martes, 31 de julio de 2018

Fusión de placer y dolor.


Playa, KDD… Dos largas e impacientes semanas sin sesionar, quiero ver a Amo, yo misma le pedí marcas a la vuelta de vacaciones y bueno…no hace falta pedirle mucho… Cenamos, charlamos, reímos, intentos de consenso para futuras sesiones… ¿Qué pasará al final?... jijiji
En su casa todo bien, bastante bien diría yo…Siempre me pervierte y calienta antes de cada sesión… uf vete a la ducha Amo que sino… Prepara cosas antes de meterse en el baño, ventilador incluido, coloca en la mesa todo lo necesario y miro expectante vaya donde vaya y haga lo que haga. Desaparece del salón, momento más que obvio de que voy a ir a la mesa a mirar que hay: mordaza, fusta de doma, una bolsa con cosas dentro que no aprecio bien qué lleva… y algo nuevo, una pala con placas metálicas…tiemblo pero no me asusto, lo espero con ganas… Voy a prepararme, no tenía orden en cuanto a vestimenta ya que sabía que me iba a durar más bien nada, pero aun así elijo un mini vestido azul, ropa interior, medias y zapatos negros, labios rojos y mi collar 😊 Me sobra tiempo asique espero a que termine Amo y salga del baño. La puerta se abre, me pongo nerviosa ¡Que sale!, pero no, siempre hace lo mismo😌  ¡Ahora sí! Me levanto y espero orden de acercamiento. Retira las cosas de la mesa.
-Ven.
Voy hacia Amo, miradita de arriba abajo y sonrisa mutua.
-Estás preciosa.
No recuerdo si sonreí o le di las gracias, opto por la primera opción ya que normalmente me pongo tímida y no digo nada. Me besa y vamos hacia la mesa redonda, detrás de ella está la mesa grande volcada y apoyada contra la pared y en las patas cuelgan las esposas. Ansío ponerme de rodillas y que me ate. Me alza el vestido, quita mi tanga y después me quito el vestido, quedando únicamente con las medias, sujetador y tacones. Me subo a la mesa y coloco de rodillas en posición de espera y después me inclino hacia delante con el culo bien expuesto y Amo me da tres azotes fuertes en cada nalga pero no me hace daño. Estoy incómoda de cojones, me hago polvo las rodillas con la mesa. Mete dedos en mi culo y me lo come, preparándolo para segundos después introducirme la cola anal. Mm😊  Amo me coge con cuidado y me baja de la mesa para no hacerme daño con la colita.
-Te faltaba la colita para ser una perra.
Le miro y sonrío. Me quita el sujetador y me susurra:
-Ahora te voy a putear, después te voy a hacer daño y luego voy a follarte.
Mi piel se eriza y mi cuerpo está entre una mezcla de temblor y ganas. Coge el flogger y sutilmente lo acaricia y pasea por su mano. Me azota con éste por la parte delantera de mi cuerpo, pechos, barriga, coño… Me lleva a otra parte del salón donde me sigue azotando con fuerza y gimoteo levemente mientras sonrío.
-Mírala, se queja y se ríe. Si te gusta cacho zorra.
Me río provocándole, me chupa el cuello y los pezones que se ponen tiesos y duros en cuanto los roza… respiro fuerte…dios…mete un dedo en mi interior y lo mueve, lo saca y se lo chupa.
-Estas empapada. Chupa que cojas fuerzas.
 Después hace lo mismo dándome su dedo para chupar mi humedad.
-Ahora te voy a dar las 4 hostias que me pediste.
Estoy pasando unos días un poco difíciles para mí, mala racha y le dije a Amo que igual 4 hostias me vendrían bien para quitarme la tontería…Amo todo se lo toma a pie de la letra y…
¡Zas! Me da la primera hostia, me pilla de sorpresa. Me hace daño y contengo las ganas de llorar al pasarse por mi mente los motivos de mi malestar estos días… No pienso llorar…por lo menos ahora.
-Vamos a empezar de nuevo, que se te ha olvidado contar y dar las gracias a tu Amo.
