jueves, 13 de diciembre de 2018

El ángel de la noche oscura.


Jo, cuanto tiempo ha pasado desde la última sesión, tres semanas eternas y sin ver a Amo. Aunque nos vimos hace dos semanas, no sesionamos, quedamos para ver una peli y poco más. Esta semana también estaba algo dudosa, aunque cuando recibí el mensaje de Amo dándome las órdenes para la sesión, ya era fijo que si quedaríamos. Las órdenes eran sencillas: Te quiero guapa, de negro y tacones. Tráete la cinta que compraste. Al leer lo último me imaginé lo que podría pasar, llevábamos tiempo queriéndolo hacer pero por circunstancias no se había podido. El jueves me dispongo como siempre con los preparativos, aunque tenía claro desde un principio lo que llevaría. Mis taconazos, vestido y medias negras, y por supuesto mis labios rojos. No sé por qué pero estoy especialmente nerviosa… joder ni que hubiese pasado un año sin vernos jajaja.
Una vez que ya estoy con Amo, ÉL me nota mi nerviosismo pero disimulo y le hago creer que es el frío (que también eh, que conste). Mientras cenamos, hablamos y poco a poco calmo los nervios, nos ponemos al día y demás. En su puerta, permiso para entrar, hablamos y acordamos temas futuros.
-Busca en el primer cajón del mueble, a ver que dos cosas te llaman la atención.
Como una niña chica e ilusionada voy a buscar en el cajón, lo primero lo veo nada más abrirlo, son las chinchetas, yo misma le pedí a Amo que quería probarlas jeje, lo segundo me cuesta un poco más ya que está en una bolsa y no quería chinchorrear las cosas que no son mías. Cuando Amo me dice que está en una bolsa el olfatillo de perra no falla, la encuentro de inmediato, la grapadora!!!! Mis sospechas eran ciertas. Amo me dice que le ponga una en el brazo para probar, dudo mucho en hacerlo pero me anima para que lo haga ya que no me pasará nada, y aparte se me hace raro hacerlo. Curo su sangre con alcohol y un disco desmaquillan te, le cuido hasta que deja de sangrar. Amo se va a la ducha. Espero a que salga para vestirme, ya que así me había mandado. Mientras prepara las cosas yo me preparo. Al salir del baño e ir hacia el salón, Amo no me quita ojo de encima.
-Lista –le digo sonriendo ante su ardiente mirada.
-Ya echaba de menos verte así.
Me agarra de las manos y me da una vuelta. Me besa y chupa mi cuello.
-No sé por dónde empezar –me dice mientras sigue mirándome. Que buena estas. ¿Preparada?
-Sí –le sonrío tímidamente, y le sigo hacia un sillón, donde me pongo frente a éste.
-¿Te acuerdas de <la secretaria>?
-Sí.
-Pues apoya los brazos en la madera.
Me quito los zapatos para poder llegar mejor, me subo de rodillas al sillón, apoyo los brazos en los brazos de éste, bien pegados y Amo me ata las muñecas y parte de ambos brazos.
-Estás preciosa así –me susurra.
Bajo tímida la mirada y siento que sonríe, sabe que siempre actúo así. Amo nos conduce a ambos hacia el otro lado del salón, cara a la pared y de espaldas a ÉL. Me incorporo para exponer el culo y entregarme a mi Amo. Me pone una corbata en la boca, una vez que la tengo bien sujeta con los dientes me la ata a la cabeza. Me entrega una cajita de chinchetas por si necesito parar tirarlas al suelo.

