jueves, 25 de abril de 2019

¿Existe la "Dama callada"?


Por fin acabó la semana santa, tanto día de fiesta me tenía reventada jajaja. Durante esos días no nos vimos, pero como cada nuevo jueves que viene, toca sesión. Además que se va al viña y estaremos dos semanas sin quedar. Estaba deseando verle ya que llevaba una semana sin poder tocarme y hoy en teoría acabaría mi sufrimiento jajaja. Mi orden para ese día era ir vestida exactamente igual que un día de fiestas, a Amo le gustó: vestido negro ajustado y zapatos de tacón rosas. La semana de espera la paso algo rallada, intuiciones negativas que por suerte son falsas y cuando hablo con Amo me relajo. Cenamos, nos contamos cositas, en su casa tras la orden de permiso me pongo mi collar y seguimos hablando durante un ratito mientras Amo fuma. Antes de irse a la ducha me ordena preparar y colocar en la mesa un barreño con agua, un mocho de fregona, un cepillo de barrer pero sin el palo y dos trozos de papel de cocina. Ya escucho el grifo, Amo se está duchando y he acabado de preparar asique voy a vestirme. Como siempre me pongo mi ropa interior, el vestido, los zapatos y pinto mis labios rositas a juego con los zapatos. Terminando de abrocharme el segundo zapato acudo a la llamada de Amo al baño donde se queda fijo mirándome de arriba abajo y después me pregunta:
-¿Llevas ropa interior?
-Sí.
-Quítatela, lo de abajo me refiero. Lleva esto al cesto (me da la ropa sucia) y pon el pantalón en la tabla de planchar (me da un pantalón arrugado).
Bueno, por partes. Primero dejo el pantalón ya que me pilla de paso, después echo la ropa en el cesto y de camino a éste voy pensando en lo mal que se me da planchar… después me quito el tanga y voy hacia el baño a ver qué me dice. Me meto en la habitación de la plancha, Amo entra y me ordena abrocharle los botones de la camisa, no hay que decir que va en calzoncillos claro… Me dispongo a planchar, Amo se coloca justo detrás de mí y merodea por mis pantorrillas hasta que mete un dedo en mi interior.
-¿Alguna vez habías planchado así? –me dice juguetón.
-No –le digo entre jadeos.
Le pongo empeño y ganas, y así mucho mas aunque me cuesta un poco concentrarme en el pantalón.
-Puf, que calor hace con la plancha –le digo irónica.
-Sí ¿verdad? Voy notando el calor…
Me froto con la patente erección de Amo y bromeamos con que aún no están bien planchados…le saco arrugas de donde no hay…la cosa es alargar la situación jajaja. Amo se chupa el dedo y después lo vuelve a introducir para ser yo ahora la que lo chupe. Minutos después me ordena ponerme a cuatro en la cama y con la punta rozando entre mi culo y mi coño me ordena que la busque. No necesito mucho tiempo para tener dentro de mí la polla. Comienza sus embestidas, primero suaves pero sin pausa y después sube el ritmo, la intensidad, la fuerza…el placer… sube el calor, los gemidos…
-No te corras sin permiso eh –me advierte.
-No –le contesto bajo respiraciones que se entrecortan en cada nueva embestida.
-¿Te ha valido la pena esperar?
-Siiii – le digo y sonríe.
Oigo como Amo se deshace de su camisa, se le escapan gemidos. Me toca el clítoris y mis gemidos aumentan.
-¿Qué te pasa perrita? – se mofa.
Me azota, las profundas y exigentes embestidas no cesan. Me agarro a la ropa que yacía en la cama y araño la pared. Mi respiración se entrecorta dos veces, llegando al orgasmo…así como cuando parece que te va a dar un patatús. Vuelve al clítoris, me tortura…sabe dónde ir…
-Estas chorreandito.
-Ya. ¿Me puedo correr, por favor?
-Aguanta 10 segundos más.
Joder, pienso para mí y resoplo y Amo hace una cuenta atrás… 10…9…8… sin dejar de tocarme y en el 0 estallo. Sigue un rato más y me come el culo para minutos después metérmela y follarme por ahí. Me ordena tocarme y me da permiso para correrme cuando quiera. Mientras me toco y ÉL me folla analmente, me pide que me corra para ÉL y así hago. Me levanta y lleva a la mesa del salón para seguir ahí, después me apoyo en la pared donde Amo se inclina y me atrae hacia ÉL, después en la mesa de cristal y como hace ruido nos vamos al sofá, me apoyo en la madera de éste y Amo me sigue follando. Después me ordena comérsela. Excitadísima la meto en la boca, la masturbo simultáneamente con boca, mano y lengua.