¿Qué? ¿Cuándo me ha pedido contar? Ya empezamos con el puteo… pero vamos que no me extraña nada viniendo de Amo…una ya se acostumbra. Me da una hostia de nuevo, literalmente me cruza la cara.
-Uno, gracias Amo.
Me aparto el pelo, esa es la dinámica de los cuatro bofetones… contar, dar las gracias y retirarme el pelo…
-Buena chica.
Ahí está, anulando mis problemas con tan solo 4 hostias… Me pone la mordaza y volvemos al sitio inicial. Coge la bolsa misteriosa y trae dos vasos de plástico y agua…me temo lo peor… y saca ¡pinzas de la ropa! No sé porque pero me viene a la mente que me las va a quitar con el flogger, he visto miles de vídeos así. Mientras me las coloca me dice:
-Hoy vamos a jugar, te voy a colocar pinzas por el cuerpo y te las voy a quitar con el flogger mientras sujetas dos vasos de agua, si se derrama una gota voy a por la vara.
¿Ves? Que malo es conocerse…jajaja...o bueno ;). Le miro divertida mientras me las va colocando una a una, voy contando y me pone un total de quince pinzas: cuatro en los dos laterales de la barriga, una en el ombligo, otra debajo de éste, una en cada pezón, otra por la parte del corazón.
-Elige un color.
Señalo una pinza de color azul, mi color favorito y coge las dos últimas para colocármelas en el coño. Llena los vasos y me los da, levanto los brazos y los estiro sosteniendo con fuerza los vasos, buscando un punto de apoyo para concentrarme y no perder equilibrio.
-¿Preparada?
Asiento, respiro y echo el aire por la boca, mi técnica de relajación/preparación.
-No te oigo.
Ya empezamos con el cachondeito…
-Sí Amo… digo como puedo con la mordaza…
Me da el primer golpe y caen algunas pinzas, las más fáciles claro, barriga y ombligo, no duele nada pero me gusta la sensación. Me da bastantes golpes hasta que caen todas excepto las del coño y las tetas. Miro los vasos para ver como están, están en su sitio ¡Bien! Amo perdóname pero no te voy a dar el gusto de que se caiga nada 😝
-Mm en las tetas parece que van a tardar más en caerse –dice divertido, solo le faltaba frotarse las manos.
Sonrío sigilosamente, duele un poco pero me gusta el dolor.
-Cuidado con esa concentración y el brazo izquierdo. ¡Sube los brazos! – dice de repente algo enfadado.
Los subo rápidamente, si es verdad que me habían flaqueado pero los vasos y el agua estaban en su sitio. Caen y quedan las del coño, las peores…Amo sabe que me va a doler y da con fuerza encantado. Joder, como duele. Me quejo, gruño… cuesta tirarlas y Amo desiste y las quita con la mano…aunque realmente no sé por qué. Pero a mí me da un gran alivio.
-¿Quieres que empecemos de nuevo con las pinzas?
Estoy algo indecisa, en el fondo no me importaría repetir pero niego con la cabeza simplemente por el dolor en el coño, por lo demás diría que sí, por ello me planteo decirle que sí pero omitiendo las pinzas en el coño, como sé que sería absurdo porque haría todo igualmente decido decir que no. Me quita la mordaza y me da agua, lo agradezco enormemente porque tengo la garganta seca y muchas ganas de toser. Aunque sé que por ÉL me hubiera dado agua con la mordaza puesta.
Coge cuerdas y probamos distintas formas de Shibari. Observo expectante como me coloca despacio y con cautela las cuerdas, como pasa una encima de la otra… me excito…Miro a través del espejo lo poco que me permite el mueble cargado de libros que tengo enfrente. Me duelen los pies, sobre todo el derecho; entre estar de pie con los taconazos (que a ver quién me manda a mí ponerme taconazos siempre…me encantan, que le vamos a hacer), mi lucha constante por no perder el equilibrio y la fuerza que hacía Amo al tirar y apretar de las cuerdas me hacía perder inestabilidad. Amo me echa foto y me la enseña, me gusta. Me quita las cuerdas.
