martes, 20 de noviembre de 2018

Anzuelos


Demasiados altibajos en estas dos últimas semanas, especialmente la pasada. Después de hablar con Amo ya todo está más o menos en orden. EL jueves pasado nos vimos para hacer Shibari y demás. Todo guay, me encanta el Shibari. El domingo recibo un mensaje de Amo con una foto de una marioneta diciéndome que vaya pensando ropa y maquillaje de muñeca para la siguiente sesión, que me pondrá anzuelos en los pezones y haremos fotos bedesemeras con temática de marioneta. La idea me gusta aunque como soy tan sumamente rallada paso los dos días así, pensando y agobiándome qué ropa ponerme y cómo maquillarme, ya que no es precisamente mi punto fuerte. Veo tutoriales en YouTube para coger alguna idea que no sea muy difícil pero tampoco muy sencillo, ya que me pongo intentaré hacerlo lo mejor posible y sacar fotos chulas. La idea es así más o menos con los anzuelos. Me maquillaré así y de ropa iré de colegiala.
Por fin martes, me encuentro con Amo y como siempre hablamos de nuestras cosas, momento en el que mis nervios van calmándose y alterándose a la vez. Cuando llegamos a su casa y tras el permiso de Amo para pasar, me quito el collar de calle (vamos a llamarlo así) y me pongo el de perra. Le expongo algunas cosas que me gustaría probar con chinchetas y conversamos sobre los anzuelos. Como toda práctica nueva me da algo de reparo, miedo y respeto pero la curiosidad siempre mata a esta perra y quiero probarlo. Tengo sentimientos encontrados con los juguetes punzantes🙂 Coge uno, le tenso la piel de la mano y prueba primero con ÉL. Una vez que ve que todo está correcto prueba conmigo, yo aparto la mirada para no verlo.
-No sabes lo que me pone esto.
Yo sonrío por lo bajini, me gusta verle disfrutar aunque yo sufra, para eso estoy ¿no? Lo va insertando despacio, me duele bastante, va rompiendo la piel pero no consigue que rompa la última parte para que salga al exterior. Pero bueno, ha sido una prueba, después seguimos cuando llegue el momento.
Amo prepara cosas en la mesa del salón y se mete a la ducha. Yo espero fuera a que salga y me dé órdenes. Deambulo por el salón mientras pienso en la sesión y mi humedad se va notando. Cuando sale, me ordena quitarme toda la ropa excepto el tanga y coger una toalla para llevarla al salón. Me toco el sexo para comprobar si era cierto que estaba mojada con tan solo pensar y sí, ya estaba excitada sin apenas hacer nada. Coloca una silla delante de la mesa y me siento en ella. Me ata a ésta con un cinturón por debajo de las tetas, mete una cuerda por la anilla del collar y la tensa quedando muy justo de mi cuello, casi ahogándome. Meto las manos por los barrotes de la silla y me las ata con cuerda.
-Tú si quieres moverte o lo que quieras puedes hacerlo –dice mofándose.
 Estoy inmovilizada por la parte de arriba.
-¿Todo bien?
-Sí, menos el collar que me aprieta un poco pero sé que está hecho aposta.
-Así es. Primero te voy a torturar un poco. Respira y prepárate.
Amo sabe que es mi técnica de preparación antes de cada sesión. Respecto al collar, al no tener sensación de ahogo no hice parar a Amo, sino si ya que es mi límite. A parte sé que Él no haría nada que yo no quiera.
-Hoy tenemos dos juguetes nuevos, uno te va a gustar más que el otro.
Con delicadeza deja reposar el flogger en mi pierna mientras me enseña los dos juguetes: una doble tira de baqueta y una tira de cuero.
-¿Preparada?
-Sí Amo.
Me da un golpe en la pierna con cada uno de ellos, me quejo, duelen mogollón, me dejan marca. Me pregunto seriamente cuál objeto era el que se supone que me iba a gustar jajaja, la leche como duelen. Cojo aire por la nariz y lo expulso por la boca cuando un primer golpe inesperado me saca de mi momento preparatorio obligándome a dar un respingo de la sorpresa. Amo me azota por la barriga, por las tetas, por el pecho que se pone rojo con tan solo unos escasos golpes. Bajo la cabeza y me regaña.
-¿Te lo estás pasando bien putita?