-Qué zorra te pones cuando te follo.
Le sonrío y sigo con la mamada. Le lanzo miradas esporádicas y ahí le veo…observándome excitado con ojos deseosos mientras subo y bajo y jala mi pelo, paseando y redondeando mi lengua por toda la polla. Amo quería correrse dentro de mi culo asique vuelve a follarme en la mesa de madera y después se sienta en el sofá. De rodillas se la como durante un rato de nuevo y cuando le queda poco me pongo a cuatro en el sofá donde Amo culmina dentro del culo. Una nueva experiencia que creía iba a ser distinta. Totalmente satisfecha y saciada voy al baño a limpiarme y cuando salgo me ordena ponerle los calcetines de rodillas. Se pone el pantalón. Después me dice que coja mi móvil, que me siente en el sofá y me abra de piernas. Empieza a comérmelo para grabarnos (se lo había pedido yo, quería un vídeo o un gif nuestro mientras me lo comía ya que me da mucho morbo pero no contaba con hacerlo hoy Jiji). Tras un minutillo y pico de vídeo Amo se detiene acabándose ahí mi momento de disfrute…sexualmente hablando claro 😊
Bebo agua, Amo se sienta en el sofá y me ordena coger los trozos de papel. Me pongo de rodillas y le ofrezco los papeles. Me ordena limpiarle las botas de cuero. Por deseo de Amo, primero la derecha y después la izquierda. Las chupo, echo saliva y después las seco con el papel dejándolas relucientes. Al contrario que la primera vez que lo hice, ahora no me resulta nada desagradable. Lo hago con gusto y ánimo y apenas aprecio el sabor del cuero.
 -Buena chica, que bien las has dejado.
Movemos el sofá para abrir espacio. Amo trae una bolsa pero no identifico lo que hay dentro, la vara/flecha y un tubo de cartón. Me informa que iba a limpiar la cocina de rodillas pero al final por las horas que eran ya lo dejamos para otro día (ahora entiendo lo del mocho y demás, y yo creyendo que el barreño con agua era porque iba a haber palincheta y por ende sangre) jajaja. Saca la máscara de perro de la bolsa y sus complementos (eso era), respiro para no agobiarme y expulso el aire por la boca. Amo me dice que esto está ya superado, ya la hemos utilizado. Me la pongo, la coloca, ata y aprieta.
-¿De quién es este cuerpo?
-Tuyo.
-¿Para hacer lo que quiera con él?
-Sí – contesto decidida y con ánimo.
Me da a elegir si quiero el antifaz y le digo que no que prefiero los ojos descubiertos pero no me da opción con la mordaza que lleva incorporada. Es tipo chupete, con lo cual va dentro de la boca y encima es gorda. Una vez puesto todo vuelvo a respirar, esta vez por la nariz claro está, no me queda otra jajaja.
-¿Concentrada?
Le asiento. Me da el tubo para que lo sujete y aguante por detrás de la espalda, a la altura de los hombros y con los brazos por encima de éste agarrándolo. Espero unos segundos así. Camino hasta donde me indica Amo, justo enfrente del cristal del balcón.
-¿Te gusta verte?
Le asiento. No es muy cómodo pero verme con la máscara, la mordaza y con el tubo sujetándolo yo misma me da bastante morbo. Coge la vara, hacía mogollón de tiempo que no la usábamos.
-Vamos a hacer una prueba de “La Dama no habla”. No puedes decir nada ni emitir sonido alguno, solo respiraciones fuertes.
Puf, tiemblo solo de pensarlo, yo necesito quejarme y si no me saldrán involuntariamente. Asique me agarro a la idea y vamos a intentarlo. Amo quiere hacer más adelante una sesión en silencio y lo de la “Dama no habla” es un texto que puso en Facebook, como siempre dándome pinceladas de las sesiones. “La Dama callada no habla, no ríe, no canta. La dama vive para no usarla. La dama espera, sangra” decía el texto. La “D” mayúscula en cualquier texto que escribe siempre me indica que es para mí.
-Vamos a empezar por 20.
Me atesta el primer golpe, fuerte pero soportable. Sigue subiendo el número de golpes, mentalmente cuento y un varazo esperanzador numero 13 me alivia y se desvanece a partes iguales al ver que la cuenta ya ha pasado los 20. No sé cuántos llevamos, perdí la cuenta. No emito ningún sonido, haciéndome con el control de ello. Cierro y aprieto los ojos. Babeo y mi entrepierna también.
-Se nota que echabas de menos la vara.