-¿Ya me las quitas?
-Sí.
Jo, yo pensaba que me lo iba a dejar. Con las manos hacia delante y juntas, me ata las muñecas dando miles de vueltas.
-Esto me sirve para practicar y desconcentrarte para lo que te viene después.
¿Desconcentrarme? ¿O ponerme nerviosa Amo? Argg… asegurándose que puedo mover las manos, coge de la cuerda y aprovecha para llevarme hacia el sillón donde me pongo de rodillas y me ata en la madera de la parte trasera y bajera de éste quedando mi cabeza bocabajo y mi cuerpo pegado a la madera. Me puedo mover pero con algo de dificultad. Amo se vuelve a asegurar que puedo mover las manos y prepara unas tijeras por si hay que cortar de emergencia.
-Si te mareas o cualquier cosa me avisas.
-¿Marearme? –digo atónita… ¿Qué hará para que me diga eso?
-Sí, nunca se sabe que puede pasar.
Ah vale, ya entiendo. Le asiento para tranquilizarle y me retira la cola anal.
-¿Preparada?
-Sí Amo –digo decidida.
Miro sigilosamente hacia atrás porque he oído a Amo alejarse y en la mesa veo la pala, una raqueta que sé que es de calambres, la fusta y el Hitachi, la gracia es que solo temo el Hitachi…
-Pensaba que te ibas a librar pero no.
¿Eing? No entiendo que dice Amo pero le veo poner una pila o algo así creo que a la raqueta. Respiro, inspiro, expectante, intrigada, nerviosa… me azota con la mano pocas veces para calentar la zona y el golpe fuerte y dolorido de un objeto totalmente desconocido irrumpe en todos mis pensamientos eliminando todo tipo de preparación y respiración que estaba llevando a cabo. No sé con qué me está dando exactamente aunque imagino que es la pala esa nueva, duele mogollón pero algo de ese valioso objeto me hace sentir la necesidad de seguir, las chinches de las placas metálicas se me clavan en el culo, en cierto modo me recuerda a la lengüincheta, aunque no tiene nada que ver,  ese placer de sentir como algo se te clava y hay que ayudarlo un poco a que se “despegue” de tu piel.
Siento otro objeto pero lo conozco de inmediato, es la raqueta que da calambres aunque en mi culo no funciona y reconozco que me da rabia, joder, quiero probarlo y sentir que se siente. Percibo un dolor diferente, no es la pala ni la raqueta, ahora es la fusta de doma y Amo por supuesto que no va a cesar en su intensidad. Los golpes me hacen bastante daño, imagino sobre todo que será por el nivel de dolor que ya tiene el culo, aunque es un dolor más bajo que la pala.
Vuelve de nuevo la pala, con cada golpe mi cuerpo reacciona de manera involuntaria desplazándose hacia un lado y arqueando espalda y culo. Mis nalgas o culo de piedra como me dice Amo, van adquiriendo un color rojizo, de eso me informa Amo.
-Cuando te recuperes vuelves a tu sitio –me dice Amo en tono relajado.
Unos escasos segundos me bastan para volver a mi posición inicial cuando de repente Amo me azota bruscamente y seguidas veces velozmente con la mano dando lugar a cierta rabia e impotencia y al borde de la lágrima que no tarda en hacerse ver tras volver Amo con la pala. Grito, chillo, me quejo, pataleo, me retuerzo, mi cuerpo se contrae hacia delante a modo de espera/recibir el azote, lloro de dolor por primera vez pero me niego a parar. (En sesiones que he llorado no ha sido de dolor, ha sido de rabia, humillación…cosas que realmente me duelen más que los propios golpes). Mi llanto se hace imparable y los golpes no cesan y por si fuera poco la madera del sillón se me clava en el pecho. Lo paso realmente mal, la presión de la madera es horrorosa. Con razón me había dicho Amo que hoy se iba a encargar de que estuviese incómoda… si es que no falla. Intento que Amo no se dé cuenta de que lloro pero sé que ya lo sabe, el típico moqueo de llanto me traiciona y se lo noto cuando me da un pequeño descanso y acaricia mi pelo.