Asiento y sonrío, no puedo disimularlo. Me sigue azotando fuerte por todo el cuerpo. En las tetas me duele muchísimo, la respiración se me corta, mis piernas no dejan de moverse, de levantarse inconscientemente. Los pezones están muy dolidos y con cada golpe aumentan las ganas de llorar. Siento rabia. Cierro y aprieto los ojos para evitarlas pero acaban saliendo. Amo sigue golpeándome con destreza y sin nada de delicadeza. En cada golpe aparto la mirada y giro mi cabeza hacia un lado. Se sienta encima de mí, me tensa el pelo hacia atrás y me regaña:
-¿Por qué no has mandado la última sesión todavía?
Al ver que no contesto Amo me vuelve a regañar y me cruza la cara dos veces.
-No tengo paciencia para las preguntas.
-Se me ha olvidado –digo entre lágrimas.
-¿Se te ha olvidado? No me gusta que no me hagas caso. ¿Vas a volver a hacerlo?
Niego con la cabeza, no puedo hablar.
-¿Estas bien?
-Sí Amo.
Se lo repito aumentando el timbre de voz y a la tercera va la vencida. Amo se levanta, coloca un plato, un barreño con agua y un trapo junto a mi pie derecho y unas pinzas junto al izquierdo. Enciende dos velas y me pone una en cada pierna:
-Como te gusta mucho mover las piernas te pongo esto. Estas si queman, asique en cuanto notes que te empieza a quemar me avisas para quitártelas a tiempo. ¿Entendido?
-Sí Amo.
Bueno, ahora entra en juego la dominación mental asique gestiono a mi cerebro obligándole a que no se derrame ni una gota de cera, para ello no puedo mover las piernas bajo ningún concepto. Amo continúa golpeándome con el flogger fuertemente por todos lados, especialmente por los pezones que es por donde sabe que más duele y puedo moverme. Con mis ojos cerrados y apretados bajo miles de resoplos y respiraciones, consigo mi objetivo: no muevo las piernas y las velas siguen tal cual 👏
-Bien –me dice Amo.
Las apaga, me las retira y echa cera en las piernas segundos después, no quema nada. Amo me libera de toda cuerda y cinturón, me levanto, coloco la silla, me hago una coleta, quito mi tanga y dejo la toalla en el sofá. Me toco el sexo y estoy húmeda. Tras las órdenes de Amo, me coloco donde me dice y coloca las pezoneras de acero inoxidable con cadenas y clips, es decir, las que duelen horrores. Tengo los pezones sensibilizados y al ponérmelas doy un gritito, me duele mucho.
-¿Vas a sufrir por mí?
-Sí Amo.
Me pongo de espaldas a Amo con las manos en la nuca y me azota con el flogger por toda la espalda, algunos golpes me dan en las pezoneras y quejas salen por mi boca mientras mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas.
-¿Estás bien?
Como solo asiento, Amo me regaña, o quizá sea porque no se ha dado cuenta que he asentido, no sé.
-Estate atenta, no te relajes.
-Estoy atenta – me defiendo.
Si no contesté no fue porque no estaba atenta, simplemente que tenía mucho dolor y no podía pronunciar las palabras. Además yo suelo ser mas de asentir que de hablar porque estoy concentrada.
-¿Cómo estás mejor para ponerte el culo rojo? ¿Apoyándote o así de pie?
-Apoyándome –digo entre sollozos.
Apoyo las manos en la mesa y cuando estoy lista Amo me golpea primero con el flogger para ir calentando el cuerpo y culo, dos fuertes golpes en la espalda me hacen girarme y decirle que tenga cuidado por esa parte ya que ha sido en la parte de la columna y las cervicales y me ha dolido mucho. Ahora me calienta con su hábil mano mis nalgas. Me toca el sexo y chupa su dedo. Coge la doble tira de baqueta.
-Vamos a ver si te tiemblan las piernas.
Me golpea durante minutos con ella, apenas me hace daño y en cada golpe me salen gemidos, es similar al cinturón.
-Vamos a cambiar que no te hace nada, normal con este culo de piedra.