-¿Preparada?
Asiento convencida, con ganas y ánimo.
-Demasiado blanco – dice refiriéndose al culo.
Sonrío pensando exactamente lo mismo, sí, lleva mucho tiempo blanco 😞 La telonera de la noche no podía ser otra que la hábil mano de Amo. Los primeros son suaves, apenas me duelen, y poco a poco va subiendo intensidad y fuerza. Me da seguidos y rápidos y arremete puñetazos. No emito el más mínimo sonido. Por ahora claro… Me muerde ambas nalgas, empezando por la izquierda y terminando en la derecha. Coge el flogger, me azota por la espalda para ir entrando en calor y después traza un recorrido hasta llegar al culo donde atesta golpes progresivamente, cada golpe nuevo lleva un poco más de dolor. La pasea por mi culo mientras Amo se aleja a por otro objeto. Al regresar hacia mi sitio, mete un dedo en mi interior y lo chupa. Me azota con la tira de cuero que me obliga a dar un respingón por la sorpresa y el dolor.
-Esto lo conoces ¿eh?
Asiento. Me azota fuerte con ella durante un rato, aquí mi boca ya empieza a quejarse y mi respiración a entrecortarse. Amo coloca la tira de cuero en mi espalda, la sostengo con cuidado para no hacerla caer mientras va a por la palmera y me azota con ella.
-Ya va cogiendo color.
Acaricia mi culo con pequeños redondeles. En cada golpe emito varios gruñidos de dolor. Tras finalizar con ella y dejar en su sitio ambas cosas, me chupa el culo.
-¿Te gusta perrita?
Asiento y respiro. Coge otro juguete, me percato de lo que es sobre todo cuando un zumbido en el aire me saca de mis pensamientos. La posa en mi coño unos segundos y después la mueve hacia delante y hacia atrás despacio y suave, eso me excita y me echo hacia delante esperando el golpe en el coño que nunca llegó, por suerte. Me tira del pelo.
-Esta zorra necesita vara –espeta Amo.
Empieza con los golpes sobre mis nalgas, hacía tiempo que no la usábamos y ya apenas recordaba el dolor que se sentía (que no significa que no me acordase de lo que duele, eh) jajaja.
-Dijimos que íbamos a subir de niveles ¿no?
Le asiento, instintivamente empiezo a contar para mí por si se le ocurriese a Amo preguntarme, en el azote catorce decido dejarlo y centrarme únicamente en el dolor. Me golpea la entrepierna también, aquí me duele horrores siempre, son insoportables para mí. Me desata la corbata pero la dejo quieta en mi boca, Amo no me ha dicho que la suelte asique por si acaso… no la suelto. A parte que me da morbo tenerla 😊
-¿Estas bien? –Asiento- ¿Quieres seguir? –Vuelvo a asentir- Puta. ¿Hasta doscientos otra vez?
Me encojo de hombros a modo de: no sé si los aguantaré pero vamos a intentarlo. Ambos sonreímos. Me azota fuertemente con ella, me encojo, mis piernas empiezan a temblar, gruño y me quejo. Vuelve con su mano, me saben a gloria esos azotes. Me baja el tanga, toca mi evidente humedad y después me ordena quitármelo. Coloca una toalla debajo de mí ¿Qué irá a hacer? Pues… se sienta en la toalla y se acopla entre mis piernas, sonríe al ver que tengo la corbata aun en la boca y después de llamarme zorra me la quita para seguidamente atacar a mi coño con su lengua viperina, haciéndome retorcer de placer en el sillón y llegando varias veces al orgasmo.
-¿Te gusta perrita?
Le asiento entre jadeos. Me azota simultáneamente que me devora el coño. De vez en cuando agacho la cabeza para observar a un Amo concentrado y disfrutando a la vez de mí, al igual que yo de ÉL.
-Joder – consigo decir entre jadeos y gemidos.
Cuando llego al último orgasmo, siendo el más intenso de todos, Amo para. Estoy temblando, soy incapaz de levantarme y me quedo un rato en el sillón mientras recupero el aliento. Amo va a por algo y cuando regresa me levanto.
-¿Qué te pasa que te tiembla todo? –se mofa
-Puf, no lo sé –le digo sonriendo.
Ambos reímos. Me toca mi húmedo sexo.
-Madre mía como estamos por aquí-me dice.
Estoy chorreando, literal. Expongo el culo de nuevo y Amo la introduce en mi interior despacio. Poco a poco va cogiendo más ritmo, fuerza, intensidad y placer. Amo se deshace de toda su ropa. Me folla tan duro que incluso se me levantan los pies del suelo y a pesar de que Amo me tiene cogida por la cintura  acabo de rodillas en el sofá inconscientemente. Me desata de las cuerdas y del sillón quedando mis brazos libres, los sacudo para avivarlos y vuelve a follarme. Tira de mi pelo. Me levanta y vamos al sofá, Amo se sienta y me acerco a su polla creyendo que era para eso pero me dice que nanai, que donde voy jajaja. Me subo encima de ÉL, le cabalgo, me muevo, tengo muchísima calor y Amo me da permiso para quitarme el vestido. Se lo agradezco.
-Que calentita estás. Como te gusta cabalgar.
Me besa, nos miramos y sonreímos cómplices.
-Eso es, fóllame.
Sigo moviendo mis caderas, de arriba abajo y hacia delante y hacia atrás. Me saca un pezón del sujetador y lo chupa obligándome a gemir más. Tira de mi pelo. Sutilmente le “araño” la cabeza, bueno, se la masajeo🙂 Mete un dedo en mi culo. Tras varios vaivenes de cadera más, Amo me coge en brazos, varias embestidas de pie y después me lleva a la mesa redonda. El frío cristal me alivia en mi dolorido culo. Permanezco sentada ya que Amo no me ha dejado echarme hacia atrás. Vuelve a penetrarme fuerte y duro, le rodeo la cintura, me besa, piernas en hombros, abiertas de par en par….etc. etc.
-Que suave. Me encanta follarte.
Ambos miramos como entra y sale la polla de mi interior. Agarro los dedos de Amo y ÉL me los aprieta fuerte. Me tumbo y Amo me trae un cojín para la cabeza y espalda. Estoy bañada en sudor. Nos miramos, sonreímos cómplices, jadeamos y gemimos juntos. Me toca “el botón” y me retuerzo literalmente en la mesa llegando a nuevos orgasmos y temiendo seriamente en caerme aunque no pensaba en eso precisamente. Me hace callar por mis sonoros gemidos. Me bajo de la mesa y me apoyo exponiendo de nuevo el culo, me pongo los tacones para darle mejor acceso a Amo. Me sigue follando y vuelve a torturarme con “el botón”, me ofrece sus dedos para chuparlos y así acallar mis gritos de placer y tras infinitas embestidas, Amo finaliza con la más dulce tortura. Descansamos unos minutos, voy temblando hacia la mesa despacio, bebo agua, me duele el culo y me siento en el sofá hasta que Amo regresa del baño y me levanto para la siguiente orden. Me ordena sentarme en el otro sofá mirando al frente, se sienta a mi lado y me vuelve a torturar “el botón”. Me remuevo por el sofá, cierro las piernas y me regaña “calmado”.  Mete dedos en mi interior esporádicamente. Me corro.
-Abre las piernas Daira –dice algo enfurecido.
Amo me dice que le masturbe mientras tanto y así me entretengo mientras ÉL me putea, asique me pongo manos a la obra y nunca mejor dicho jajaja.
-Ya no sabes a que atender eh –se cachondea.
“Botón”, polla, “botón”, polla…si me centraba en “el botón” perdía el ritmo de la paja y viceversa jajaja, pero al final controlé todo😎 Por fin llega el momento que tanto ansiaba escuchar de la boca de Amo, que se la comiera. Me giro, me pongo a cuatro, quito mis zapatos y con urgencia la meto en mi boca para saborearla después de tanto tiempo, ya la echaba de menos y ¡qué ganas le tenía!
-Mírala como se tira. Tres semanas sin leche de Amo, ¿eh pequeña?
Jajaja cuanto vicio. Le asiento y sonrío provocativa y perversa. Amo coge un cigarro y se lo fuma mientras, el cenicero lo coloca sobre el hueco de mi espalda, al principio rezo para que no se caiga pero después ignoro que lo tengo. Cuando termina me lo quita y lo deja en la mesa y en otra posición sigo disfrutando de la polla de Amo.
-Es tuya, disfrútala.
Sus palabras alimentaban mi apetito. Mi boca la atraía cada vez más profundamente. Me araña la espalda de abajo arriba.  Después, interpretando las señales de su cuerpo, sentí que llegaba a un punto de inflexión y reduje el ritmo hasta vaciarse en mi boca, sin dejar rastro y tragando con ganas.
-Mi chica, madre.
Me acerco a ÉL, me besa y nos abrazamos, yo por supuesto aprovechando la ocasión para manosearle la espalda. Nos levantamos, me ordena ponerme el tanga y los tacones y voy hacia donde se encuentra Amo preparando las cosas. Grapadora, alcohol, cristalmina, cinta de raso, discos desmaquillantes… Amo me echa cristalmina y pone una grapa en el culo para probar, la verdad que apenas me duele asique se me pasan aún más los nervios, aunque ganaban más las ganas de todas formas. Comprobamos que la grapa no se sale que era lo que más preocupaba a Amo y seguimos. Coge los trozos de cinta que previamente había cortado y preparado y me los va grapando sobre distintas partes de mi cuerpo. Me coloca una en cada nalga, una en cada lateral de la espalda y dos en cada brazo, haciendo un total de ocho. La idea era hacer un ángel. Las grapas en la espalda y en los brazos duelen mucho más que en el culo, ya me había hecho yo ilusiones con la del culo. El dolor al poner la grapa es como si te diesen un calambre y persiste durante unos segundos. Me gusta 🤤Una vez tengo todas las cintas colocadas y grapadas, voy a la pared para que Amo forme el ángel, colocando las cintas a la pared y sujetándolas con chinchetas. Amo me ordena tirar hacia delante y tras un brevísimo instante de duda, ando y tiro de las grapas para hacerlas quitar de mi cuerpo. Duele pero se quitan enseguida y es un dolor efímero. Amo me informa de que la sangre ya empieza a brotar, jo que ganas de verlo, por suerte Amo lo grabó todo😊 Me cura con alcohol y me sorprendo cuando no me escuece nada. Veo los discos desmaquillantes en la mesa manchados de sangre, joder me encanta.
-Ala de sangre –le digo a Amo ilusionada.
-Sí – y sonríe.

Una vez que estoy curada, pasamos a mi petición, las chinchetas 👏Colocamos una gran cantidad en el suelo y me siento sobre ellas. Amo se tumba en el suelo a mi lado. La gracia era hacer fotos y ver las chinchetas que quedaban clavadas en el culo al levantarme. La primera vez no surte mucho efecto asique como perfeccionista y cabezona soy un rato le pido a Amo hacerlo otra vez.

Por supuesto me lo concede y me quito los zapatos porque se me escurren y me dificulta sentarme. La segunda se clavan algunas más pero tampoco las suficientes asique ponemos más chinchetas en el suelo, cambio de estrategia y lo hago de la forma que me dice Amo, en lugar de sentarme directamente, mejor estirar las piernas y dejarme caer. La sensación es brutal, me encanta, a la vista está que provoco a Amo todo el rato para hacerlo más veces. A la tercera va la vencida  ✌Quiero volver a repetir Amo, y las grapas, también  🤤


 












GRACIAS MI AMO 💜

Daira.