-Buena chica. ¿Estás bien?
Le asiento y se asegura acercando su cara con la mía. Soy incapaz de mirarlo pero lo hago y le sonrío para tranquilizarle. Se coloca delante de mí, se quita la camiseta, se desabrocha el pantalón y baja los calzoncillos y me da el mejor premio: la polla de Amo😋 
-Disfruta de tu descanso.
Y eso hago mi Amo, la saboreo, la disfruto, la hago mía, no puedo tocarla porque estoy atada y esa “rabia/ morbo” que me da que se salga de mi boca y tenga que llegar a ella como puedo, buscándola con mi lengua… Me obliga a garganta profunda 2 veces, llegando a la arcada y de repente me deja sin ella, se va dejándome con la miel en los labios… Amo se coloca detrás de mí y me penetra tal cual estoy durante varios minutos, concediéndome y ofreciéndome un dulce descanso.
-Estamos a punto de la sangre. ¿Quieres seguir?
Dios claro, eso me da un chute de energía, adoro la sangre y quiero conseguirla. Le asiento a Amo que se asegura preguntándome de nuevo. Me visto de valiente. Mis lágrimas no denotan límite. Me hacen fuerte, y así me siento. Siempre busco un paso más, un nuevo avance, ver hasta donde soy capaz de llegar sin extralimitarme y saber cuándo parar o que sea Amo el que decida hacerlo por el motivo que crea conveniente.
-Estás empapada zorra.
Me ofrece agua y la rechazo. Le pido por favor que me saque los pelos de la boca y me lo retire de la cara que se me pega por las lágrimas. Amo vuelve a descargar con la pala sobre mis ardientes, duras y marcadas nalgas. El dolor que siento sigue siendo inevitable contenerlo y mi llanto se retoma. Sé que está disfrutando de verme gritar, retorcerme, llorar… pero realmente eso es lo único que me importa: que disfrute y sea ÉL.
-Placer y dolor ¿eh? –dice Amo mientras sigue azotándome a golpe de pala.
Sí Amo…así es. Siempre me había preguntado a mí misma por qué la gente quería seguir a pesar de que estuviesen llorando de dolor y no paraban… de ser capaces de todo por recibir dolor…miles de preguntas que ahora soy yo misma la que me puedo responder…ahora entiendo todo y es que por mucho que nos duela y estemos “sufriendo” siempre estamos dispuestas a más. Esa maravillosa fusión de placer y dolor que se mezcla y que por alguna razón lo disfruto y necesito cada vez más.
-No olvides subir la cabeza para que no se te baje la sangre.
Amo siempre tan atento, yo ni había caído de que llevo como media hora o más con la cabeza agachada…tan solo estoy concentrada en los golpes. Un nuevo golpe firme me hace reaccionar echándome a un lado, a modo de protección supongo y me permito el detalle de coger aire que falta me hace desde que empezamos, entre los golpes que no dan tregua y el llanto era imposible respirar. Espero unos segundos y por lo que Amo me regaña enfadado para que vuelva a mi sitio. Coge el Hitachi y me lo pone para mi sorpresa a una intensidad más baja de lo habitual en ÉL. Eso en el fondo me relaja pero por otra parte prefiero más ya que Amo no se cansa de azotarme duramente y me gustaría concentrarme en el vibrador. Mi mente intercala: azotes, Hitachi, azotes, Hitachi…cierro las piernas y Amo me regaña bastante enfurecido.
-Abre las putas piernas.