La cambia por la tira de cuero, por dios esta sí que duele horrores, Amo no me golpea muy fuerte porque mientras me calibra se da cuenta que hace demasiado daño con golpes flojitos, asique con los fuertes no os quiero ni contar… Grito, me remuevo, me ladeo, levanto la pierna, resoplo, cierro los ojos, contraigo la cara, muecas de dolor aparecen en mi cara y un sinfín de señales de dolor. Amo mete dedos en mi boca para acallarme, me concentro en los dedos y paseo mi lengua suave para ignorar al dolor, o intentarlo al menos. Tras varios golpes más, Amo para. Con un trapo mojado alivia mi espalda y culo, dándome así mientras tanto un descanso para que respire. Siento alivio, frío y ardor a la vez. Mi cuerpo tiembla, especialmente las piernas. Ahora coge la pala de pinchos y atesta golpes contra mí.
-Menudo regalo me hiciste, al final no te va a gustar tanto habérmela regalado.
Pues sí, justo eso se me estaba pasando por la cabeza jajaja. Mi culo y espalda se arquea en señal de recibimiento a los golpes. Me golpea en ambas nalgas, en las pantorrillas, muslos, entrepierna e incluso en la curcusilla y me hace mucho daño.
-Joder –digo entre sollozos y rabia.
Lloro, me muevo hacia un lado de dolor, algunas veces Amo me da segundos para volver a mi posición y otras no. Me bloquea un poco con su mano para imposibilitarme el movimiento y atesta un aluvión de golpes quedándome apenas sin respiración por el dolor. Apoyo los codos en la mesa y esporádicamente Amo me sigue azotando mientras oigo como coge algo. Sé sus intenciones. De repente siento la polla de Amo entrar en mí despacio acoplándonos el uno al otro. Con el vaivén de los movimientos algo me va rozando en el clítoris que no pude identificar y en cuestión de segundos me corro. Me tira del pelo y jadeo para convertirlos en gemidos después.
-¿Te gusta? –Asiento con sonrisa picarona – A mí también –dice Amo entre jadeos.
Me araña la espalda y mete dedos en mi culo simultáneamente con la penetración. Me siento en la mesa y abro mis piernas para después acabar rodeándole a Amo por la cintura.
-Me encanta ver como entra y sale.
Aunque mi posición no me lo permite, miro para ver porque a mí también me gusta J Me tira del collar, nos miramos, sonreímos, la cara de Amo irradia placer y excitación. Me atesta una inesperada penetración profunda y dura. Subo las piernas a los hombros mientras me sigue follando. Me coge en brazos y me lleva a la habitación.
-Hay que aprovechar este momento. Ponte a cuatro, como a mí me gusta.
En posición perrita Amo me penetra de nuevo, me echa la colcha por encima de la cabeza y escasos minutos después me la quita, no sé si era por si gemía mucho para evitar tanto ruido o porque quiso sin más. Gimo bajito para “tener contenta “a la vecina molesta y no nos corte el rollo. Me toco el clítoris simultáneamente y mete dedos en mi culo.
-¿Te gusta así, todo a la vez?
Asiento entre gemidos y después Amo me penetra por el culo. Yo no dejo de tocarme. Araño la colcha. A ambos nos gusta. Amo la saca, coge algo que después de curiosear me percato que es el Súper Hitachi y le sigo hacia el salón. Con una toalla en el suelo, me pongo de rodillas mientras Amo se sienta en el sofá y me deleito con vibrador y polla. Me obliga a garganta profunda en varias ocasiones. Me tira de los pezones y gruño y me da hostias porque se supone que no chupo y después me da más bofetones porque se supone que le he mirado mal. Supongo que del dolor de los pezones y la rabia de que me diga que no chupo cuando sí lo estoy haciendo me habrá llevado a mirarle con rabia involuntariamente.
-¿Quieres leche? –Asiento – Hoy me voy a correr de una manera especial, vas a tener dolor mientras.
¿Cómo? No entiendo nada… me azotará o algo claro está, pero no ubico posición ni nada…no sé. Amo me exige darle tres orgasmos y al finalizar cada uno de ellos, separar el Hitachi cinco segundos de mi clítoris. En el tercer orgasmo tengo que pedirle permiso que por supuesto me lo niega, aunque segundos más tarde me lo acepta. Amo me mira mientras me masturbo.
-¿Y esa cara de quién es?
-Tuya.
Le aviso cuando termino y apago el Hitachi. Caminamos a la mesa redonda y apoyo la cabeza y cara de lado en el frío cristal. Se la como mientras a Amo buscando su leche. Me motiva diciéndome que ya casi lo tengo y se corre en mi cara dejando que caiga corrida en la mesa.
