martes, 23 de octubre de 2018

Abandono a oscuras.


Apenas cinco días después volvemos a vernos, la última sesión fue flojita ya que no me encontraba muy bien por lo que no tengo dolor y es posible quedar tan pronto. Aun así los días pasan lentos, menos mal que hay fin de por medio y se hace algo más ameno. No tenía orden de ropa, la de calle me servía. Me pongo ropa interior negra para compensar un poco y preparo lo que me había pedido Amo: las bolas chinas, el collar metálico que me regaló como simbolización a nuestra unión y que aún no había estrenado y un dedo para estimular el punto G que me compré y queríamos probarlo. Me llevo también el collar negro por si acaso. Cenamos, charlamos, reímos, regañinas por medio que me afectan más de lo normal… sigo sensible, creía que la semana pasada tenía cierta culpabilidad la regla pero no…no sé qué me pasa, supongo que todo será cuestión de tiempo y dejar que pasen los días. No quiero que me afecte esto a la sesión y llorar con nada que me diga o haga Amo, asique respiro para no pensar y estar a tope. Amo se mete a la ducha sin decirme nada y como no tenía que cambiarme de ropa permanezco perpleja ¿qué hago? ¿Le espero aquí a que salga y me diga algo? Pues sí, cojo el móvil mientras para amenizar la espera. Cuando Amo sale me dice que coja dos monedas iguales, da igual que sean de cincuenta céntimos, de un euro… le doy dos monedas de un euro… no entiendo nada, si supieseis lo que se me pasa por la cabeza de qué me puede hacer con ellas…madre mía jajaja. Me ordena posición de espera mirando a la ventana, aguardo con la cabeza agachada y manos en las piernas durante un tiempo, sé que le gusta hacerme esperar, hasta que se acerca a mí y pregunta:
-¿Qué es lo que te falta?
-El collar –respondo de inmediato, sabía perfectamente que no me lo había puesto y me regaña. –Lo siento…
Reconozco que quizá fue fallo mío no ponerme el collar negro pero como hoy íbamos a utilizar el collar metálico y ese me lo tiene que poner ÉL sí o sí para cerrarlo con la llave y demás pues esperaba que me dijese cuando ponérmelo.
Pido permiso para ponérmelo y me lo rechaza, lo sigo a cuatro patas hacia la habitación y me apremia. Ya en esta, me quito la ropa dejándome únicamente el tanga, me coloca el collar metálico, por fin lo estreno, tenía ganas y me hacía bastante ilusión sobre todo por el significado que tiene, guau me gusta, creía que iba a ser más incómodo porque es demasiado ancho para mi cuello y después recojo mi pelo en una coleta. En las fijaciones de la pared cuelga una larga cuerda y Amo la introduce en la anilla del collar quedando atada del cuello cara a la pared. 

Ni que decir que la escena me gusta y me excito en cuestión de segundos, me va a llamar zorra en cuanto me toque, lo sé😝. Deambula por mí alrededor, acercándose cada vez más hasta toparse con mi oído:
-Resulta que a mi perra se le va olvidando por ahí ponerse el collar.
Uf, eso suena a castigo total. No digo nada, solo escucho atentamente mientras pienso en ese fallo que he cometido. Coge las monedas, pone una en la pared y la sujeto con el dedo índice sin apoyar la mano en la pared y con la otra igual, quedando abierta de brazos.
-Cuidado que no se te caigan –me medio amenaza en tono burlón.
Me pone pinzas de la ropa en los pezones, joder estas duele mogollón. Respiro, echo el aire por la boca y me preparo. Inicia su dosis de azotes con el flogger, juguetito perfecto para ir calentando motores. Golpea todo mi cuerpo con él: brazos, piernas, por delante, por detrás, espalda y culo por supuesto.
-¿Por aquí todo bien no? – toca mi empapado coño  y se chupa el dedo. –Ya veo que sí, zorra. Cuidado con doblar las piernas.
Sonrío. Estoy más cachonda que una mona😊  Algo cortante roza mi espalda, suave y despacio lo va deslizando, intuyo que es un cuchillo o algo parecido, vale sí, es un cuchillo. No puedo negar que la sensación me gusta y mi respiración lo nota. Escribe algo en el culo.
-¿Qué te he puesto?
Ostia…la pregunta me pilla de sorpresa, estaba tan concentrada disfrutándolo que ni me percato de lo que escribe, tengo una leve sospecha de que ha puesto una <D> o algo así.
-Puf, no lo sé –contesto con algo de miedo por si me regaña.
-¿No? Bien, volvemos otra vez.
Amo repasa lo que me ha puesto. En cuanto pone la primera letra sé de inmediato lo que pone:
-Perra –digo corriendo, contra antes lo diga mejor. Así ve que estoy atenta jeje.