martes, 20 de noviembre de 2018

Anzuelos


Demasiados altibajos en estas dos últimas semanas, especialmente la pasada. Después de hablar con Amo ya todo está más o menos en orden. EL jueves pasado nos vimos para hacer Shibari y demás. Todo guay, me encanta el Shibari. El domingo recibo un mensaje de Amo con una foto de una marioneta diciéndome que vaya pensando ropa y maquillaje de muñeca para la siguiente sesión, que me pondrá anzuelos en los pezones y haremos fotos bedesemeras con temática de marioneta. La idea me gusta aunque como soy tan sumamente rallada paso los dos días así, pensando y agobiándome qué ropa ponerme y cómo maquillarme, ya que no es precisamente mi punto fuerte. Veo tutoriales en YouTube para coger alguna idea que no sea muy difícil pero tampoco muy sencillo, ya que me pongo intentaré hacerlo lo mejor posible y sacar fotos chulas. La idea es así más o menos con los anzuelos. Me maquillaré así y de ropa iré de colegiala.
Por fin martes, me encuentro con Amo y como siempre hablamos de nuestras cosas, momento en el que mis nervios van calmándose y alterándose a la vez. Cuando llegamos a su casa y tras el permiso de Amo para pasar, me quito el collar de calle (vamos a llamarlo así) y me pongo el de perra. Le expongo algunas cosas que me gustaría probar con chinchetas y conversamos sobre los anzuelos. Como toda práctica nueva me da algo de reparo, miedo y respeto pero la curiosidad siempre mata a esta perra y quiero probarlo. Tengo sentimientos encontrados con los juguetes punzantes🙂 Coge uno, le tenso la piel de la mano y prueba primero con ÉL. Una vez que ve que todo está correcto prueba conmigo, yo aparto la mirada para no verlo.
-No sabes lo que me pone esto.
Yo sonrío por lo bajini, me gusta verle disfrutar aunque yo sufra, para eso estoy ¿no? Lo va insertando despacio, me duele bastante, va rompiendo la piel pero no consigue que rompa la última parte para que salga al exterior. Pero bueno, ha sido una prueba, después seguimos cuando llegue el momento.
Amo prepara cosas en la mesa del salón y se mete a la ducha. Yo espero fuera a que salga y me dé órdenes. Deambulo por el salón mientras pienso en la sesión y mi humedad se va notando. Cuando sale, me ordena quitarme toda la ropa excepto el tanga y coger una toalla para llevarla al salón. Me toco el sexo para comprobar si era cierto que estaba mojada con tan solo pensar y sí, ya estaba excitada sin apenas hacer nada. Coloca una silla delante de la mesa y me siento en ella. Me ata a ésta con un cinturón por debajo de las tetas, mete una cuerda por la anilla del collar y la tensa quedando muy justo de mi cuello, casi ahogándome. Meto las manos por los barrotes de la silla y me las ata con cuerda.
-Tú si quieres moverte o lo que quieras puedes hacerlo –dice mofándose.
 Estoy inmovilizada por la parte de arriba.
-¿Todo bien?
-Sí, menos el collar que me aprieta un poco pero sé que está hecho aposta.
-Así es. Primero te voy a torturar un poco. Respira y prepárate.
Amo sabe que es mi técnica de preparación antes de cada sesión. Respecto al collar, al no tener sensación de ahogo no hice parar a Amo, sino si ya que es mi límite. A parte sé que Él no haría nada que yo no quiera.
-Hoy tenemos dos juguetes nuevos, uno te va a gustar más que el otro.
Con delicadeza deja reposar el flogger en mi pierna mientras me enseña los dos juguetes: una doble tira de baqueta y una tira de cuero.
-¿Preparada?
-Sí Amo.
Me da un golpe en la pierna con cada uno de ellos, me quejo, duelen mogollón, me dejan marca. Me pregunto seriamente cuál objeto era el que se supone que me iba a gustar jajaja, la leche como duelen. Cojo aire por la nariz y lo expulso por la boca cuando un primer golpe inesperado me saca de mi momento preparatorio obligándome a dar un respingo de la sorpresa. Amo me azota por la barriga, por las tetas, por el pecho que se pone rojo con tan solo unos escasos golpes. Bajo la cabeza y me regaña.
-¿Te lo estás pasando bien putita?
Asiento y sonrío, no puedo disimularlo. Me sigue azotando fuerte por todo el cuerpo. En las tetas me duele muchísimo, la respiración se me corta, mis piernas no dejan de moverse, de levantarse inconscientemente. Los pezones están muy dolidos y con cada golpe aumentan las ganas de llorar. Siento rabia. Cierro y aprieto los ojos para evitarlas pero acaban saliendo. Amo sigue golpeándome con destreza y sin nada de delicadeza. En cada golpe aparto la mirada y giro mi cabeza hacia un lado. Se sienta encima de mí, me tensa el pelo hacia atrás y me regaña:
-¿Por qué no has mandado la última sesión todavía?
Al ver que no contesto Amo me vuelve a regañar y me cruza la cara dos veces.
-No tengo paciencia para las preguntas.
-Se me ha olvidado –digo entre lágrimas.
-¿Se te ha olvidado? No me gusta que no me hagas caso. ¿Vas a volver a hacerlo?
Niego con la cabeza, no puedo hablar.
-¿Estas bien?
-Sí Amo.
Se lo repito aumentando el timbre de voz y a la tercera va la vencida. Amo se levanta, coloca un plato, un barreño con agua y un trapo junto a mi pie derecho y unas pinzas junto al izquierdo. Enciende dos velas y me pone una en cada pierna:
-Como te gusta mucho mover las piernas te pongo esto. Estas si queman, asique en cuanto notes que te empieza a quemar me avisas para quitártelas a tiempo. ¿Entendido?
-Sí Amo.
Bueno, ahora entra en juego la dominación mental asique gestiono a mi cerebro obligándole a que no se derrame ni una gota de cera, para ello no puedo mover las piernas bajo ningún concepto. Amo continúa golpeándome con el flogger fuertemente por todos lados, especialmente por los pezones que es por donde sabe que más duele y puedo moverme. Con mis ojos cerrados y apretados bajo miles de resoplos y respiraciones, consigo mi objetivo: no muevo las piernas y las velas siguen tal cual 👏
-Bien –me dice Amo.
Las apaga, me las retira y echa cera en las piernas segundos después, no quema nada. Amo me libera de toda cuerda y cinturón, me levanto, coloco la silla, me hago una coleta, quito mi tanga y dejo la toalla en el sofá. Me toco el sexo y estoy húmeda. Tras las órdenes de Amo, me coloco donde me dice y coloca las pezoneras de acero inoxidable con cadenas y clips, es decir, las que duelen horrores. Tengo los pezones sensibilizados y al ponérmelas doy un gritito, me duele mucho.
-¿Vas a sufrir por mí?
-Sí Amo.
Me pongo de espaldas a Amo con las manos en la nuca y me azota con el flogger por toda la espalda, algunos golpes me dan en las pezoneras y quejas salen por mi boca mientras mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas.
-¿Estás bien?
Como solo asiento, Amo me regaña, o quizá sea porque no se ha dado cuenta que he asentido, no sé.
-Estate atenta, no te relajes.
-Estoy atenta – me defiendo.
Si no contesté no fue porque no estaba atenta, simplemente que tenía mucho dolor y no podía pronunciar las palabras. Además yo suelo ser mas de asentir que de hablar porque estoy concentrada.
-¿Cómo estás mejor para ponerte el culo rojo? ¿Apoyándote o así de pie?
-Apoyándome –digo entre sollozos.
Apoyo las manos en la mesa y cuando estoy lista Amo me golpea primero con el flogger para ir calentando el cuerpo y culo, dos fuertes golpes en la espalda me hacen girarme y decirle que tenga cuidado por esa parte ya que ha sido en la parte de la columna y las cervicales y me ha dolido mucho. Ahora me calienta con su hábil mano mis nalgas. Me toca el sexo y chupa su dedo. Coge la doble tira de baqueta.
-Vamos a ver si te tiemblan las piernas.
Me golpea durante minutos con ella, apenas me hace daño y en cada golpe me salen gemidos, es similar al cinturón.
-Vamos a cambiar que no te hace nada, normal con este culo de piedra.
La cambia por la tira de cuero, por dios esta sí que duele horrores, Amo no me golpea muy fuerte porque mientras me calibra se da cuenta que hace demasiado daño con golpes flojitos, asique con los fuertes no os quiero ni contar… Grito, me remuevo, me ladeo, levanto la pierna, resoplo, cierro los ojos, contraigo la cara, muecas de dolor aparecen en mi cara y un sinfín de señales de dolor. Amo mete dedos en mi boca para acallarme, me concentro en los dedos y paseo mi lengua suave para ignorar al dolor, o intentarlo al menos. Tras varios golpes más, Amo para. Con un trapo mojado alivia mi espalda y culo, dándome así mientras tanto un descanso para que respire. Siento alivio, frío y ardor a la vez. Mi cuerpo tiembla, especialmente las piernas. Ahora coge la pala de pinchos y atesta golpes contra mí.