-Límpiala hasta que no dejes nada.
Limpio la leche y al unísono Amo arremete en mi culo con la pala de pinchos de nuevo hasta que deje la mesa limpia como una patena. Los golpes me hacen muchísimo daño, me cortan la respiración pero no dejo de chupar para acabar cuanto antes. Cuando no hay ni rastro de leche en la mesa, levanto la cabeza y un <Joder> sale de mi boca por el daño que me están provocando los golpes e inconscientemente lanzo una mirada fugaz de rabia hacia Amo. Me incorporo y Amo se señala su pecho con golpecitos indicándome que vaya para darme un abrazo. Me acurruco en ÉL y respiro. Me pregunta si estoy bien y me da un beso en la frente. Le traigo agua y bebo yo también, estoy seca. Descansamos un rato y me preparo para lo más difícil de la sesión: los anzuelos. Cojo las pinturas necesarias y demás y voy al baño a prepararme. Me pinto más tranquila de lo que pensaba pero intento no demorarme mucho para no hacer esperar a Amo demasiado. Pues oye, al final creo que no me ha quedado tan mal el maquillaje, algo de muñeca tengo jajaja. Me pongo la falda de colegiala, medias y tacones. 
 Ya pintada y vestida para la ocasión, me siento enfrente de Amo, estoy muy nerviosa y ÉL intenta tranquilizarme. Me echa cristalmina y comenzamos con las manos, primero la izquierda y después la derecha. Mientras Amo va insertando el anzuelo y rompiéndome la piel yo aparto la mirada, prefiero no verlo y así concentrarme mejor. Duele muchísimo, es un dolor intenso, profundo y concentrado. Como si te rajaran. Escucho el “clack” avisándome de que ya ha traspasado toda la piel y ha salido por el otro lado. Miro mi mano y me da reparo, joder puta curiosidad siempre de mirar todo, Argg. Amo se preocupa en todo momento de mí, le digo que estoy bien y que siga con la otra mano, ya que estamos puestos no voy a dejarlo a medias, respiro y pongo la otra mano repitiendo exactamente lo mismo que con la otra mano, no miro, esta vez le cuesta a Amo un poco más romper la piel. Respiro, resoplo, suspiro, me quejo, gruño, sudo como un pollo, duele mucho, que pase esto ya por favor. El “clack” me vuelve a avisar de la victoria sufrida. Tras asegurarnos que estoy bien y todo está perfecto, coge otro anzuelo para ponernos manos a la obra con los pezones. Las manos me duelen, el dolor se queda ahí intacto, no se va en ningún momento e intento no mover mucho las manos porque me da un poco de grima verlo en mi mano enganchado. Vuelvo a resoplar, Amo me dice que lo dejamos si no quiero seguir, pero le digo que sí, que probamos al menos. Lo hago sobre todo por ÉL, sé que disfruta con esto, aunque tengo curiosidad también para saber qué se siente. Echa cristalmina en el pezón y contraigo la cara con apenas rozarme la punta del anzuelo en éste, no quiero ni mirar, muecas de dolor aparecen en mi cara, ojos cerrados y gruñidos se hacen eco todo el rato del salón.
-¿Cuánto queda?- pregunto desesperada.
-Un poco –me informa Amo.
-No puedo llorar que se me corre el maquillaje –digo excusándome y convenciéndome de que puedo. 
-Es lo más normal del mundo pensar en eso mientras te pongo anzuelos –dice irónico Amo y se ríe.
Gestiono a mi cerebro, me concentro pero el dolor es tan insoportable que soy incapaz de mantener una concentración. Todo queda en segundo plano, solo está presente el dolor y mis ganas de que Amo por fin inserte todo el anzuelo. Estoy a punto de llorar, no aguanto más el dolor. Amo lo da por imposible y decide dejarlo porque ve que al final me desmayo debido al extremo dolor aunque yo no me encontraba mal del todo. Las manos me tiemblan un poco y estoy algo aturdida. Mantengo todo el rato la cabeza agachada con los ojos cerrados mientras me recupero y tengo algo de rabia por no haberlo conseguido hasta que Amo me obliga a mirarle.
-¿Estas bien?
-Sí- le sonrío para asegurar.
-Bonita.