Obedezco y sube la intensidad del Hitachi. No tiene fin en torturarme. Detiene el vibrador y sigue con la pala pocos minutos más y decide poner fin. Sé que lo hace por mí…por ÉL seguiría, no se cansa, yo no puedo saciarlo. Me desata del sofá y me lleva hasta la habitación, me ordena ponerme de rodillas en el suelo y me da polla para comer. Le miro ansiosa, deseosa y viciosa… Me coloco a cuatro patas en la cama y mientras cierra la puerta del armario que se encontraba abierta, imagino que lo hará para que me vea en el espejo (que digo yo), me folla duramente mientras mete dedos en mi ano y me azota con su hábil mano. Me agarro a la cama, tiro de las sábanas, las araño literalmente, gimo y grito de placer. En escasos minutos de penetración ya siento las ganas de correrme, los golpes me han dejado a punto pero aún no consigo correrme por ellos mismos. Siempre necesito algo sexual, sea lo que sea pero que me toque el clítoris. Me libera por completo las muñecas, me dice que me suba hacia la almohada si quiero pero me quedo tal cual estoy, estoy cómoda y después me ordena tocarme hasta correrme, me da permiso a hacerlo cuando quiera. Se sienta en la cama y me ofrece la polla insistiendo en que me corra. Lo hago varias veces y sigo comiendo sin parar de tocarme, Amo me recoge el pelo para que no me moleste y se lo agradezco, en el fondo le estaba tirando mensajes subliminales para que lo hiciera. Se corre en mi boca y trago como siempre con gusto la corrida de Amo.
-Yo no sé qué tienes en esa boca.
Pues ganas Amo, siempre tengo ganas y mucho zorderío. Me subo encima de Amo y nos besamos, descansamos y abrazamos; este último es mi mejor muestra de apoyo, de orgullo, de seguridad, de confianza, de respeto, de relajación...
Va a por la raqueta para enseñármela y descarga calambres en mi duro y medio morado culo (ya tocado y comprobado por mí). Ahora sí siento algunos calambres, en sesión no he notado nada. Me quejo pero me río y Amo se ríe conmigo. En mi cuerpo también habitan las marcas de las pinzas. Me molan. Me pregunta si quiero seguir con la pala pero melosa le digo que no, que ya lo tengo duro y eso me intensificaría el dolor, por lo que no aguantaría… ya lo comprobé el día de la vara: nada de descansos largos. Curiosamente me duele más el pecho de la presión del sofá y la madera que el culo. ¿Cómo es posible? Aunque bueno creo que en general voy a pasar por unos días de dolor completo, no se van a librar ni las cejas del dolor. Mm me gusta, eso es que haces buen trabajo Amo.
-Al final no hemos hecho lo del cigarro, lo vamos a hacer. Además me lo vas a encender tú, me lo vas a preparar.
- ¿Pero hoy?
-Sí, ahora mismo.
Vamos al salón, le pregunto si puedo quitarme los zapatos y su respuesta es No, en el fondo lo sabía pero tenía que intentarlo. Mientras Amo se fuma su cigarro hablamos, observo cómo se va consumiendo y lo que le queda para ser apagado en mi culo. Me ordena levantarme, echa saliva en mi culo, cierro los ojos y me preparo. Doy un gritillo cuando siento la quemadura pero no es nada que no se pueda soportar. Era una prueba, la próxima lo haremos mejor y sin saliva, pero como experiencia ha sido buena 😉
Como siempre, después de cada sesión calibro y valoro en mi balanza de dolor y placer si me merece la pena pasar por todo este tipo de tortura…siempre mi respuesta es la misma y no me hace falta pensarla mucho: SI Y SI. En mi balanza, por mucho dolor que haya, siempre gana el PLACER.
Ahora toca preparar la maleta, el viernes vuelvo a la playa de nuevo durante una semana a disfrutar de mis segundas vacaciones, me vendrá bien para pensar, desconectar, aclararme y deshacerme de mis rayadas. Volveré a estar sin ver a Amo dos semanas o así, pero llevo conmigo sus marcas en mi culo, punto extra para acordarme aún más de ÉL. (Si, tendré cuidado con las marcas en la playa jeje). Nos vemos pronto Amo.
GRACIAS.






Daira.