-Menudo regalo me hiciste, al final no te va a gustar tanto habérmela regalado.
Pues sí, justo eso se me estaba pasando por la cabeza jajaja. Mi culo y espalda se arquea en señal de recibimiento a los golpes. Me golpea en ambas nalgas, en las pantorrillas, muslos, entrepierna e incluso en la curcusilla y me hace mucho daño.
-Joder –digo entre sollozos y rabia.
Lloro, me muevo hacia un lado de dolor, algunas veces Amo me da segundos para volver a mi posición y otras no. Me bloquea un poco con su mano para imposibilitarme el movimiento y atesta un aluvión de golpes quedándome apenas sin respiración por el dolor. Apoyo los codos en la mesa y esporádicamente Amo me sigue azotando mientras oigo como coge algo. Sé sus intenciones. De repente siento la polla de Amo entrar en mí despacio acoplándonos el uno al otro. Con el vaivén de los movimientos algo me va rozando en el clítoris que no pude identificar y en cuestión de segundos me corro. Me tira del pelo y jadeo para convertirlos en gemidos después.
-¿Te gusta? –Asiento con sonrisa picarona – A mí también –dice Amo entre jadeos.
Me araña la espalda y mete dedos en mi culo simultáneamente con la penetración. Me siento en la mesa y abro mis piernas para después acabar rodeándole a Amo por la cintura.
-Me encanta ver como entra y sale.
Aunque mi posición no me lo permite, miro para ver porque a mí también me gusta J Me tira del collar, nos miramos, sonreímos, la cara de Amo irradia placer y excitación. Me atesta una inesperada penetración profunda y dura. Subo las piernas a los hombros mientras me sigue follando. Me coge en brazos y me lleva a la habitación.
-Hay que aprovechar este momento. Ponte a cuatro, como a mí me gusta.
En posición perrita Amo me penetra de nuevo, me echa la colcha por encima de la cabeza y escasos minutos después me la quita, no sé si era por si gemía mucho para evitar tanto ruido o porque quiso sin más. Gimo bajito para “tener contenta “a la vecina molesta y no nos corte el rollo. Me toco el clítoris simultáneamente y mete dedos en mi culo.
-¿Te gusta así, todo a la vez?
Asiento entre gemidos y después Amo me penetra por el culo. Yo no dejo de tocarme. Araño la colcha. A ambos nos gusta. Amo la saca, coge algo que después de curiosear me percato que es el Súper Hitachi y le sigo hacia el salón. Con una toalla en el suelo, me pongo de rodillas mientras Amo se sienta en el sofá y me deleito con vibrador y polla. Me obliga a garganta profunda en varias ocasiones. Me tira de los pezones y gruño y me da hostias porque se supone que no chupo y después me da más bofetones porque se supone que le he mirado mal. Supongo que del dolor de los pezones y la rabia de que me diga que no chupo cuando sí lo estoy haciendo me habrá llevado a mirarle con rabia involuntariamente.
-¿Quieres leche? –Asiento – Hoy me voy a correr de una manera especial, vas a tener dolor mientras.
¿Cómo? No entiendo nada… me azotará o algo claro está, pero no ubico posición ni nada…no sé. Amo me exige darle tres orgasmos y al finalizar cada uno de ellos, separar el Hitachi cinco segundos de mi clítoris. En el tercer orgasmo tengo que pedirle permiso que por supuesto me lo niega, aunque segundos más tarde me lo acepta. Amo me mira mientras me masturbo.
-¿Y esa cara de quién es?
-Tuya.
Le aviso cuando termino y apago el Hitachi. Caminamos a la mesa redonda y apoyo la cabeza y cara de lado en el frío cristal. Se la como mientras a Amo buscando su leche. Me motiva diciéndome que ya casi lo tengo y se corre en mi cara dejando que caiga corrida en la mesa.
-Límpiala hasta que no dejes nada.
Limpio la leche y al unísono Amo arremete en mi culo con la pala de pinchos de nuevo hasta que deje la mesa limpia como una patena. Los golpes me hacen muchísimo daño, me cortan la respiración pero no dejo de chupar para acabar cuanto antes. Cuando no hay ni rastro de leche en la mesa, levanto la cabeza y un <Joder> sale de mi boca por el daño que me están provocando los golpes e inconscientemente lanzo una mirada fugaz de rabia hacia Amo. Me incorporo y Amo se señala su pecho con golpecitos indicándome que vaya para darme un abrazo. Me acurruco en ÉL y respiro. Me pregunta si estoy bien y me da un beso en la frente. Le traigo agua y bebo yo también, estoy seca. Descansamos un rato y me preparo para lo más difícil de la sesión: los anzuelos. Cojo las pinturas necesarias y demás y voy al baño a prepararme. Me pinto más tranquila de lo que pensaba pero intento no demorarme mucho para no hacer esperar a Amo demasiado. Pues oye, al final creo que no me ha quedado tan mal el maquillaje, algo de muñeca tengo jajaja. Me pongo la falda de colegiala, medias y tacones. 
 Ya pintada y vestida para la ocasión, me siento enfrente de Amo, estoy muy nerviosa y ÉL intenta tranquilizarme. Me echa cristalmina y comenzamos con las manos, primero la izquierda y después la derecha. Mientras Amo va insertando el anzuelo y rompiéndome la piel yo aparto la mirada, prefiero no verlo y así concentrarme mejor. Duele muchísimo, es un dolor intenso, profundo y concentrado. Como si te rajaran. Escucho el “clack” avisándome de que ya ha traspasado toda la piel y ha salido por el otro lado. Miro mi mano y me da reparo, joder puta curiosidad siempre de mirar todo, Argg. Amo se preocupa en todo momento de mí, le digo que estoy bien y que siga con la otra mano, ya que estamos puestos no voy a dejarlo a medias, respiro y pongo la otra mano repitiendo exactamente lo mismo que con la otra mano, no miro, esta vez le cuesta a Amo un poco más romper la piel. Respiro, resoplo, suspiro, me quejo, gruño, sudo como un pollo, duele mucho, que pase esto ya por favor. El “clack” me vuelve a avisar de la victoria sufrida. Tras asegurarnos que estoy bien y todo está perfecto, coge otro anzuelo para ponernos manos a la obra con los pezones. Las manos me duelen, el dolor se queda ahí intacto, no se va en ningún momento e intento no mover mucho las manos porque me da un poco de grima verlo en mi mano enganchado. Vuelvo a resoplar, Amo me dice que lo dejamos si no quiero seguir, pero le digo que sí, que probamos al menos. Lo hago sobre todo por ÉL, sé que disfruta con esto, aunque tengo curiosidad también para saber qué se siente. Echa cristalmina en el pezón y contraigo la cara con apenas rozarme la punta del anzuelo en éste, no quiero ni mirar, muecas de dolor aparecen en mi cara, ojos cerrados y gruñidos se hacen eco todo el rato del salón.
-¿Cuánto queda?- pregunto desesperada.
-Un poco –me informa Amo.
-No puedo llorar que se me corre el maquillaje –digo excusándome y convenciéndome de que puedo. 
-Es lo más normal del mundo pensar en eso mientras te pongo anzuelos –dice irónico Amo y se ríe.
Gestiono a mi cerebro, me concentro pero el dolor es tan insoportable que soy incapaz de mantener una concentración. Todo queda en segundo plano, solo está presente el dolor y mis ganas de que Amo por fin inserte todo el anzuelo. Estoy a punto de llorar, no aguanto más el dolor. Amo lo da por imposible y decide dejarlo porque ve que al final me desmayo debido al extremo dolor aunque yo no me encontraba mal del todo. Las manos me tiemblan un poco y estoy algo aturdida. Mantengo todo el rato la cabeza agachada con los ojos cerrados mientras me recupero y tengo algo de rabia por no haberlo conseguido hasta que Amo me obliga a mirarle.
-¿Estas bien?
-Sí- le sonrío para asegurar.
-Bonita.
Amo se dispone a quitarme los anzuelos de la mano, empieza por el derecho ya que le preocupa más debido a que ha cogido más carne y ha costado más meterlo. Con cautela y cuidado lo va sacando muy despacio, me duele pero lo soporto mejor. Con la mano izquierda es necesario utilizar unas tenazas porque no sale bien, asique Amo rompe el extremo del anzuelo y así puede sacarlo sin dificultad. Me cura con cristalmina y alcohol.
-Valiente – me dice y me da un beso.
Amo me quita el collar. Creo que es la primera vez que lo hace. Estoy algo alterada, demasiada tensión, emociones y sentimientos acumulados. Permanezco sentada en la silla un rato por si al levantarme no me reaccionan las piernas y Amo me trae agua. Toca mi alterado corazón para que me relaje y recupere su ritmo. Una vez que me creo preparada me levanto y las piernas me flaquean un poco pero por suerte estoy bien 🙂
GRACIAS AMO.