-Buena chica.
Amo me baja el tanga y coge la palincheta. Me atesta golpes fuertes y otros más suaves…en las piernas, pantorrillas y culo. Jadeo, disfruto de mi juguete favorito  Presto especial atención a mis dedos y a las monedas, las manos me sudan y temo que caigan.
-Esto te gusta ¿Eh? –me dice Amo con sonrisita picarona, le sonrío perversa… si es que me tiene calá jajaja y añade susurrándome al oído:- Es una pena que te vaya a castigar porque la derecha está mal colocada.
Las vuelvo a mirar y muevo el dedo despacio para recolocármela. Voy sintiendo cada vez las chinches por mi cuerpo, a mi húmedo coño también le gusta… el ambiente huele a sexo desde que empezamos la sesión…imagino que lo tendré ya sangriento, joder quiero verlo. Amo sale de la habitación y cuando regresa me golpea con algo mojado:
-Esto es regalito de Amo –dice con mofa.
De inmediato reconozco que es alcohol y lo ha echado en la palincheta, el escozor y ardor me anulan completamente que me está golpeando de nuevo con ella😍  Vuelve creo que a coger el flogger y me golpea suave.
-¿Te gusta?...Asiento… -¿SÍ? Es que como no contestas…
-Sí, Amo.
Me ordena abrir las piernas, me quito el tanga ya que me dificulta la apertura y Amo se cuela entre mis piernas. Ay por dios…jadeo, gimo ante la viperina lengua de Amo, apoyo la cabeza en la pared, la pierna derecha me tiembla porque tengo el pie de puntillas y estoy algo incomoda pero me da igual, disuelvo toda incomodidad en ese momento…Me lo devora durante minutos.
-¿Te ha gustado?
-Sí –le miro y sonrío.
-A mí también –y me lleva mi mano a su paquete y patente erección.
Me muerde el culo. El collar no hace más que clavarse en mi cuello, un poco más arriba de la nuez y la espalda la tengo demasiado tensa por lo que me duele y hago pequeños movimientos para aliviar ambos dolores. Amo me pregunta pero le digo que estoy bien, a pesar de eso lo estaba, no era nada importante. Me quita las monedas (lo siento Amo pero no se me han caído Jiji) y descanso los brazos, sale de la habitación y regresa con las bolas chinas, me ordena ponérmelas y cuando las tengo casi dentro del todo con sigilo toca mi clítoris, se piensa que no me he dado cuenta pero sé que me ha echado jengibre en polvo. Sale otra vez de la habitación y el coño me empieza a arder y mi cuerpo a sudar,  me balanceo un poco para calmar pero la sensación me gusta.
-¿Qué te pasa? –pregunta con mofa cuando regresa y me ve resoplar.
-Que me arde el coño.
-¿Ah sí? qué pena me das…
Con la bolincheta me golpea en el coño, me hace demasiado daño porque se me ha clavado de lleno en los labios y levanto los talones del dolor. Después me la cuelga, supongo que a la cuerda o anilla del collar quedándome a la altura de la barriga. Me pregunta si estoy cómoda y me aprieta con ella fuerte en la barriga. Cuando deja de apretar, me la cuelga a la altura del coño y me balanceo a propósito para que me roce y sentirla.
-Vamos a ver qué se siente con unos golpecitos –refiriéndose a las bolas chinas.
Me azota con la pala de pinchos. Noto como las bolas se mueven y vibran.
-Ésta la conoces ¿Eh? –me la enseña y sonrío. :-Me encanta esa cara de sufrimiento. Dime número.
-10.
-¿10? –pregunta sorprendido y se golpea a sí mismo para corroborar. Comprueba que es cierto que duele demasiado. Rebaja un poco la fuerza e intensidad del golpe. En el número 8 está bien.  Abro y estiro los brazos en forma de bandeja y me coloca dos rollos de papel higiénico, uno en cada extremos de los dedos de la mano, ahí para que se caigan claro está. Tengo mucho calor que “alivio” resoplando, como si eso me lo fuese a quitar. Me sigue azotando, fuerte para hacerlos caer pero… no se caen 👏
-Como aguantas zorra –se sonríe yo diría que entre con orgullo y rabia a la vez jajaja. Yo sonrío pervertida y me quita los rollos. Descanso los brazos y los pego al cuerpo, respirando satisfecha.
Me pone un antifaz para no ver lo que pasa, dice que es mejor que no vea nada y me hace una figura de Shibari que hemos practicado bastante. Ahora estoy inmovilizada de brazos también.
-Elige un número del uno al cuatro.
-Dos –decido después de pensar un rato.  Cuando me da a elegir entre números o lo que sea tiemblo… sé que eso no trae nada bueno jajaja.