Amo se dispone a quitarme los anzuelos de la mano, empieza por el derecho ya que le preocupa más debido a que ha cogido más carne y ha costado más meterlo. Con cautela y cuidado lo va sacando muy despacio, me duele pero lo soporto mejor. Con la mano izquierda es necesario utilizar unas tenazas porque no sale bien, asique Amo rompe el extremo del anzuelo y así puede sacarlo sin dificultad. Me cura con cristalmina y alcohol.
-Valiente – me dice y me da un beso.
Amo me quita el collar. Creo que es la primera vez que lo hace. Estoy algo alterada, demasiada tensión, emociones y sentimientos acumulados. Permanezco sentada en la silla un rato por si al levantarme no me reaccionan las piernas y Amo me trae agua. Toca mi alterado corazón para que me relaje y recupere su ritmo. Una vez que me creo preparada me levanto y las piernas me flaquean un poco pero por suerte estoy bien 🙂
GRACIAS AMO.



Daira.

jueves, 8 de noviembre de 2018

Cumpleaños feliz 🎈


Semana intensa, especial, emotiva, con regalos, miles de felicitaciones, dedicatorias y por supuesto sesión especial 😊
Esta semana Amo me pidió llevar cinta de raso para poner <JOTA> en mi cuerpo con la grapadora, aceite de masaje y bolas chinas. La grapadora al final no pudimos utilizarla ya que eran necesarias otras cosas para poder usarla con seguridad. Conozco a Amo y aunque no me esperaba nada de lo que hizo, sabía  que con el más mínimo detalle haría especial mi cumpleaños y la sesión.
Mientras esperamos la cena Amo me ordena ir al baño a ponerme las bolas chinas y cuando salgo tengo un regalo en la mesa. Es un libro que hace tiempo le pedí prestado para leerlo pero lo había dejado y aun no se lo habían devuelto. Después de dos meses pudo conseguirlo jajaja. En la portada del libro había una dedicatoria que leo con emoción y agradecimiento a Amo por el detalle. Noto como con sorpresa me mira el cuello, llevo un collar finito típico que se pone muuuucha gente para decorar pero yo lo llevo con otro significado, simbolizando mi sumisión pero más disimulado eso si jeje, así puedo llevarlo a todos lados. Ya en la puerta de su casa me da permiso y entro rápido. Bueno, como ya sabéis, la rutina de siempre: hablamos, opinamos, me prepara un poquito para la sesión, etc.
-¿Tengo que recordarte que tienes que ponerte el collar? –me reprocha por lo sucedido en la anterior sesión.
-Tengo este puesto, no sé si te has dado cuenta –le digo tranquila.
-Sí, lo he visto y me gusta.
Sonrío orgullosa y me pongo mi collar de perra. Me enseña el palo de la palmera, es largo, fuerte y duro. Uf...tiene que picar.
-A ver si lo rompemos –me dice Amo.
Mientras la observo, la analizo, la miro de arriba bajo, por delante y por detrás…Amo prepara la ropa para meterse a la ducha. Acudo a su llamada y voy hacia el baño con ÉL para cortarle el pelo. Al ser la segunda vez que lo hago voy más segura y tranquila. Le acerco y preparo la silla a Amo que se sienta de espaldas a mí y cojo la maquinilla y empiezo a pasársela despacio por la parte trasera de la cabeza, después Amo se da la vuelta y hago lo mismo por delante mientras su mano merodea por mi pierna suave y lentamente, me excito y sonrío aunque esta vez no alargo el corte de pelo (bueno un poquillo sí jeje). Me dice que está pensando ducharme con ÉL, aunque esto no lo tenía pensado. ¡Bien! Jeje. Le repaso con las tijeras la parte de las orejas y le termino de repasar los pelos sobrantes. Mientras se repasa la barba me voy al salón a esperar, cuando termina llevo el cepillo y recogedor a su sitio y entro al baño de nuevo. Le preparo el grifo, me quito la ropa, las bolas chinas y mete un dedo en mi vagina que Amo chupa con gusto. Entramos en la ducha, roce por aquí, roce por allí… yo me excito y veo que Amo también. Tengo calor y no es por el agua caliente. Me echo champú en la mano y lavo la cabeza de Amo con cuidado de no caerle espuma en los ojos, le acaricio y rasco la cabeza despacio. Se enjuaga y le ayudo para que no le quede espuma, me da azotitos y me besa. La erección de Amo es evidente. Echo gel en la esponja y lavo la parte trasera, admirando su silueta empiezo por su gran espalda donde con detenimiento me regodeo y alargo un poco el lavado, así tan ancha, tan tersa, tan musculosa, tan robusta, tan… me encanta, uf… después voy al culo, piernas y pies para seguir por el pecho, los brazos y manos.