Sigue golpeándome, los golpes son compactos, firmes y seguros. Se me escapan dos quejidos. Lo demás son respiraciones fuertes y dolor interno que omito. Pataleo y me giro por el dolor. Amo empieza con una cuenta atrás a partir de 10. En el numero 3 vuelve a 5, me giro y con gesto torcido le señalo que es el 3 con la mano pero claro, ÉL lo sabe, lo está haciendo intencionadamente, tanto que vuelve de nuevo a 10. Por fin llega a 0, y ese golpe también es dado. No perdona ni uno. Sin espera, me quita el tubo y le señalo con la mano la mordaza, necesito que me la quite, tengo la boca súper seca y necesito toser.
-¿Qué tal? –me pregunta al terminar.
-Bien – y le sonrío.
Nos abrazamos y me apoyo en su pecho.
-Has aguantado muy bien los 20.
-No han sido 20, mentirosillo –le digo con astucia, a mí me va a engañar no te digo jajaja. Amo se ríe.
-Asique es verdad que la “La Dama callada” existe.
Sonrío. Ni yo me creo que no haya hecho ningún sonido. Me ordena de rodillas y con los brazos estirados y pegados al lado de la cabeza. Me pisa con el pie en la espalda y lo aprieta obligándome a tumbarme aún más. 
Después me incorporo quedándome de nuevo de rodillas y me da una patada pero no caigo asique me da otra. Como tampoco caigo y lo que busca Amo es precisamente eso, simulo la caída cayendo de lado al suelo. No me estaba dando muy fuerte, por ello que no cayese tan fácilmente. Permanezco tumbada escuchando como me humilla Amo con sus comentarios ofensivos. Apenas le oigo por la máscara asique punto extra para no hacerle mucho caso tampoco. Me escupe y lo restriega por toda la máscara.
-Mírala, que está llena de babas.
Me tumbo boca abajo en el frío suelo y me azota con lo que de inmediato reconozco: el ratán. Me quejo, que ahora si puedo jajaja. Algunos son muy fuertes y me hacen mucho daño. Me cortan la respiración.
-Así es como tienes que estar, tumbada en el suelo y siendo azotada. Eh, mierdecilla –me da golpecitos con el pie y me insulta con desprecio.
Escucho muy bajito lo que me dice. Mis piernas se doblan y levantan por el dolor y Amo me da golpes con el ratán para que las baje y ponga en su sitio. Un desafortunado golpe en el hueso me hace retorcerme en el suelo, mi cabeza se ladea, mis ojos se cierran una y otra vez y mi cara se contrae con gestos de dolor. Me ordena darme la vuelta y subirme un poco el vestido. Lo temo...sé dónde me va a dar. Me azota por las piernas, por la barriga y el coño.
-¿De quién es este coño?
-Tuyo –se me quiebra la voz.
-Tuyo ¿Qué?
-Tuyo Amo –contesto con una urgencia que me estaba llevando al borde de las lágrimas.
Intento que no se me note aunque no sé si me ve por los agujeros. Los golpes en las piernas me duelen mucho, han sido mi detonante en las lágrimas. Me quejo mucho.
-¿Quieres seguir?
No contesto, tan solo asiento muy débilmente.
-Si quieres seguir date la vuelta y sino levántate.
Mi auto exigencia no me permite levantarme por lo que me doy la vuelta de nuevo, boca abajo y tendida en el suelo sigo recibiendo los duros golpes del ratán bajo la incansable mano de Amo. Mi cuerpo entra en frío, empiezo a temblar. Me aplasta de nuevo con el pie en la espalda y creo que en la cabeza, aunque no lo recuerdo bien. Amo desaparece unos segundos, intuyo que irá a por otra herramienta pero cuando regresa sigue siendo el ratán. Los dos últimos los atesta muy fuerte. Amo para y me habla.
-Vete debajo de la mesa, no te lo pienses.
Me incorporo y de rodillas me dirijo hacia la mesa. Debajo de ella hay un cojín y una toalla, cuando llego me tumbo como una perrita indefensa. Amo me tira una botella de agua.
-Descansa ahí mientras recojo.
Bebo agua como me permite la máscara, me tumbo de nuevo apoyando la cabeza en el cojín, en lo que se acaba de convertir en mi refugio…en mi camita…en mi zona de descanso, pensando, relajándome, calmando mis lágrimas y volviendo mi respiración agitada a pausada de nuevo. Observo los movimientos de Amo, me toco el culo con mis manos frías para aliviarme y toco mi húmedo coño. Amo me llama, está sentado en su sofá. Me coloco de rodillas y me quita la máscara. Me ordena quitarme los zapatos y subirme al sofá. Me tumbo y apoyo la cabeza en su pierna, hablamos, me pregunta cómo estoy, palpa el ardiente culo, me acaricia lenta y suavemente la cara y observa las marcas.
-Que buena perra tengo.
 Cuando he descansado un poco vuelvo a comérsela donde esta vez se corre en mi cara.