miércoles, 11 de julio de 2018

Nuestra unión: seguimos creciendo juntos 🎩🐶


La sesión se adelanta un día, Amo no sabe ni en el día que vive pero no importa, llevamos dos semanas sin sesionar y así nos veremos antes. Esta sesión me hace especialmente ilusión ya que es la primera donde le voy a llamar “Amo”. El viernes día 6 quedamos y me lo dijo, ya no tenía que llamarle de usted, no me lo esperaba y apenas supe reaccionar, pero la ilusión que me hizo solo la sé yo. Muchas veces había pensado en ese momento pero nunca creí que llegase a pasar… yo sabía que no era lo que ÉL buscaba pero me alegra saber que poquito a poquito le voy dando lo que necesita desde mi nivel. Me regaló un collar como simbolización a nuestra unión y el cual le gustaría que llevase para las quedadas. 


Mientras cenamos me propone ir al cine y acepto encantada, sé para qué. A Amo se le antojó hace semanas hacerme un dedo en el cine y me daba que hoy iba a ser el día. Elegimos una película que él quería ver y a mí me daba igual y confiando en que hubiese poca gente el tiro nos sale por la culata...o no… ¡Hay mucha gente, más morbo! La mano de Amo empieza a merodear por mi pierna derecha lentamente, acariciándola y tocándome por encima del pantalón y en tan solo segundos ya estoy empapada y mi piel erizada, observo a las filas de la derecha con provocación para que se den cuenta pero nah, están en la película. ¡Qué gente tan poco observadora!
-Ya estoy cachonda -le susurro a Amo
-¿Sí? – se ríe –Si es que eres una zorra.
Con sigilo bordea la parte bajera del pantalón, al ser tan ajustado resulta algo complicado y en ese momento me pregunto seriamente por qué no me habré puesto una maldita falda.
-Desabróchate el pantalón – me susurra
En dos segundos el pantalón está desabrochado, Amo mete la mano pero nada, el pantalón es de cadera alta y es imposible meter la mano pero Él no desiste y se va a la pierna izquierda. Me deslizo hacia abajo un poco para facilitarle el proceso y abro las piernas. Con cautela y tras varios intentos y caricias lentas consigue meter un dedo (solamente de imaginármelo de nuevo me pongo cachonda) sonrío, le miro provocadora, contengo un poco los gemidos, resoplo…
-Tú a la película – me dice
Amo mete y saca dedos despacio y poco a poco va aumentando ritmo e intensidad, redondea, me remuevo entre el asiento, estoy completamente mojada y excitada, si no fuera por la gente estaría cabalgándole como si no hubiera un mañana… Minutos después saca el dedo y se lo chupa…
-Mm que buena estas, abróchate y vuelve a ponerte cómoda.
¿Ya? No por favor. Sí, me deja a medias, completamente cachonda, como le gusta putearme…en ese momento siento un odio máximo hacia él jajaja.
Terminamos de ver la película y vamos a su casa, cigarrito, se ducha y mientras me preparo, por orden de Amo: vestimenta oficial (falda de cuero con cremallera que se abre entera y le encanta, top negro, medias por encima de la rodilla, zapatos negros, labios rojos, ropa interior negra y que además estreno y mi collar). Son casi las 2 de la mañana y preveo que nos vamos a acostar a las tantas…. Amo sale y me dirijo hacia Él, me da una vuelta, piropo, me susurra cosas en el oído y se empalma.
-Yo tengo un problema contigo – me lleva la mano a su más que evidente paquete.
Sonrío, eso no es problema Amo, me encanta ponerte cachondo sin ni siquiera tocarte. Me apoyo en el sofá, me chupa el cuello y automáticamente mi respiración se hace firme y sonora y se acelera…después nos besamos.
-Quítate las bragas – me ordena
Con cuidado de no pegarme la hostia madre por los tacones me quito el tanga despacio y se lo entrego a Amo que me lo pone de mordaza. Le sigo hasta la habitación, en la cama están las esposas dobles moradas, cuerdas y el látigo de cordones de yute hecho por Él mismo.
Se coloca detrás de mí y me susurra varias cosas al oído mientras tira de mi pelo y mi cabeza se tensa hacia atrás.
-Como tenemos poco tiempo hoy nos vamos a centrar en tu placer y la próxima en el mío, quiero que me guíes por donde más te gusta y no podrás correrte hasta que yo no te diga.