-Vaya, que pena…- ya se cachondea.
Me golpea con la pala de placas metálicas, me duele menos de lo habitual, es más, ni siquiera reconozco que me azota con ella. Pregunta por la herida para ver si va todo bien ya que fue ella la que me la provocó, le pido que me azote otra vez para comprobar porque no estaba pendiente de la herida y el dolor que me podría causar. Le digo que todo bien y sigue atestando golpes con ella. Vale sí, ahora sí que me duele…jeje. El calor se aviva cada vez más, me quejo y gruño con los fuertes golpes, levanto la pierna y giro el cuerpo 45º.
-Dime otro número.
-Cuatro.
-Oh, qué pena… y sigue con su cachondeo…
Me golpea con una zapatilla, el dolor es…ninguno, le digo a Amo que no duele nada y lo cambia por el cinturón. Me calibra.
-Seis.
Y Amo encantado aumenta la fuerza. Me dice que si en el ocho está bien y le digo que mejor en el nueve. El cinturón me gusta y lo soporto bastante.
-Zorra –me dice porque creo que no se esperaba que le dijese eso.
Apoyo las manos en la pared para recibir los golpes, así parece que me concentro más y atenúa el dolor. Lo parece, no que así sea jajaja. Me quita las pinzas de los pezones…diooooos como me duelen…Amo me los chupa, así mucho mejor y se lo agradezco. Me retira la bolincheta del coño y suelta una indirecta muy directa.
-Me encantaría dar dos golpes fuertes con ella.
-Dalos –le provoco, si se pensaba que le iba a decir que no, es que no me conoce todavía jajaja. Sé que sabía que iba a decir que sí. Me atesta un golpe fuerte y profundo en cada nalga y al segundo ya siento chorrear la sangre por mi pierna.
-Ala como chorrea –le digo, me encanta la sensación.
-Sí, no te muevas. ¿Vas a dar alimento a Amo?
Sonrío satisfecha y orgullosa. Amo va corriendo a coger algo, me limpia y chupa la sangre con la lengua y después la limpia con un papel al igual que el suelo que se ha manchado porque ha salido a borbotones. Me castiga las manos por primera vez, creo que con el flogger. Duele un poquito, las cosas como son. Escucho el enchufe…resoplo…viene el Súper Hitachi. Me lo planta en el coño y sus consecuentes reacciones: jadeo, gimo, me retuerzo, apoyo la cara y las manos en la pared, Amo no me da tregua, me tortura con él. Detrás de mí, aprieta en el collar y cuello a modo de asfixia, aunque apenas la sentí, por eso no le dije de parar y me estampa la cara en la pared, apretándola también para que no la separe. Me dice si siento la vibración de las bolas pero le digo que el Hitachi lo anula todo. Me corro. Me retira las bolas chinas que salen empapadas y manchadas de blanco. Amo me las enseña para que lo vea y flipamos los dos. Me niega el orgasmo y me dice que pida permiso.
-¿Me puedo correr?
-Cuando lo pidas con educación te dejaré.
-¿Me puedo correr Amo, por favor? –le suplico.
-No.
Joder, como lo sabía. Un rato después vuelvo a pedirle permiso, con súplica, necesito correrme por dios.
-¿Quieres correrte?
-Sí Amo, por favor.
Me lo concede, le agarro fuerte la mano para correrme y le doy las gracias. Me quita el antifaz. Me corro dos veces más con permiso. En el tercero me ordena correrme para ÉL. Como tardo un poco, Amo me regaña y me apremia con una cuenta atrás.
-Bien, parece que no quieres correrte. 10…9…8…7…6…5…4…
-Ya- le digo corriendo antes que acabe de contar – Gracias Amo.
Me quita las cuerdas del Shibari y afloja las cuerdas del collar pero sin soltarme, es decir, sigo quedando atada del cuello pero ahora tengo movilidad.
-Es una pena si estás incómoda porque vas a estar así un rato más, te jodes. Puedes sentarte tumbarte o lo que quieras –dice con brusquedad.
Se va y apaga la luz pero me deja la puerta abierta y entra una luz tenue del salón. Sabe qué sino me entra la claustrofobia. Permanezco de pie, asustada y me apoyo en la pared. Amo regresa con un vaso de agua, lo deja en el suelo y se va. Escucho el mechero, se está fumando un cigarro asique sospecho que va para largo. Me siento en el suelo y bebo agua, me acurruco un poco y apoyo en la pared sujetándome las piernas y mirando a todos lados. Tengo frío. Sentimientos de vacío, de soledad resurgen en mí. No me agobio gracias a la poca luz que entra. Permanezco quieta todo el rato, concentrándome y no pensando en el miedo, en la fobia… esperando a que venga Amo a por mí. Al rato vuelve y no me inmuto, me desata, ayuda a levantarme, saca la llave del collar de su bolsillo y me lo quita.