GRACIAS MI AMO.
Daira.


lunes, 15 de abril de 2019

Objetivos cumplidos 👏


Algo más de un mes sin sesionar donde ha habido baches, ralladas, dudas, miedos… un mes que se me ha hecho corto y largo a la vez. Imagino que se hace corto porque al fin y al cabo veía a Amo todas las semanas por lo que siempre teníamos nuestros ratitos de intimidad y desahogo. Practicábamos Shibari, probábamos alguna herramienta nueva, azotes, marcas, sexo en el columpio, algún atuendo especial, torturas de placer, intentos de sesión o sesiones que al final se torcían por h o por b. Tras esta última semana sin poder vernos, fijamos un día que ambos podemos. No tenía ninguna orden concreta, hasta que me llegó justo ese mismo día un traje de maid que Amo me ordenó comprar.



Se lo enseñé y no dudó un instante en decirme que lo llevara. Lo lavo corriendo o no me dará tiempo a que seque. Por la tarde lo preparo junto con los tacones, mi collar y mi diadema que me preparé cuando me hice mi mandil, ya que la tengo habrá que aprovecharla jajaja entre otras cosas…
Me encuentro con Amo y vamos a su casa, permiso de entrada y nos sentamos a hablar un ratito. Amo va a la ducha y mientras me visto: tanga, traje, mandil, liga, zapatos, diadema… y por supuesto me pinto mis labios rojos. Soy porno chacha total jajaja. Cuando termino espero a que salga Amo, como siempre haciéndome esperar un poquito jeje. Al salir no me quita ojo, siento un poco de vergüenza e intimidación, me piropea, me mira fijamente y me ordena quitarme el sujetador, así se me transparentan las tetas por el encaje. (No tengo otra foto mejor, lo siento)