Joder, ya estamos… le asiento con la cabeza y me quito el tanga de la boca por orden suya que tiro en la cama cuando me hace una señal para que junte las muñecas y me ata con la cuerda bajo mi mirada expectante. Me apoyo en la cama con el culo bien expuesto y me azota con la mano y después con el látigo, joder como duele, contengo la respiración.
-¿Qué tal?
-Pica.
-¿Sí?
-Sí, mucho.
Me incorporo y tumbo en la cama bocarriba con las manos por encima de la cabeza y Amo me besa, baja la cremallera entera de la falda quedando ésta abierta debajo de mí, empieza a jugar con mi cuerpo, besándolo… dando pequeños mordiscos por las zonas que más me ponen, le miro y sonríe cuando ve que me remuevo… no sabe ná. Recorre mi barriga hasta llegar a mi sexo, roza mi clítoris y me lo come con su técnica, el calor empieza a hacerse dueño de mi cuerpo, gimo, levanto las caderas para dar mejor acceso, no me hace falta guiarle, Amo sabe dónde ir. Las manos se me duermen tanto que se me hace casi imposible mover los dedos para avivarlas.
-¿Qué te pasa? ¿Estás bien?
-Que se me han dormido las manos.
Amo me quita la cuerda liberando mis manos y las muevo con fuerza para despertarlas. Poco a poco van volviendo a su ser mientras mi cuerpo está a punto de liberarse…
-Pare Amo pare, que me corro – digo rápidamente
Amo para y me da una hostia.
-Y me llama de usted encima –dice con un leve tono enfurecido.
Joder, es la costumbre pero tampoco creía que me corrigiese por eso…  Quita mi falda que aún permanecía debajo de mí y se lo agradezco, al ser de cuero me da muchiiisima calor. Sigue acechando por mi sexo con la lengua y esta vez con la mano también. Resoplo a modo de sufrimiento ¡Quiero correrme!
-¿Quieres correrte?
-Sí Amo, por favor. ¿Me puedo correr? –le digo con penita
-Puedes correrte.
Dios gracias, pocos segundos más de masturbación me bastan para llegar a un merecido e intenso orgasmo. Bebo agua mientras me deja recuperarme un rato y observo como Amo se deshace de su ropa y coge las esposas dobles. Me quita los zapatos y con las piernas abiertas coloca las esposas en los pies y con los brazos estirados y pegados en la cama coloca las esposas en las muñecas, quedando las extremidades superiores e inferiores totalmente pegadas y para no variar me da morbo.
-Hoy no va a haber Hitachi ni nada de eso, ya te dije que te iba a torturar pero te va a gustar. ¿No vas a cerrar las piernas verdad? –me advierte.
Niego con la cabeza, normalmente con lo único que me resulta imposible mantenerlas abiertas es con el Hitachi, con lo demás lo controlo por suerte ;).
Amo mete dedos en mi interior simultaneando con la lengua, no me da tregua ninguna, chupa, roza, lame, redondea mi clítoris pasando por el botón, me retuerzo y me dejo llevar por un nuevo orgasmo. Se va al borde de la cama y me ordena ir hacia él. Es jodidamente difícil levantarse teniendo atadas y unidas manos y pies.
-No puedo –le digo frustrada.
-Daira ven –dice enfurecido.
Sigo intentándolo, cojo impulso y cuando consigo levantarme caigo hacia atrás. Con fuerza cojo impulso de nuevo y ahora si consigo permanecer de rodillas e ir hasta Amo que me da una hostia.
-Te dije que no te confiaras, aquí no valen los “no puedo”.
-Lo siento –le digo arrepentida con la cabeza hacia abajo sobre todo porque al final he podido. Eso me pasa por hablar antes de tiempo y desistir rápido.
-¿Qué?
-Lo siento Amo –rectifico de inmediato.