Daira.

jueves, 8 de noviembre de 2018

Cumpleaños feliz 🎈


Semana intensa, especial, emotiva, con regalos, miles de felicitaciones, dedicatorias y por supuesto sesión especial 😊
Esta semana Amo me pidió llevar cinta de raso para poner <JOTA> en mi cuerpo con la grapadora, aceite de masaje y bolas chinas. La grapadora al final no pudimos utilizarla ya que eran necesarias otras cosas para poder usarla con seguridad. Conozco a Amo y aunque no me esperaba nada de lo que hizo, sabía  que con el más mínimo detalle haría especial mi cumpleaños y la sesión.
Mientras esperamos la cena Amo me ordena ir al baño a ponerme las bolas chinas y cuando salgo tengo un regalo en la mesa. Es un libro que hace tiempo le pedí prestado para leerlo pero lo había dejado y aun no se lo habían devuelto. Después de dos meses pudo conseguirlo jajaja. En la portada del libro había una dedicatoria que leo con emoción y agradecimiento a Amo por el detalle. Noto como con sorpresa me mira el cuello, llevo un collar finito típico que se pone muuuucha gente para decorar pero yo lo llevo con otro significado, simbolizando mi sumisión pero más disimulado eso si jeje, así puedo llevarlo a todos lados. Ya en la puerta de su casa me da permiso y entro rápido. Bueno, como ya sabéis, la rutina de siempre: hablamos, opinamos, me prepara un poquito para la sesión, etc.
-¿Tengo que recordarte que tienes que ponerte el collar? –me reprocha por lo sucedido en la anterior sesión.
-Tengo este puesto, no sé si te has dado cuenta –le digo tranquila.
-Sí, lo he visto y me gusta.
Sonrío orgullosa y me pongo mi collar de perra. Me enseña el palo de la palmera, es largo, fuerte y duro. Uf...tiene que picar.
-A ver si lo rompemos –me dice Amo.
Mientras la observo, la analizo, la miro de arriba bajo, por delante y por detrás…Amo prepara la ropa para meterse a la ducha. Acudo a su llamada y voy hacia el baño con ÉL para cortarle el pelo. Al ser la segunda vez que lo hago voy más segura y tranquila. Le acerco y preparo la silla a Amo que se sienta de espaldas a mí y cojo la maquinilla y empiezo a pasársela despacio por la parte trasera de la cabeza, después Amo se da la vuelta y hago lo mismo por delante mientras su mano merodea por mi pierna suave y lentamente, me excito y sonrío aunque esta vez no alargo el corte de pelo (bueno un poquillo sí jeje). Me dice que está pensando ducharme con ÉL, aunque esto no lo tenía pensado. ¡Bien! Jeje. Le repaso con las tijeras la parte de las orejas y le termino de repasar los pelos sobrantes. Mientras se repasa la barba me voy al salón a esperar, cuando termina llevo el cepillo y recogedor a su sitio y entro al baño de nuevo. Le preparo el grifo, me quito la ropa, las bolas chinas y mete un dedo en mi vagina que Amo chupa con gusto. Entramos en la ducha, roce por aquí, roce por allí… yo me excito y veo que Amo también. Tengo calor y no es por el agua caliente. Me echo champú en la mano y lavo la cabeza de Amo con cuidado de no caerle espuma en los ojos, le acaricio y rasco la cabeza despacio. Se enjuaga y le ayudo para que no le quede espuma, me da azotitos y me besa. La erección de Amo es evidente. Echo gel en la esponja y lavo la parte trasera, admirando su silueta empiezo por su gran espalda donde con detenimiento me regodeo y alargo un poco el lavado, así tan ancha, tan tersa, tan musculosa, tan robusta, tan… me encanta, uf… después voy al culo, piernas y pies para seguir por el pecho, los brazos y manos.
-Hay que cuidar a Amo y la del 45 –me dice sonriendo.
Le froto la mano “fuerte” bromeando con desgastarla… esa mano tan grande…tan dura… tan hábil… (Paro ya, sí). Después voy a la polla, la lavo despacio mientras nos besamos y con sigilo y provocación miro a Amo que se percata de mi intención.
-Parece que la quieres – dice irónico y me hace una señal para que baje.
Le leo la mirada y me pongo de rodillas con las caricias del agua sobre mi cara, la meto en mi boca durante el rato que me permite Amo. Cuando me levanto nos abrazamos y besamos. Salimos y mientras nos secamos y vestimos me dice que se va a portar bien por mi cumpleaños, no sé exactamente cuales fueron mis palabras para que me dijera que me va a meter caña, mierda pero yo para que hablaré… jajaja. Pido permiso para hacer pis y me lo niega, sé por qué. Vamos al salón, enciende una vela, la deja en la mesa y saca los juguetes nuevos para enseñármelos: una máscara de cuero con capucha y hocico de perro (sólo de verla ya me agobié), unas pezoneras de acero inoxidable con clip y cadenas y las tijeras quirúrgicas. Me dice que vamos a probar la máscara, aunque me conozco yo sus “vamos a probar”, conforme me la va colocando siento agobio, mi respiración se acelera y entrecorta a la vez y me entra mucha calor.
-No pasa nada, estoy contigo- intenta tranquilizarme.
No reacciono, no digo ni hago nada, solo permanezco quieta mientras termina de abrocharme la máscara. Me enfrento al miedo y afronto lo que venga. No me hago a la idea de tener mi cabeza y cara totalmente tapada, no veo y apenas puedo oír ni respirar, aunque gracias al pequeño agujero por el que me asoma la nariz puedo mantener la máscara conmigo. Me tira de la hebilla del collar de la propia máscara, me ordena ponerme de rodillas, me calibra con la palmera, joder como duele por dios, emito sonidos de dolor mientras hago ejercicios interiores para no agobiarme. Estoy sudando por lo que hace que me intensifique la ansiedad. Abre la parte de la boca para tenerla accesible y mete su polla por ahí obligándome a garganta profunda varias veces y dándome hostias. Me cuesta bastante chuparla ya que no hay mucho hueco. A Amo le gusta cómo queda la máscara, sabía yo que me la iba a dejar un rato más. Me pongo a cuatro patas, gateo un poco hasta donde me ordena Amo y apoyo la cabeza y cara al suelo, lo siento delante de mí y su zapato roza mi boca. Me levanta la blusa y desabrocha el sujetador. Me tira de los pezones. Gruño. Sigo con mis ejercicios respiratorios y resoplo.
-¿Estás bien?
-Sí –digo bajito.
-No te oigo.
-Sí –repito subiendo algo mi tono.
-¿De quién eres?
-Tuya.
Me ordena bajarme los pantalones y el tanga hasta los tobillos, me azota fuerte con la mano en ambas nalgas, me chupa y mete dedos en el culo.
-¿Te gusta?
Asiento. Con el flogger me golpea por la espalda, por los laterales me duele mogollón, se me clavan las tiras. Me quejo y gruño. Me toca el sexo.
-Si te está gustando zorra.
Como me traiciona mi humedad jajaja. Al unísono de los golpes con el flogger me dice que va a empezar a ser más duro. Me pisa con el pie en la espalda y lo mantiene un rato ahí. Amo me llama y gateo un poco hasta que me detiene. Me quedo de rodillas apoyando el culo en mis pies y me regaña.
¿Quién te ha dicho que te quites a cuatro patas?
Vuelvo a mi posición.
-Buena chica.
Me levanto y ordena quitarme los pantalones y tanga, al ver Amo que no me muevo me regaña y me lo repite, le digo que no le he escuchado y me limito a hacer lo que me ha dicho. Lo dejo en el sofá y permanezco quieta hasta que se acerca Amo y me quita la máscara. Se preocupa y le digo que estoy bien. Respiro y me llevo las manos a la cara mientras resoplos de tensión, de ansiedad, y al fin y al cabo de orgullo, salen de mi boca. Me quito la blusa y sujetador quedando mi cuerpo entero al descubierto. Me coloco delante del sofá y me pone la mordaza. Me tumbo y me ata las manos a los tobillos. Habían mandado un gif parecido al grupo creo que el día de mi cumpleaños.
-Ese color me gusta más –refiriéndose al culo.
Amo coge la palmera y el flogger y me da a elegir. Le señalo con los ojos el flogger y me vacila diciéndome que la palmera, le niego y me hace creer que va a coger la palmera pero me hace caso y coge el flogger. Me dice que me ponga cómoda por el tema espalda y demás y le “digo” que así estoy bien, a Amo le cuesta entenderme hasta que por fin lo pilla jeje pero sé que en el fondo le encanta humillarme con la mordaza. Me golpea fuertemente en el culo, el coño y la entrepierna. Cierro los ojos, mi método de concentración y ladeo la cabeza para no mirar a Amo. Bajo las piernas y me regaña. Las subo de inmediato. Tengo un dolor descomunal en la mandíbula, la tengo dormida y apenas puedo moverme. Me hace darme la vuelta en el sofá, me cuesta horrores hacerlo pero le pongo empeño y lo consigo. Una vez bocabajo sigue azotándome con el flogger, me hace muchísimo daño en el coño y la respiración se me entrecorta.
-Joder –digo con dolor y las lágrimas están a flor de piel. 
Un aluvión de azotes consecutivos se abre paso, gruño mucho y no dejo de quejarme. Cuando Amo decide finaliza y me da la vuelta volviendo a mi posición inicial. Me desata y me pongo de pie. Se da cuenta que me pasa algo en la boca y me dice que me quita la mordaza. Descanso la mandíbula. Le sigo hasta la habitación, engancha las cadenas de las pezoneras a la cuerda de la pared y me ata a ésta, después me pone los clips de las pezoneras en los pezones, y quedo atada a ésta, como la anterior sesión pero en lugar de con el collar, quedo atada desde los pezones, es decir, éstos sujetan la cuerda. Amo tira de ésta para que me tiren, dios como duele. Me azota con la palmera, el dolor de ambas cosas es intenso asique elijo centrarme en el de los pezones quedando en segundo plano el dolor de la palmera. Me echo hacia delante a la espera de recibir cada golpe. Tira de la cuerda mientras me azota y me pongo de puntillas para rebajar dolor. Me pide número de la palmera y le digo creo que ocho.
-Quizás a partir de ahora este sea mi objeto favorito –se mofa.
El dolor de la palmera se intensifica porque me dolía el culo de los golpes anteriores. Mi boca se queja y mi cuerpo reacciona, aunque intento no moverme mucho para no tensar aún más la cuerda y tirar de mis pezones. Me quita con cuidado las pezoneras ya que ahora es cuando más duelen, el derecho algo menos pero con el izquierdo doy un grito y Amo me los chupa para rebajar dolor. Los tengo aplastados, rojos, tiesos, duros y doloridos.
-¿Estas bien culo piedra?
Le asiento sonriendo. Me abraza y me coge en brazos, me sube para arriba con fuerza quedándome expuesta en sus hombros, me apoyo en la pared y me lo come, nos miramos pervertidos, provocándonos. Me baja y tumba en la cama.
-Esto no lo tenía pensado pero… es que estás muy buena hoy.
Me devora el coño durante un rato, además literal ya que la vecina nos interrumpe y nos llama la atención dando golpes en la pared. Nos miramos atónitos aunque no es la primera vez que esta vecina molesta nos jode. Y eso que creo que era el día que más flojo estaba gimiendo jajaja. Vamos al salón para preparar unas fotos que tenía Amo pensadas hacer con velas. Me dice que su sueño sería con la máscara asique le digo que lo haga. Afrontaré de nuevo el mal rato por ÉL aunque reconozco que esta vez no me he agobiado tanto. Amo enciende las velas y las inclina para que caiga cera sobre la palma de mi mano donde poder colocar ahí la vela y que se sostenga. Aquí el resultado de alguna:


-Tranquila que aún queda una parte especial.
Charlamos un rato en el sofá mientras Amo se fuma un cigarro, vemos las fotos y sube alguna a FetLife. Me ordena coger una silla y el aceite de masaje y llevarlo a la habitación. Amo regresa con más sillas, pone velas en cada una de ellas, las enciendo, me ordena tumbarme en la cama bocarriba, le espero tranquila, apaga las luces y se sube a la cama.
-Este es mi regalo de cumpleaños – me dice con voz tierna y nos miramos y sonreímos con complicidad.
Se sienta encima de mí, me chupa suavemente los pezones, me acaricia el cuerpo y me echa aceite en éste. Me masajea de arriba abajo: pechos, barriga, merodeando por mi coño, piernas, merodea coño de nuevo y sube hacia la barriga. La habitación está ambientada con la luz de las velas y el aroma a frutos rojos que desprendía el aceite de masaje. Presencio una bonita escena. Amo se tumba a mi lado y con cautela va introduciendo dedos en mi interior, los mueve despacio, suave, entra y sale de mí, toca mi clítoris y vuelve a entrar. Entro en un estado de relajación como nunca antes.
-¿Te gusta? –me susurra.
Le asiento y la comisura de mi boca le dedica una sonrisa. Me besa casi todo el rato. Todo son besos, caricias y sonrisas, excitación y placer.
-Estas chorreando, madre mía como estás.
Amo me besa el cuello y me encojo. Acaba de descubrir otro de mis puntos débiles y como era de esperar me tortura con ello. Me río de las cosquillas que me provoca, mi piel se eriza y mi coño lo disfruta. Muerde mi oreja. Amo me da una zona donde siento más placer y más ganas de hacer pis, le digo que siga ahí, me hago mucho pis, hago lo posible para que salga pero nada.
-Jo –le digo.
-Si no voy a parar.
Amo creía que mi “jo” era reclamación porque había sacado los dedos de mi interior, pero mi lamento era porque no me sale el squirt. Sigue acariciando mi sexo, besándome, chupando los pezones. Me toca “el botón” y me estremezco, me retuerzo de placer.
-¿Qué te pasa que te tiemblan las piernas? – se mofa.
Le sonrío y aparto la mirada tímidamente. Que tonta soy jajaja. Amo me ordena mirarle y mantenemos la mirada un rato hasta que la aparto, no puedo seguir mirándole. Agarro su mano despacio y fuerte a la vez. Gimo y me tapa la boca. Me da dedos para chupar.
-¿Pero pequeña que te pasa? Mírala como disfruta.
Qué duda cabe de que había llegado al clímax en varias ocasiones.
-Me encanta torturarte de placer también.
Sutilmente acaricio la polla de Amo que la siento también contenta jeje.
-Ya te está entrando el hambre – me escondo entre los brazos de Amo – Mírala y se esconde.
Amo no se rinde y sigue excitando a mi punto G, llamando al squirt pero yo entro en un bucle al ver que por mucho pis que me hago soy incapaz de sacarlo.
-No me sale –le digo agobiada y cabizbaja.
-No pasa nada, disfruta y relájate. ¿Estás relajada y tranquila?
-Sí.
-Zorrita. Mi coño –dice tocándomelo.
Finaliza la sobredosis de placer. Vamos al salón, me dice que todavía no hemos terminado. Coloca unas sábanas en el suelo y un cojín y me pongo de rodillas. Me da el Hitachi para entretenerme y me dice que le apetece que le coma la polla. Se sienta en el sofá y la meto en mi boca al unísono que me torturo con el Súper Hitachi, le miro, le chupo los huevos, me tira de los pezones y gruño. Tiemblo y me corro. Me centro en ambas cosas.
-¿Y esa cara? Córrete para mí.
Me quita la polla y apoyo la cabeza en su pierna, gimo y cuando pasa un rato, antes de que me regañe por no correrme le digo:
-Ya me he corrido – y se lo digo melosa 🙂
Me ordena subirme de lado al sofá, se la como, me retira el pelo y me planta el súper Hitachi.
-¿Quieres el postre? ¿Quieres leche de Amo?
Le asiento y Amo se vacía en mí. Chupo hasta la última gota, como buena perra.
Gracias por hacer especial mi primer cumple bedesemero y ser el culpable de ello 💜
GRACIAS AMO.
Daira.

martes, 23 de octubre de 2018

Abandono a oscuras.


Apenas cinco días después volvemos a vernos, la última sesión fue flojita ya que no me encontraba muy bien por lo que no tengo dolor y es posible quedar tan pronto. Aun así los días pasan lentos, menos mal que hay fin de por medio y se hace algo más ameno. No tenía orden de ropa, la de calle me servía. Me pongo ropa interior negra para compensar un poco y preparo lo que me había pedido Amo: las bolas chinas, el collar metálico que me regaló como simbolización a nuestra unión y que aún no había estrenado y un dedo para estimular el punto G que me compré y queríamos probarlo. Me llevo también el collar negro por si acaso. Cenamos, charlamos, reímos, regañinas por medio que me afectan más de lo normal… sigo sensible, creía que la semana pasada tenía cierta culpabilidad la regla pero no…no sé qué me pasa, supongo que todo será cuestión de tiempo y dejar que pasen los días. No quiero que me afecte esto a la sesión y llorar con nada que me diga o haga Amo, asique respiro para no pensar y estar a tope. Amo se mete a la ducha sin decirme nada y como no tenía que cambiarme de ropa permanezco perpleja ¿qué hago? ¿Le espero aquí a que salga y me diga algo? Pues sí, cojo el móvil mientras para amenizar la espera. Cuando Amo sale me dice que coja dos monedas iguales, da igual que sean de cincuenta céntimos, de un euro… le doy dos monedas de un euro… no entiendo nada, si supieseis lo que se me pasa por la cabeza de qué me puede hacer con ellas…madre mía jajaja. Me ordena posición de espera mirando a la ventana, aguardo con la cabeza agachada y manos en las piernas durante un tiempo, sé que le gusta hacerme esperar, hasta que se acerca a mí y pregunta:
-¿Qué es lo que te falta?
-El collar –respondo de inmediato, sabía perfectamente que no me lo había puesto y me regaña. –Lo siento…
Reconozco que quizá fue fallo mío no ponerme el collar negro pero como hoy íbamos a utilizar el collar metálico y ese me lo tiene que poner ÉL sí o sí para cerrarlo con la llave y demás pues esperaba que me dijese cuando ponérmelo.
Pido permiso para ponérmelo y me lo rechaza, lo sigo a cuatro patas hacia la habitación y me apremia. Ya en esta, me quito la ropa dejándome únicamente el tanga, me coloca el collar metálico, por fin lo estreno, tenía ganas y me hacía bastante ilusión sobre todo por el significado que tiene, guau me gusta, creía que iba a ser más incómodo porque es demasiado ancho para mi cuello y después recojo mi pelo en una coleta. En las fijaciones de la pared cuelga una larga cuerda y Amo la introduce en la anilla del collar quedando atada del cuello cara a la pared. 