Limpio y preparo la mesa y mientras se hace la cena Amo pone vídeos para entretenernos… con cada vídeo me estremecía más, eran duros…de los que le gusta a ÉL y de los cuales me avisa que así haremos alguna sesión. Por supuesto expongo mis dudas de yo poder hacer eso y Amo discrepa. Sirvo la cena y seguimos con los vídeos mientras cenamos. Friego los platos y al salir me ordena desabrocharle los botones de la camisa. Se la quita, nos sentamos en el sofá y me ordena darle un masaje en la espalda. La masajeo suavemente, la palpo, me deleito con ella y aprovecho la situación (me encanta la corpulenta espalda de Amo)
-¿No quieres postre? –me provoca.
-Si no me has dado –le provoco yo ahora.
Amo se levanta y me ordena ponerle la camisa, abrocharle los botones, ir a la cocina a por sirope de chocolate, quitarme los zapatos y ponerme de rodillas frente al sofá. Lo del sirope lo intuyo, hace unas semanas me lo comió con eso, asique hoy me tocaba a mí 😝Jiji. Se coloca delante de mí chocándose su cremallera contra mi cara.
-¿Qué quieres de postre?
-Polla –contesto en una milésima de segundo.
-Zorra. Cierra los ojos.
Obedezco y oigo como Amo coge el bote por lo que imagino que se estará echando, se sienta, me la acerca a la boca y una vez la encuentro la saboreo dejando sin rastro de sirope.
-Buena chica por no abrir los ojos –me dice mientras me acaricia la cabeza.
Vuelve a echar una vez más sirope, la degusto de arriba abajo, la redondeo, la dejo limpita, joder que rico, dos de las cosas que más me gustan juntas (pollas y chocolate)
-¿Está buena? – le asiento. –Mírame – me ordena así a abrir los ojos.
Hago garganta profunda, me azota dos veces fuerte.
-¿Sabes que después de esto te voy a crujir no?
Le asiento como si nada, haciendo un poco caso omiso a lo que me dice, no me inmuto porque estoy con mi polla y ahora mismo me da todo igual jajaja.
-Mírala, a ella le da igual todo teniendo una polla en la boca.
Sonrío y le miro. Amo coge el móvil y me graba. Consciente de ello sigo a lo mío, me excita saber que me está grabando y esporádicamente miro a la cámara y a Amo. Tras varios minutos para de grabar, me quita la polla de la boca y me da un beso. Prepara en el sofá un cojín para colocarme a cuatro patas y follarme. Sé o imagino que lo hace porque le da morbo follarse a su sirvienta.
-¿Quieres más?
-Sí –le digo entre gemidos.
Varias embestidas después Amo culmina en mi boca y me besa después. Descansamos un rato y mientras Amo se fuma un cigarro. Me ordena quitarme todo dejándome la diadema, los zapatos y la liga. Desalojamos las cosas del salón para que haya espacio y preparo la fusta de doma, pinzas de la ropa y agujas y todo lo requerido para ello. Amo coloca la cinta de correr en el medio, siendo ésta mi punto de apoyo en las últimas sesiones. Me empieza a poner pinzas de la ropa por el cuerpo: cuatro en el coño, una en la lengua, una en cada pezón, tres arriba de las tetas, una en el ombligo y las demás por la parte baja de la barriga haciendo un total de 36 pinzas. Me estremezco porque mis sospechas son que me las va a quitar con la fusta y temo sobre todo las de los pezones y coño. Me apoyo en la cinta y la pinza de la lengua me la quita nada más empezar.
-Te voy a azotar y quiero que cuentes, una vez digas el número significará que estarás preparada y volveré a azotarte ¿Entendido?
-Sí.
-Perfecto. Vamos a empezar con 20 golpes.
Resoplo, sé que no son muchos golpes pero la fusta de doma es un objeto que no aguanto mucho sobre todo por el cuerpo. Duele bastante cuando choca la punta en la carne o en el hueso. Cierro los ojos. Me atesta el primer golpe, fuerte pero soportable.
-1 –empiezo a contar con fuerza y ánimo.
Otro más… cuando estoy preparada le digo el número.
-2 –digo alto y claro.
-3…
La intensidad va subiendo y por ende el dolor. Ya empiezo a sentir como me arde el culo, como mi cuerpo entra en calor y como mi entrepierna se empapa. La vara atesta sobre mi culo y la punta impacta en mi muslo haciendo que me retuerza del dolor y me acaricie como mecanismo de defensa.
-Qué bonita te pones –dice cuando me ve retorcerme y patalear – Venga mi culo piedra.
-14… a pesar del dolor mi voz no se quiebra en ningún momento.
-Los dos últimos no quiero que cuentes, los daré cuando a mí me plazca.
Antes de llegar al golpe 15 le pido beber agua, me siento algo mareada pero nada importante, se lo omito a Amo, supongo que será de abrir los ojos después de tenerlos cerrados tanto tiempo y solo necesitaré recomponerme un poco. Respiro e inspiro, me preparo y doy “orden” al siguiente golpe. 15…16…17…18… ya queda menos. Me sorprendo al ver que no lloro jeje.
¡Zas!  Joder como pica. Amo me acaricia el culo lentamente, lo palpa, lo suaviza, lo calma...
-Mm, lo tienes ardiendo.
Me retira el pelo de la espalda y temo que me dé en ella, ya que ahí sí que no los soporto, especialmente en el hueso de arriba o las costillas. Por suerte no lo hace, me lo ha retirado para verme la espalda, a Amo le gusta ver cómo se arquea 😊 Me azota también en la pantorrilla, esos me duelen aún más.
Llegan los dos últimos golpes, respiro impaciente y expectante ya que no sé cuándo me va a azotar y conociendo a Amo me va a hacer esperar para cuando no me lo espere darme. Dicho y hecho. Además me los da bastante fuerte. Al terminar me abraza, ve que todo está bien y me dice que cree que aguanto 20 más. Yo también lo creía por lo que no me opongo. Tenía una sensación un poco inexplicable, no solo era que me sentía fuerte y podía con más, sino que los necesitaba... por mi cabeza pasó la pregunta "¿Ya, no me va a dar más?" "Me ha sabido a poco" Me sentía fuerte e iba a por ello. Volvemos a empezar con la cuenta, por el uno de nuevo. Me azota, me quejo, gruño, pataleo, grito y Amo me tapa la boca hasta que me relajo. Me quita las pinzas del coño.
-Estás empapada, zorra.
-Lo sé –y le lanzo una sonrisa cómplice.
Ya van quedando menos. En los golpes más fuertes, Amo me abraza por detrás para tranquilizarme y me anima diciéndome que yo puedo. Acabamos con los 40 fustazos. Creo incluso que si Amo hubiese decidido seguir seguiría sin oponerme. 

