante de mí, coloco mis manos en sus piernas y topándose con mi
cara me dice que la busque, que use manos pero sin bajar pantalón. La saco por
la parte de la cremallera y la erección de Amo es más que patente. Miro a Amo
provocadora.
-¿Puedo?
-¿La
quieres?
-Sí –mi
sonrisa delata el vicio y deseo.
-Zorra.
Come.
La meto en
mi boca despacio, la saboreo por fin después de tanto tiempo. Amo me da dos
hostias fuertes y me dice que chupe con ganas. Jo, pero si lo estoy haciendo.
Me agarra del pelo y me arrastra por el salón, las rodillas me raspan, llegamos
a su sofá donde ÉL se sienta y de rodillas en el suelo la vuelvo a hacer mía.
-Disfruta de
tu premio.
Hago tres
gargantas profundas, de las de arcada por orden de Amo.
-Buena chica
– me acaricia el pelo y sonrío sin dejar de comer.
Me siento en
el suelo de espaldas a Amo con las piernas abiertas y me toca el coño, me
tortura el clítoris. Me muerde con ganas dos veces los riñones. Me tira y
aprieta de los pezones. Me retuerzo del dolor y gimo del placer. Mi cuerpo
empieza a temblar y a contraerse y en cuestión de minutos me corro llegando al
orgasmo.
-¿Te gusta
la mano de Amo? –le asiento. -¿Te gusta todo lo que te hace Amo?-vuelvo a
asentir y sonrío. –Mi pequeña zorra. Las maravillas que hace un dedo de un
hombre.
No lo sabes
tú bien mi Amo😝 Me tortura de placer, gimo, mis piernas se cierran y me
regaña para que las abra o lo hace ÉL a hostias. Grito y me tapa la boca.
Sutilmente me tapa también la nariz tranquilizándome diciendo que puedo
respirar y que me concentre que es más la sensación que otra cosa. Lo controlo
como puedo aunque deseo que me quite la mano lo antes posible. Con entereza focalizo mi atención en el placer pero teniendo presente la negación de la respiración.
-¿Te dije
que íbamos a subir niveles no? ¿De quién es este coño?
-Tuyo.
-¿Mío?
-Sí.
-Estas
empapada.
Se chupa el
dedo y sigue ensañado en mi coño. Me besa. Mi cuerpo se levanta del placer e
incluso me pongo a cuatro.
-Como me
gusta hacerte sufrir. ¿Te lo estás pasando bien? Estas ardiendo, y por aquí
abajo también.
Sumergida en
mi subspace y con la mirada totalmente perdida, le asiento todo el rato ya que
no puedo reaccionar de otra manera, la tortura no cesa y me corro varias veces.
Amo, aprovechando la situación de excitación y deseo, me declara sus
intenciones al poner con sigilo la mano en mi garganta, oprimiendo poco a poco
cada vez más pero sin exagerar. Lejos de gustarme no me opongo aunque estoy
atenta todo el rato de la asfixia y al final acabo retirándole la mano. Muerde
mi espalda fuerte y me duele, au.
-Ahora te
voy a castigar- me susurra.
Yo ignoro
cada comentario que me dice, es imposible dejar de pensar en la dulce tortura. Finaliza
y me ordena ir a la pared, me siento en el suelo con la espalda pegada a ésta. Me
da una hostia y ordena darle las gracias después de cada una. Mete un dedo en
mi interior simultáneamente con las hostias.
-Gracias
Amo.
Y así en
todas, me cruza la cara, le doy las gracias y coloco la cabeza recta de nuevo. No
las conté pero me dio más que nunca. Diría que entre quince y veinte
aproximadamente. Algún agradecimiento me cuesta más pronunciarlo debido al daño
que me causan. Me sorprendo para bien al conseguir no llorar en ninguna hostia,
es la primera vez que lo supero sin llorar. Tras unas cuantas hostias más
volvemos al sofá y vuelvo a comérsela. Un rato después, me subo a su lado y
quito mis zapatos para seguir con la polla y devorarla a mi manera y a la que
tanto le gusta a Amo. Me aprieta los pezones y gimoteo. Los tengo muy
sensibilizados por los golpes y con tan solo rozarlos ya me duelen. Se fuma un
cigarro mientras. Cuando se lo termina me besa.
-Vaya
lengua.
Restriega su
polla por mi cara.
-¿Esto te
gusta?
Le asiento y
sonrío provocándole mientras saco la lengua para lamerla. Mete un dedo en mi
culo, después en la vagina y se lo chupa. Me azota mientras se la como, ya
sabemos de sobra que los azotes me activan aún más.
-¿Quieres
leche mi niña?