Ni que decir que la escena me gusta y me excito en cuestión de segundos, me va a llamar zorra en cuanto me toque, lo sé😝. Deambula por mí alrededor, acercándose cada vez más hasta toparse con mi oído:
-Resulta que a mi perra se le va olvidando por ahí ponerse el collar.
Uf, eso suena a castigo total. No digo nada, solo escucho atentamente mientras pienso en ese fallo que he cometido. Coge las monedas, pone una en la pared y la sujeto con el dedo índice sin apoyar la mano en la pared y con la otra igual, quedando abierta de brazos.
-Cuidado que no se te caigan –me medio amenaza en tono burlón.
Me pone pinzas de la ropa en los pezones, joder estas duele mogollón. Respiro, echo el aire por la boca y me preparo. Inicia su dosis de azotes con el flogger, juguetito perfecto para ir calentando motores. Golpea todo mi cuerpo con él: brazos, piernas, por delante, por detrás, espalda y culo por supuesto.
-¿Por aquí todo bien no? – toca mi empapado coño  y se chupa el dedo. –Ya veo que sí, zorra. Cuidado con doblar las piernas.
Sonrío. Estoy más cachonda que una mona😊  Algo cortante roza mi espalda, suave y despacio lo va deslizando, intuyo que es un cuchillo o algo parecido, vale sí, es un cuchillo. No puedo negar que la sensación me gusta y mi respiración lo nota. Escribe algo en el culo.
-¿Qué te he puesto?
Ostia…la pregunta me pilla de sorpresa, estaba tan concentrada disfrutándolo que ni me percato de lo que escribe, tengo una leve sospecha de que ha puesto una <D> o algo así.
-Puf, no lo sé –contesto con algo de miedo por si me regaña.
-¿No? Bien, volvemos otra vez.
Amo repasa lo que me ha puesto. En cuanto pone la primera letra sé de inmediato lo que pone:
-Perra –digo corriendo, contra antes lo diga mejor. Así ve que estoy atenta jeje.
-Buena chica.
Amo me baja el tanga y coge la palincheta. Me atesta golpes fuertes y otros más suaves…en las piernas, pantorrillas y culo. Jadeo, disfruto de mi juguete favorito  Presto especial atención a mis dedos y a las monedas, las manos me sudan y temo que caigan.
-Esto te gusta ¿Eh? –me dice Amo con sonrisita picarona, le sonrío perversa… si es que me tiene calá jajaja y añade susurrándome al oído:- Es una pena que te vaya a castigar porque la derecha está mal colocada.
Las vuelvo a mirar y muevo el dedo despacio para recolocármela. Voy sintiendo cada vez las chinches por mi cuerpo, a mi húmedo coño también le gusta… el ambiente huele a sexo desde que empezamos la sesión…imagino que lo tendré ya sangriento, joder quiero verlo. Amo sale de la habitación y cuando regresa me golpea con algo mojado:
-Esto es regalito de Amo –dice con mofa.
De inmediato reconozco que es alcohol y lo ha echado en la palincheta, el escozor y ardor me anulan completamente que me está golpeando de nuevo con ella😍  Vuelve creo que a coger el flogger y me golpea suave.
-¿Te gusta?...Asiento… -¿SÍ? Es que como no contestas…
-Sí, Amo.
Me ordena abrir las piernas, me quito el tanga ya que me dificulta la apertura y Amo se cuela entre mis piernas. Ay por dios…jadeo, gimo ante la viperina lengua de Amo, apoyo la cabeza en la pared, la pierna derecha me tiembla porque tengo el pie de puntillas y estoy algo incomoda pero me da igual, disuelvo toda incomodidad en ese momento…Me lo devora durante minutos.
-¿Te ha gustado?
-Sí –le miro y sonrío.
-A mí también –y me lleva mi mano a su paquete y patente erección.
Me muerde el culo. El collar no hace más que clavarse en mi cuello, un poco más arriba de la nuez y la espalda la tengo demasiado tensa por lo que me duele y hago pequeños movimientos para aliviar ambos dolores. Amo me pregunta pero le digo que estoy bien, a pesar de eso lo estaba, no era nada importante. Me quita las monedas (lo siento Amo pero no se me han caído Jiji) y descanso los brazos, sale de la habitación y regresa con las bolas chinas, me ordena ponérmelas y cuando las tengo casi dentro del todo con sigilo toca mi clítoris, se piensa que no me he dado cuenta pero sé que me ha echado jengibre en polvo. Sale otra vez de la habitación y el coño me empieza a arder y mi cuerpo a sudar,  me balanceo un poco para calmar pero la sensación me gusta.
-¿Qué te pasa? –pregunta con mofa cuando regresa y me ve resoplar.
-Que me arde el coño.
-¿Ah sí? qué pena me das…
Con la bolincheta me golpea en el coño, me hace demasiado daño porque se me ha clavado de lleno en los labios y levanto los talones del dolor. Después me la cuelga, supongo que a la cuerda o anilla del collar quedándome a la altura de la barriga. Me pregunta si estoy cómoda y me aprieta con ella fuerte en la barriga. Cuando deja de apretar, me la cuelga a la altura del coño y me balanceo a propósito para que me roce y sentirla.
-Vamos a ver qué se siente con unos golpecitos –refiriéndose a las bolas chinas.
Me azota con la pala de pinchos. Noto como las bolas se mueven y vibran.
-Ésta la conoces ¿Eh? –me la enseña y sonrío. :-Me encanta esa cara de sufrimiento. Dime número.
-10.
-¿10? –pregunta sorprendido y se golpea a sí mismo para corroborar. Comprueba que es cierto que duele demasiado. Rebaja un poco la fuerza e intensidad del golpe. En el número 8 está bien.  Abro y estiro los brazos en forma de bandeja y me coloca dos rollos de papel higiénico, uno en cada extremos de los dedos de la mano, ahí para que se caigan claro está. Tengo mucho calor que “alivio” resoplando, como si eso me lo fuese a quitar. Me sigue azotando, fuerte para hacerlos caer pero… no se caen 👏
-Como aguantas zorra –se sonríe yo diría que entre con orgullo y rabia a la vez jajaja. Yo sonrío pervertida y me quita los rollos. Descanso los brazos y los pego al cuerpo, respirando satisfecha.
Me pone un antifaz para no ver lo que pasa, dice que es mejor que no vea nada y me hace una figura de Shibari que hemos practicado bastante. Ahora estoy inmovilizada de brazos también.
-Elige un número del uno al cuatro.
-Dos –decido después de pensar un rato.  Cuando me da a elegir entre números o lo que sea tiemblo… sé que eso no trae nada bueno jajaja.
-Vaya, que pena…- ya se cachondea.
Me golpea con la pala de placas metálicas, me duele menos de lo habitual, es más, ni siquiera reconozco que me azota con ella. Pregunta por la herida para ver si va todo bien ya que fue ella la que me la provocó, le pido que me azote otra vez para comprobar porque no estaba pendiente de la herida y el dolor que me podría causar. Le digo que todo bien y sigue atestando golpes con ella. Vale sí, ahora sí que me duele…jeje. El calor se aviva cada vez más, me quejo y gruño con los fuertes golpes, levanto la pierna y giro el cuerpo 45º.
-Dime otro número.
-Cuatro.
-Oh, qué pena… y sigue con su cachondeo…
Me golpea con una zapatilla, el dolor es…ninguno, le digo a Amo que no duele nada y lo cambia por el cinturón. Me calibra.
-Seis.
Y Amo encantado aumenta la fuerza. Me dice que si en el ocho está bien y le digo que mejor en el nueve. El cinturón me gusta y lo soporto bastante.
-Zorra –me dice porque creo que no se esperaba que le dijese eso.
Apoyo las manos en la pared para recibir los golpes, así parece que me concentro más y atenúa el dolor. Lo parece, no que así sea jajaja. Me quita las pinzas de los pezones…diooooos como me duelen…Amo me los chupa, así mucho mejor y se lo agradezco. Me retira la bolincheta del coño y suelta una indirecta muy directa.