-Hay que cuidar a Amo y la del 45 –me dice sonriendo.
Le froto la mano “fuerte” bromeando con desgastarla… esa mano tan grande…tan dura… tan hábil… (Paro ya, sí). Después voy a la polla, la lavo despacio mientras nos besamos y con sigilo y provocación miro a Amo que se percata de mi intención.
-Parece que la quieres – dice irónico y me hace una señal para que baje.
Le leo la mirada y me pongo de rodillas con las caricias del agua sobre mi cara, la meto en mi boca durante el rato que me permite Amo. Cuando me levanto nos abrazamos y besamos. Salimos y mientras nos secamos y vestimos me dice que se va a portar bien por mi cumpleaños, no sé exactamente cuales fueron mis palabras para que me dijera que me va a meter caña, mierda pero yo para que hablaré… jajaja. Pido permiso para hacer pis y me lo niega, sé por qué. Vamos al salón, enciende una vela, la deja en la mesa y saca los juguetes nuevos para enseñármelos: una máscara de cuero con capucha y hocico de perro (sólo de verla ya me agobié), unas pezoneras de acero inoxidable con clip y cadenas y las tijeras quirúrgicas. Me dice que vamos a probar la máscara, aunque me conozco yo sus “vamos a probar”, conforme me la va colocando siento agobio, mi respiración se acelera y entrecorta a la vez y me entra mucha calor.
-No pasa nada, estoy contigo- intenta tranquilizarme.
No reacciono, no digo ni hago nada, solo permanezco quieta mientras termina de abrocharme la máscara. Me enfrento al miedo y afronto lo que venga. No me hago a la idea de tener mi cabeza y cara totalmente tapada, no veo y apenas puedo oír ni respirar, aunque gracias al pequeño agujero por el que me asoma la nariz puedo mantener la máscara conmigo. Me tira de la hebilla del collar de la propia máscara, me ordena ponerme de rodillas, me calibra con la palmera, joder como duele por dios, emito sonidos de dolor mientras hago ejercicios interiores para no agobiarme. Estoy sudando por lo que hace que me intensifique la ansiedad. Abre la parte de la boca para tenerla accesible y mete su polla por ahí obligándome a garganta profunda varias veces y dándome hostias. Me cuesta bastante chuparla ya que no hay mucho hueco. A Amo le gusta cómo queda la máscara, sabía yo que me la iba a dejar un rato más. Me pongo a cuatro patas, gateo un poco hasta donde me ordena Amo y apoyo la cabeza y cara al suelo, lo siento delante de mí y su zapato roza mi boca. Me levanta la blusa y desabrocha el sujetador. Me tira de los pezones. Gruño. Sigo con mis ejercicios respiratorios y resoplo.
-¿Estás bien?
-Sí –digo bajito.
-No te oigo.
-Sí –repito subiendo algo mi tono.
-¿De quién eres?
-Tuya.
Me ordena bajarme los pantalones y el tanga hasta los tobillos, me azota fuerte con la mano en ambas nalgas, me chupa y mete dedos en el culo.
-¿Te gusta?
Asiento. Con el flogger me golpea por la espalda, por los laterales me duele mogollón, se me clavan las tiras. Me quejo y gruño. Me toca el sexo.
-Si te está gustando zorra.
Como me traiciona mi humedad jajaja. Al unísono de los golpes con el flogger me dice que va a empezar a ser más duro. Me pisa con el pie en la espalda y lo mantiene un rato ahí. Amo me llama y gateo un poco hasta que me detiene. Me quedo de rodillas apoyando el culo en mis pies y me regaña.
¿Quién te ha dicho que te quites a cuatro patas?
Vuelvo a mi posición.
-Buena chica.