Tras
asentirle, escasos minutos después Amo se vacía en mi boca y trago con gusto su
corrida.
Me preparo
para lo que viene ahora: grapas en el coño. Me siento en el sofá con el culo
casi al borde y las piernas bien abiertas mientras Amo prepara la grapadora y
las tijeras quirúrgicas. Me arropo con una manta por orden de Amo para no
quedarme fría porque estoy temblando. Coge la grapadora y me tapo la cara con
la manta para concentrarme. Echa cristalmina y ya siento como me roza en el
sexo cuando la pega a mi coño para cuadricular cómo irá. Coloca la primera y
doy un grito de dolor y sorpresa a partes iguales. Resoplo mientras miro a Amo
aliviada y orgullosa por tener ya una puesta. Ya queda menos jeje.
-Masoquista
de mierda –me responde con sonrisa incluida y le contesto de la misma manera.
Al colocarme
la segunda veo que en la primera ha sido más la impresión y el miedo a lo desconocido
que otra cosa, duelen pero es soportable, es simplemente el <clack< al
ponerla y listo, al igual que cuando las tuve en la espalda y culo. Amo me
coloca cuatro y una vez tengo todas puestas y ver que está todo en orden me
levanto despacio, con algo de reparo y miedo por si se mueven o cualquier cosa.
La sensación
no la puedo explicar, sientes que lo tienes cerrado y es una mezcla entre sabes
que llevas algo pero a la vez parece que no llevas nada porque no duele. Pues
eso, que no sé explicarlo jajaja. Vuelvo a apoyarme en la pared de espaldas al
salón y retoma los golpes con la fusta de equitación, al decirme que abra las piernas
un poco más de lo que las tenía tiemblo porque temo que me va a dar en el coño
con ella. Me azota por la espalda y se me corta la respiración, aprieto los
ojos, las ganas de llorar vuelven pero me contengo hasta que me doy la vuelta,
manos en la nuca y Amo me da en los pezones desencadenando mi llanto de nuevo y
los tapo impulsivamente para protegérmelos. Amo no reacciona pero segundos más
tarde me ordena volver a poner manos en la nuca de nuevo mientras me atesta
golpes por mis tetas, pezones, barriga, costillas y piernas.
-Respira y
recupérate –me dice concediéndome un descanso.
Cuando me
entono un poco, mis suposiciones anteriores eran ciertas, Amo me da con la fusta
en las grapas y muecas de dolor se hacen visibles en mi cara.
-No por
favor –le suplico entre lágrimas.
Vuelvo a
girarme y apoyarme contra la pared.
-¿Cuánto
tiempo llevas sin azotes, tres semanas no?
Le asiento y
me azota con la fusta de nuevo. En la espalda flipo siempre, se me hacen súper
dolorosos, deseo que pase pronto ya y por momentos se me pasa por la cabeza
parar, estoy bastante dolorida ya y algo débil. Ladeo la cabeza emitiendo
<<Noes> mientras lloro, mis piernas se levantan, pataleo y giro mi
cuerpo. Su hábil y ágil mano llega justo después. Me saben a gloria. Coge la
pala de pinchos y vuelve a darme azotes consecutivos, sin parar, pero
comparando con la fusta de equitación estos golpes ahora no me duelen casi nada, me
suavizan e incluso me relajan. También me atesta golpes con la lámina de cuero
que al igual que con la pala, me dulcifica. Amo me ordena de rodillas, se
coloca delante y pegado a mí.
-¿Quieres
parar?
Tras varios
segundos de duda y ver Amo que no contesto me coge la barbilla con cuidado y
mirándome fijamente a los ojos sigue:
-Por mí ya
está bien Daira, has hecho todo –dice curvando sigilosamente la boca.
-Sí, paramos
por favor.
Amo me ayuda
a levantarme, han sido muchas emociones juntas. Vamos al sofá para quitarme las
grapas. Me dice que me ha visto casi al límite, le respondo sinceramente que no
sé, igual sí pero sigo sin ser capaz de parar por mí misma. Siempre busco hasta
donde soy capaz sin llegar a extralimitarme… El nivel de dolor al quitar las
grapas es cero jajaja no duele nada y ambos nos sorprendemos asique me relajo
mientras las quita y hablamos. Me echa cristalmina para curar y demás y listo 😊
-¿Estás
bien?
-Sí –le
sonrío.
-Vaya
aguante –y sonreímos ambos.
Permanezco
así durante unos minutos para que haga su trabajo la cristalmina y no forzarme
mucho ya que en alguna al quitarla me ha salido sangre. Cuando repongo fuerzas
voy a lavarme para evitar infecciones y demás. Buena experiencia y sin duda la
repetiría 😉
GRACIAS MI AMO.
Daira.
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