-Me encantaría dar dos golpes fuertes con ella.
-Dalos –le provoco, si se pensaba que le iba a decir que no, es que no me conoce todavía jajaja. Sé que sabía que iba a decir que sí. Me atesta un golpe fuerte y profundo en cada nalga y al segundo ya siento chorrear la sangre por mi pierna.
-Ala como chorrea –le digo, me encanta la sensación.
-Sí, no te muevas. ¿Vas a dar alimento a Amo?
Sonrío satisfecha y orgullosa. Amo va corriendo a coger algo, me limpia y chupa la sangre con la lengua y después la limpia con un papel al igual que el suelo que se ha manchado porque ha salido a borbotones. Me castiga las manos por primera vez, creo que con el flogger. Duele un poquito, las cosas como son. Escucho el enchufe…resoplo…viene el Súper Hitachi. Me lo planta en el coño y sus consecuentes reacciones: jadeo, gimo, me retuerzo, apoyo la cara y las manos en la pared, Amo no me da tregua, me tortura con él. Detrás de mí, aprieta en el collar y cuello a modo de asfixia, aunque apenas la sentí, por eso no le dije de parar y me estampa la cara en la pared, apretándola también para que no la separe. Me dice si siento la vibración de las bolas pero le digo que el Hitachi lo anula todo. Me corro. Me retira las bolas chinas que salen empapadas y manchadas de blanco. Amo me las enseña para que lo vea y flipamos los dos. Me niega el orgasmo y me dice que pida permiso.
-¿Me puedo correr?
-Cuando lo pidas con educación te dejaré.
-¿Me puedo correr Amo, por favor? –le suplico.
-No.
Joder, como lo sabía. Un rato después vuelvo a pedirle permiso, con súplica, necesito correrme por dios.
-¿Quieres correrte?
-Sí Amo, por favor.
Me lo concede, le agarro fuerte la mano para correrme y le doy las gracias. Me quita el antifaz. Me corro dos veces más con permiso. En el tercero me ordena correrme para ÉL. Como tardo un poco, Amo me regaña y me apremia con una cuenta atrás.
-Bien, parece que no quieres correrte. 10…9…8…7…6…5…4…
-Ya- le digo corriendo antes que acabe de contar – Gracias Amo.
Me quita las cuerdas del Shibari y afloja las cuerdas del collar pero sin soltarme, es decir, sigo quedando atada del cuello pero ahora tengo movilidad.
-Es una pena si estás incómoda porque vas a estar así un rato más, te jodes. Puedes sentarte tumbarte o lo que quieras –dice con brusquedad.
Se va y apaga la luz pero me deja la puerta abierta y entra una luz tenue del salón. Sabe qué sino me entra la claustrofobia. Permanezco de pie, asustada y me apoyo en la pared. Amo regresa con un vaso de agua, lo deja en el suelo y se va. Escucho el mechero, se está fumando un cigarro asique sospecho que va para largo. Me siento en el suelo y bebo agua, me acurruco un poco y apoyo en la pared sujetándome las piernas y mirando a todos lados. Tengo frío. Sentimientos de vacío, de soledad resurgen en mí. No me agobio gracias a la poca luz que entra. Permanezco quieta todo el rato, concentrándome y no pensando en el miedo, en la fobia… esperando a que venga Amo a por mí. Al rato vuelve y no me inmuto, me desata, ayuda a levantarme, saca la llave del collar de su bolsillo y me lo quita.
-¿Estás bien?
Tan solo asiento, no puedo hablar. Le sigo hacia el salón, pasando la puerta hasta llegar a la entrada donde hay un armario y un espejo. Me dice que apoye las tetas en éste, que ignorante me siento, en ese momento ni me percato de su intención, tengo la mente nublada aún. Espero quieta, sin moverme y Amo regresa con un martillo y clavos. Hace el amago de ponérmelo en una teta y entro en pánico, al ver el clavo apuntándome y rozando la piel me entra miedo. ¿Por qué? Si yo le dije a Amo que lo haría tarde o temprano, pero quizá era pronto, aun no estoy preparada.
-¿Quieres que te los ponga?
-No –contesto sin pensarlo.
-¿No? –se asegura.
-No, por favor.
-Es una pena que no quieras que te ponga los clavos. Vamos.
Nos dirigimos al salón y me siento en el sofá, decaída, cabizbaja y decepcionada conmigo misma, me siento mal… Estaba perpleja y trastornada por las emociones vividas en la habitación a oscuras, eso me rondaba todo el rato la cabeza. ¿Te he decepcionado Amo? Lo siento… creo que actúe de forma correcta, si no estoy preparada no iba a hacerlo porque sería pasar una línea que no quiero y sé que tu tampoco quieres eso. Me ofrece un consolador negro de gran tamaño y ordena que me masturbe con él, sentada abro las piernas y lo introduzco en mi vagina mientras ÉL se masturba y me mira, sube una pierna al sofá y mete su polla en la boca. Al unísono se la como mientras me masturbo, intento compenetrarme pero es difícil, o polla o consolador. Al final creo que lo consigo. Amo me obliga a garganta profunda hasta la arcada. Coge el consolador y me masturba con él, rápido, fuerte, tanto que se me saltan las lágrimas de impotencia, sé lo que busca y no soy capaz. Entro en bucle y mi llanto no cesa.
-¿Por qué lloras?
-Porque no puedo, no me sale –digo entre lágrimas.
-Si no sale no pasa nada, ya saldrá.
Amo me lo devuelve para que siga tocándome yo y me da polla de nuevo, me da hostias por llorar y que me concentre en chuparle la polla. Poco a poco mi llanto se apacigua y disfruto de la polla de Amo aunque apenas llego a ella, mi posición en el sofá no me lo permite. Me coge del pelo y me levanta del sofá tirándome al suelo para irnos a otro sofá donde pueda llegar mejor, Amo se sienta y yo de rodillas en el suelo sigo masturbándome mientras ahora sí, disfruto de la polla de Amo.
-¿Te gusta la polla de Amo? –Asiento- saboréala, es tu premio disfrútalo.
Y así hago, la disfruto, la saboreo, la chupo, la beso, la redondeo…
-Vaya cara tienes ahora mismo, me encanta. Mírame.
Le miro provocadora. Imagino mi cara con el rímel corrido sumándole la cara de zorra. Amo me besa pasionalmente.
-Vaya boquita tienes mi niña. ¿Quieres cenar otra vez?
Sin dejar de comer le asiento. Amo se pone de pie y su temblor de piernas me avisa que pronto llega la leche. El caliente líquido se hace notar en mi boca, se lo enseño a Amo y me ordena tragar. Chupo hasta la última gota que permanece en la punta. Me levanto cojeando, madre mía que dolor tengo de piernas y de espalda, me cuesta andar. Voy al baño a lavar el consolador y el dedo para estimular en punto G. Me pongo cómoda en el sofá, me tumbo y Amo se coloca el dedo, durante un largo rato me estimula con él, se lo quita y ahora lo hace con sus propios dedos. Me retuerzo, gritos de placer retumban en el salón y Amo tapa mi boca. No puedo, sigo sin ser capaz. Que rabia joder. En cada movimiento rápido e intenso de Amo, le agarro la mano fuerte, percibo como quiere salir algo pero no termina de hacerlo. Amo me come el coño simultaneando con los dedos, acaricio su barba y cabeza mientras tanto, muerde mi entrepierna y la barriga dos veces, au que daño jeje. Siento presión, quiero correrme pero no puedo de la manera que busquemos, siento las ganas de hacer pis pero nada…no sale. Amo me dice que busque mi orgasmo y me muevo al son de su lengua y sus dedos, le guío hacia mi placer, todo se intensifica pero nada sale. Le pido parar porque me molesta ya, ha sido muy intenso y me duele. Prometo que lo conseguiremos Amo 😊
GRACIAS.
Daira.