Me levanto y ordena quitarme los pantalones y tanga, al ver Amo que no me muevo me regaña y me lo repite, le digo que no le he escuchado y me limito a hacer lo que me ha dicho. Lo dejo en el sofá y permanezco quieta hasta que se acerca Amo y me quita la máscara. Se preocupa y le digo que estoy bien. Respiro y me llevo las manos a la cara mientras resoplos de tensión, de ansiedad, y al fin y al cabo de orgullo, salen de mi boca. Me quito la blusa y sujetador quedando mi cuerpo entero al descubierto. Me coloco delante del sofá y me pone la mordaza. Me tumbo y me ata las manos a los tobillos. Habían mandado un gif parecido al grupo creo que el día de mi cumpleaños.
-Ese color me gusta más –refiriéndose al culo.
Amo coge la palmera y el flogger y me da a elegir. Le señalo con los ojos el flogger y me vacila diciéndome que la palmera, le niego y me hace creer que va a coger la palmera pero me hace caso y coge el flogger. Me dice que me ponga cómoda por el tema espalda y demás y le “digo” que así estoy bien, a Amo le cuesta entenderme hasta que por fin lo pilla jeje pero sé que en el fondo le encanta humillarme con la mordaza. Me golpea fuertemente en el culo, el coño y la entrepierna. Cierro los ojos, mi método de concentración y ladeo la cabeza para no mirar a Amo. Bajo las piernas y me regaña. Las subo de inmediato. Tengo un dolor descomunal en la mandíbula, la tengo dormida y apenas puedo moverme. Me hace darme la vuelta en el sofá, me cuesta horrores hacerlo pero le pongo empeño y lo consigo. Una vez bocabajo sigue azotándome con el flogger, me hace muchísimo daño en el coño y la respiración se me entrecorta.
-Joder –digo con dolor y las lágrimas están a flor de piel. 
Un aluvión de azotes consecutivos se abre paso, gruño mucho y no dejo de quejarme. Cuando Amo decide finaliza y me da la vuelta volviendo a mi posición inicial. Me desata y me pongo de pie. Se da cuenta que me pasa algo en la boca y me dice que me quita la mordaza. Descanso la mandíbula. Le sigo hasta la habitación, engancha las cadenas de las pezoneras a la cuerda de la pared y me ata a ésta, después me pone los clips de las pezoneras en los pezones, y quedo atada a ésta, como la anterior sesión pero en lugar de con el collar, quedo atada desde los pezones, es decir, éstos sujetan la cuerda. Amo tira de ésta para que me tiren, dios como duele. Me azota con la palmera, el dolor de ambas cosas es intenso asique elijo centrarme en el de los pezones quedando en segundo plano el dolor de la palmera. Me echo hacia delante a la espera de recibir cada golpe. Tira de la cuerda mientras me azota y me pongo de puntillas para rebajar dolor. Me pide número de la palmera y le digo creo que ocho.
-Quizás a partir de ahora este sea mi objeto favorito –se mofa.
El dolor de la palmera se intensifica porque me dolía el culo de los golpes anteriores. Mi boca se queja y mi cuerpo reacciona, aunque intento no moverme mucho para no tensar aún más la cuerda y tirar de mis pezones. Me quita con cuidado las pezoneras ya que ahora es cuando más duelen, el derecho algo menos pero con el izquierdo doy un grito y Amo me los chupa para rebajar dolor. Los tengo aplastados, rojos, tiesos, duros y doloridos.
-¿Estas bien culo piedra?
Le asiento sonriendo. Me abraza y me coge en brazos, me sube para arriba con fuerza quedándome expuesta en sus hombros, me apoyo en la pared y me lo come, nos miramos pervertidos, provocándonos. Me baja y tumba en la cama.
-Esto no lo tenía pensado pero… es que estás muy buena hoy.
Me devora el coño durante un rato, además literal ya que la vecina nos interrumpe y nos llama la atención dando golpes en la pared. Nos miramos atónitos aunque no es la primera vez que esta vecina molesta nos jode. Y eso que creo que era el día que más flojo estaba gimiendo jajaja. Vamos al salón para preparar unas fotos que tenía Amo pensadas hacer con velas. Me dice que su sueño sería con la máscara asique le digo que lo haga. Afrontaré de nuevo el mal rato por ÉL aunque reconozco que esta vez no me he agobiado tanto. Amo enciende las velas y las inclina para que caiga cera sobre la palma de mi mano donde poder colocar ahí la vela y que se sostenga. Aquí el resultado de alguna:


-Tranquila que aún queda una parte especial.