Bebo agua, respiro y nos abrazamos. Sé que está orgulloso de mí, los he conseguido todos y sin “rechistar”. Bueno, más bien sin llorar jeje. Cuando estoy lista vamos con la pala de madera que le regalé. Me explica el procedimiento.
-Cada golpe que recibas te quitare una pinza. Es decir, te azoto, te quito pinza, te azoto, te quito pinza… y así hasta quitar todas... ¿Vale?
-Vale-contesto decidida.
Me apoyo de nuevo, expongo culo, trago saliva y respiro. Tras unos segundos de espera y ver que no llega ningún golpe miro a Amo.
-¿Ya? ¿Preparada?
-Sí, sí.
Empieza con el primer golpe. Me duele bastante ya que me lo da en la parte baja del culo, casi llegando a la pierna. Me quita una pinza. Y así…cada golpe que me propicia lleva acompañado retirar una pinza. Como aquí no tenía que contar y Amo las daba cuando quería, siempre estaba alerta, algunas veces tensaba el culo y arqueaba la espalda creyendo que me iba a dar. Amo me despistaba con comentarios y cuando menos lo esperaba ¡zas! Algunas las veía venir, la sombra de la luz en el suelo me lo chivaba y veía el movimiento de la mano de Amo preparándose.
-Venga que solo quedan cuatro pinzas –me anima.      
Terminamos y Amo me abraza. Mi cuerpo está marcado por las pinzas. Mola jeje.



Ahora nos preparamos para las agujas en los pezones. Hacía mucho que no lo practicábamos, hoy la idea era ponerme dos en el pezón ya que la otra vez me puso una sola. Ya conocía el dolor aunque no lo recordaba 😞
-Manos al lado del cuerpo – me ordena.
Se pone los guantes, me echa cristalmina y coge la primera aguja. Le pido por favor que lo haga despacio ya que quería recordar el dolor e ir asimilándolo. La introduce con cautela y la aguja me atraviesa como si nada, apenas la he notado. La otra entra por arriba del pezón hacia abajo, por lo que inexplicablemente cuesta más y me duele mogollón. Voy sintiendo como rompe, como conforme va entrando en mí voy sintiendo más dolor…y más placer. Me retuerzo un poco y me quejo bastante. Pero me gusta, como siempre fusionando el placer y el dolor😊 

Vamos al siguiente pezón, haciendo lo mismo. Al insertarme la aguja de arriba abajo esta vez respiro e inspiro para que me duela menos, aunque no surte efecto y ésta me duele aún más que el pezón izquierdo. Giro la cabeza, aprieto los dientes y mi boca se queja mediante gruñidos. Amo intenta tranquilizarme. Mi cara refleja dolor que se convierte en alivio una vez la tengo puesta. El dolor no desaparece, se me queda concentrado ahí, algo que no experimenté la primera vez. A Amo no le convence poner solo las dos agujas en cada pezón y decide ponerme una arriba de cada teta superficialmente, seis agujas en total. Las de arriba es un dolor pasajero, solo se siente cuando la pones. Una me ha dolido algo más porque ha pillado más carne pero vamos, como si ná 😎
Después Amo me las retira con mucho cuidado, especialmente en las que tengo demasiada molestia. Me echa cristalmina para curar, sangro bastante y siento mucho dolor. Me da un lametón en el pezón. Descanso en el sofá un poco con el algodón apretándome para dejar de sangrar. Amo me observa para ver que todo va bien y no hay complicaciones. Por suerte dejo de sangrar aunque el dolor no se me va, me dan pinchazos fuertes y cada vez se incrementa más.
-¿Y mi premio? – le miro provocadora.
-Ahora mismo tienes tu premio.
Amo sale del salón, obviamente las veo venir y sé que premio no va a haber ninguno jajaja. Viene con el látigo de lengua de dragón, me ordena abrir las piernas, le suplico que no que solo estaba de broma jajaja y Amo me azota con ella en el coño y la entrepierna. Un rato después finaliza y yo ya sé que debo cerrar la boca y no pedir premios ni estando de broma jajaja.
Me visto y recogemos los trastos y demás. Amo me dice que está feliz porque los objetivos que tenía para hoy se han cumplido todos asique yo me siento aún más feliz de haber contribuido a ello.






















GRACIAS MI AMO.
Daira.