-¿Estás bien?
Tan solo asiento, no puedo hablar. Le sigo hacia el salón, pasando la puerta hasta llegar a la entrada donde hay un armario y un espejo. Me dice que apoye las tetas en éste, que ignorante me siento, en ese momento ni me percato de su intención, tengo la mente nublada aún. Espero quieta, sin moverme y Amo regresa con un martillo y clavos. Hace el amago de ponérmelo en una teta y entro en pánico, al ver el clavo apuntándome y rozando la piel me entra miedo. ¿Por qué? Si yo le dije a Amo que lo haría tarde o temprano, pero quizá era pronto, aun no estoy preparada.
-¿Quieres que te los ponga?
-No –contesto sin pensarlo.
-¿No? –se asegura.
-No, por favor.
-Es una pena que no quieras que te ponga los clavos. Vamos.
Nos dirigimos al salón y me siento en el sofá, decaída, cabizbaja y decepcionada conmigo misma, me siento mal… Estaba perpleja y trastornada por las emociones vividas en la habitación a oscuras, eso me rondaba todo el rato la cabeza. ¿Te he decepcionado Amo? Lo siento… creo que actúe de forma correcta, si no estoy preparada no iba a hacerlo porque sería pasar una línea que no quiero y sé que tu tampoco quieres eso. Me ofrece un consolador negro de gran tamaño y ordena que me masturbe con él, sentada abro las piernas y lo introduzco en mi vagina mientras ÉL se masturba y me mira, sube una pierna al sofá y mete su polla en la boca. Al unísono se la como mientras me masturbo, intento compenetrarme pero es difícil, o polla o consolador. Al final creo que lo consigo. Amo me obliga a garganta profunda hasta la arcada. Coge el consolador y me masturba con él, rápido, fuerte, tanto que se me saltan las lágrimas de impotencia, sé lo que busca y no soy capaz. Entro en bucle y mi llanto no cesa.
-¿Por qué lloras?
-Porque no puedo, no me sale –digo entre lágrimas.
-Si no sale no pasa nada, ya saldrá.
Amo me lo devuelve para que siga tocándome yo y me da polla de nuevo, me da hostias por llorar y que me concentre en chuparle la polla. Poco a poco mi llanto se apacigua y disfruto de la polla de Amo aunque apenas llego a ella, mi posición en el sofá no me lo permite. Me coge del pelo y me levanta del sofá tirándome al suelo para irnos a otro sofá donde pueda llegar mejor, Amo se sienta y yo de rodillas en el suelo sigo masturbándome mientras ahora sí, disfruto de la polla de Amo.
-¿Te gusta la polla de Amo? –Asiento- saboréala, es tu premio disfrútalo.
Y así hago, la disfruto, la saboreo, la chupo, la beso, la redondeo…
-Vaya cara tienes ahora mismo, me encanta. Mírame.
Le miro provocadora. Imagino mi cara con el rímel corrido sumándole la cara de zorra. Amo me besa pasionalmente.
-Vaya boquita tienes mi niña. ¿Quieres cenar otra vez?
Sin dejar de comer le asiento. Amo se pone de pie y su temblor de piernas me avisa que pronto llega la leche. El caliente líquido se hace notar en mi boca, se lo enseño a Amo y me ordena tragar. Chupo hasta la última gota que permanece en la punta. Me levanto cojeando, madre mía que dolor tengo de piernas y de espalda, me cuesta andar. Voy al baño a lavar el consolador y el dedo para estimular en punto G. Me pongo cómoda en el sofá, me tumbo y Amo se coloca el dedo, durante un largo rato me estimula con él, se lo quita y ahora lo hace con sus propios dedos. Me retuerzo, gritos de placer retumban en el salón y Amo tapa mi boca. No puedo, sigo sin ser capaz. Que rabia joder. En cada movimiento rápido e intenso de Amo, le agarro la mano fuerte, percibo como quiere salir algo pero no termina de hacerlo. Amo me come el coño simultaneando con los dedos, acaricio su barba y cabeza mientras tanto, muerde mi entrepierna y la barriga dos veces, au que daño jeje. Siento presión, quiero correrme pero no puedo de la manera que busquemos, siento las ganas de hacer pis pero nada…no sale. Amo me dice que busque mi orgasmo y me muevo al son de su lengua y sus dedos, le guío hacia mi placer, todo se intensifica pero nada sale. Le pido parar porque me molesta ya, ha sido muy intenso y me duele. Prometo que lo conseguiremos Amo 😊
GRACIAS.
Daira.


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