Charlamos un rato en el sofá mientras Amo se fuma un cigarro, vemos las fotos y sube alguna a FetLife. Me ordena coger una silla y el aceite de masaje y llevarlo a la habitación. Amo regresa con más sillas, pone velas en cada una de ellas, las enciendo, me ordena tumbarme en la cama bocarriba, le espero tranquila, apaga las luces y se sube a la cama.
-Este es mi regalo de cumpleaños – me dice con voz tierna y nos miramos y sonreímos con complicidad.
Se sienta encima de mí, me chupa suavemente los pezones, me acaricia el cuerpo y me echa aceite en éste. Me masajea de arriba abajo: pechos, barriga, merodeando por mi coño, piernas, merodea coño de nuevo y sube hacia la barriga. La habitación está ambientada con la luz de las velas y el aroma a frutos rojos que desprendía el aceite de masaje. Presencio una bonita escena. Amo se tumba a mi lado y con cautela va introduciendo dedos en mi interior, los mueve despacio, suave, entra y sale de mí, toca mi clítoris y vuelve a entrar. Entro en un estado de relajación como nunca antes.
-¿Te gusta? –me susurra.
Le asiento y la comisura de mi boca le dedica una sonrisa. Me besa casi todo el rato. Todo son besos, caricias y sonrisas, excitación y placer.
-Estas chorreando, madre mía como estás.
Amo me besa el cuello y me encojo. Acaba de descubrir otro de mis puntos débiles y como era de esperar me tortura con ello. Me río de las cosquillas que me provoca, mi piel se eriza y mi coño lo disfruta. Muerde mi oreja. Amo me da una zona donde siento más placer y más ganas de hacer pis, le digo que siga ahí, me hago mucho pis, hago lo posible para que salga pero nada.
-Jo –le digo.
-Si no voy a parar.
Amo creía que mi “jo” era reclamación porque había sacado los dedos de mi interior, pero mi lamento era porque no me sale el squirt. Sigue acariciando mi sexo, besándome, chupando los pezones. Me toca “el botón” y me estremezco, me retuerzo de placer.
-¿Qué te pasa que te tiemblan las piernas? – se mofa.
Le sonrío y aparto la mirada tímidamente. Que tonta soy jajaja. Amo me ordena mirarle y mantenemos la mirada un rato hasta que la aparto, no puedo seguir mirándole. Agarro su mano despacio y fuerte a la vez. Gimo y me tapa la boca. Me da dedos para chupar.
-¿Pero pequeña que te pasa? Mírala como disfruta.
Qué duda cabe de que había llegado al clímax en varias ocasiones.
-Me encanta torturarte de placer también.
Sutilmente acaricio la polla de Amo que la siento también contenta jeje.
-Ya te está entrando el hambre – me escondo entre los brazos de Amo – Mírala y se esconde.
Amo no se rinde y sigue excitando a mi punto G, llamando al squirt pero yo entro en un bucle al ver que por mucho pis que me hago soy incapaz de sacarlo.
-No me sale –le digo agobiada y cabizbaja.
-No pasa nada, disfruta y relájate. ¿Estás relajada y tranquila?
-Sí.
-Zorrita. Mi coño –dice tocándomelo.
Finaliza la sobredosis de placer. Vamos al salón, me dice que todavía no hemos terminado. Coloca unas sábanas en el suelo y un cojín y me pongo de rodillas. Me da el Hitachi para entretenerme y me dice que le apetece que le coma la polla. Se sienta en el sofá y la meto en mi boca al unísono que me torturo con el Súper Hitachi, le miro, le chupo los huevos, me tira de los pezones y gruño. Tiemblo y me corro. Me centro en ambas cosas.
-¿Y esa cara? Córrete para mí.
Me quita la polla y apoyo la cabeza en su pierna, gimo y cuando pasa un rato, antes de que me regañe por no correrme le digo:
-Ya me he corrido – y se lo digo melosa 🙂
Me ordena subirme de lado al sofá, se la como, me retira el pelo y me planta el súper Hitachi.
-¿Quieres el postre? ¿Quieres leche de Amo?
Le asiento y Amo se vacía en mí. Chupo hasta la última gota, como buena perra.
Gracias por hacer especial mi primer cumple bedesemero y ser el culpable de ello 💜
GRACIAS AMO.
Daira.