Me ofrece su polla y la mete en mi boca durante minutos hasta que está erecta y lista para mí. Me doy la vuelta y coloco a cuatro patas donde Amo me embiste con delicadeza y va subiendo fuerza, ritmo, intensidad, placer y gemidos mientras escupe saliva en mi culo y mete un dedo. Tengo la cabeza apoyada en la cama y me estoy quedando sin respiración, yo misma me lo estoy produciendo sin darme cuenta por lo que ladeo rápidamente la cabeza para coger el poco aire que me permiten las penetraciones duras y profundas de Amo y así de paso me ve la cara de sufrimiento/placer que sé que le gusta. En esta postura con estas ataduras me resulta bastante incómoda y dolorosa para mi espalda, me planteo varias veces pedirle que cambiemos por el intenso dolor que me provoca, la tengo en tensión y el cuello también pero al final aguanto y no le digo nada. Me azota repetidas veces mientras me folla duro y salvaje y se me olvida el dolor. Amo para, la saca y me tumbo bocarriba. ¡Mierda, quiero agua, para que me tumbo! Cojo impulso otra vez y ahora me siento en la cama a la primera, indefensa total Amo me da agua y se lo agradezco. Me vuelvo a tumbar y me deslizo hacia arriba hasta apoyar la cabeza en la almohada. Me quita las esposas liberándome por completo y comprobando que todo está en orden.
-¿Estás bien?
Le asiento y sonrío a la vez.
-Ahora va a ser al contrario, quiero que busques tu orgasmo. Céntrate ahí abajo.
Mete dedos en mí y los mueve despacio mientras yo muevo mis caderas al unísono buscando ambos el orgasmo.  La curvatura de los dedos haciendo el gesto famoso de “ven aquí”, el movimiento acelerado y la profundidad de los dedos me indica que Amo está estimulando el punto G para intentar conseguir el deseado squirt. El placer es intenso, desorbitado, el calor inunda en mi cuerpo y chorreo literalmente de sudor y Amo igual. Mis gemidos y gritos se hacen eco del momento y Amo me tapa la boca para acallarlos mientras sigue con su búsqueda. Quita la mano y muerdo mi brazo con fuerza de la fuerte tortura que me está provocando.
-Córrete puta.
Siento que se está quedando sin paciencia pero no puedo forzarme a algo que no sale por sí solo, mis ganas de correrme están cerca pero no siento las ganas de hacer pis y no creo que la corrida sea la esperada. Minutos después me dejo llevar por un espectacular orgasmo quedando totalmente relajada y saciada y Amo finaliza. No sé si le habrá sido satisfactorio o no… ¿Y si nunca soy capaz de llegar al squirt? ¿Es culpa mía?... Sé que Amo no se rinde y ambos seguiremos intentándolo. Me deja recomponerme unos minutos mientras mi respiración y mi aliento se normalizan. Me siento ida, en mi subspace pero poco a poco me recupero.
-¿Bien?
Asiento como buenamente puedo y sigo a Amo hasta el salón. Las piernas me flaquean y mi cuerpo tiembla. Apoyado en el sofá y yo en Él nos besamos mientras nuestros cuerpos se van secando del calor originado.
-¿Con más ganas de complacerme?
-Siempre –le susurro.
En el mueble de la televisión veo el paquete de tabaco y un cigarro fuera y me tenso al creer que me lo va a apagar en el culo (ya me advirtió que lo iba a hacer algún día) pero no, se sienta en el sofá y a su lado me acomodo para hacer mía su polla mientras Amo se fuma el cigarro. Le encanta acabar así.
-Cada vez lo haces mejor. Tienes hambre ¿eh?
Una ya la tiene controlada y sabe dónde ir y cómo hacerlo y a mí el hambre de mi dueño no se me quita nunca. La masturbo con la mano mientras se la como y redondeo con la lengua el glande, chupo de arriba abajo y toco los testículos.
-Ya casi lo tienes. ¿Quieres leche de tu Amo?
Emito un sonido en señal de “sí “y le asiento por si no ha quedado claro.
-Eres la mejor.
Como de costumbre observo sus movimientos y las piernas comienzan a temblar, su cuerpo a tensarse y su leche a salir hacia mi fino paladar que saboreo y degusto con ganas.
Mientras tanto descanso en su pecho y me acaricia la cara suave y lentamente.

GRACIAS AMO.



Daira.