Por fin
acabó la semana santa, tanto día de fiesta me tenía reventada jajaja. Durante
esos días no nos vimos, pero como cada nuevo jueves que viene, toca sesión. Además
que se va al viña y estaremos dos semanas sin quedar. Estaba deseando verle ya
que llevaba una semana sin poder tocarme y hoy en teoría acabaría mi sufrimiento
jajaja. Mi orden para ese día era ir vestida exactamente igual que un día de
fiestas, a Amo le gustó: vestido negro ajustado y zapatos de tacón rosas. La
semana de espera la paso algo rallada, intuiciones negativas que por suerte son
falsas y cuando hablo con Amo me relajo. Cenamos, nos contamos cositas, en su
casa tras la orden de permiso me pongo mi collar y seguimos hablando durante un
ratito mientras Amo fuma. Antes de irse a la ducha me ordena preparar y colocar
en la mesa un barreño con agua, un mocho de fregona, un cepillo de barrer pero
sin el palo y dos trozos de papel de cocina. Ya escucho el grifo, Amo se está
duchando y he acabado de preparar asique voy a vestirme. Como siempre me pongo
mi ropa interior, el vestido, los zapatos y pinto mis labios rositas a juego
con los zapatos. Terminando de abrocharme el segundo zapato acudo a la llamada
de Amo al baño donde se queda fijo mirándome de arriba abajo y después me
pregunta:
-¿Llevas
ropa interior?
-Sí.
-Quítatela,
lo de abajo me refiero. Lleva esto al cesto (me da la ropa sucia) y pon el
pantalón en la tabla de planchar (me da un pantalón arrugado).
Bueno, por
partes. Primero dejo el pantalón ya que me pilla de paso, después echo la ropa
en el cesto y de camino a éste voy pensando en lo mal que se me da planchar…
después me quito el tanga y voy hacia el baño a ver qué me dice. Me meto en la
habitación de la plancha, Amo entra y me ordena abrocharle los botones de la
camisa, no hay que decir que va en calzoncillos claro… Me dispongo a planchar, Amo
se coloca justo detrás de mí y merodea por mis pantorrillas hasta que mete un
dedo en mi interior.
-¿Alguna vez
habías planchado así? –me dice juguetón.
-No –le digo
entre jadeos.
Le pongo
empeño y ganas, y así mucho mas aunque me cuesta un poco concentrarme en el
pantalón.
-Puf, que
calor hace con la plancha –le digo irónica.
-Sí ¿verdad?
Voy notando el calor…
Me froto con
la patente erección de Amo y bromeamos con que aún no están bien planchados…le
saco arrugas de donde no hay…la cosa es alargar la situación jajaja. Amo se chupa el dedo y después lo vuelve a introducir para ser yo ahora la que lo chupe. Minutos
después me ordena ponerme a cuatro en la cama y con la punta rozando entre mi
culo y mi coño me ordena que la busque. No necesito mucho tiempo para tener
dentro de mí la polla. Comienza sus embestidas, primero suaves pero sin pausa y
después sube el ritmo, la intensidad, la fuerza…el placer… sube el calor, los
gemidos…
-No te
corras sin permiso eh –me advierte.
-No –le
contesto bajo respiraciones que se entrecortan en cada nueva embestida.
-¿Te ha
valido la pena esperar?
-Siiii – le
digo y sonríe.
Oigo como
Amo se deshace de su camisa, se le escapan gemidos. Me toca el clítoris y mis
gemidos aumentan.
-¿Qué te
pasa perrita? – se mofa.
Me azota,
las profundas y exigentes embestidas no cesan. Me agarro a la ropa que yacía en
la cama y araño la pared. Mi respiración se entrecorta dos veces, llegando al
orgasmo…así como cuando parece que te va a dar un patatús. Vuelve al clítoris,
me tortura…sabe dónde ir…
-Estas
chorreandito.
-Ya. ¿Me
puedo correr, por favor?
-Aguanta 10
segundos más.
Joder,
pienso para mí y resoplo y Amo hace una cuenta atrás… 10…9…8… sin dejar de
tocarme y en el 0 estallo. Sigue un rato más y me come el culo para minutos
después metérmela y follarme por ahí. Me ordena tocarme y me da permiso para
correrme cuando quiera. Mientras me toco y ÉL me folla analmente, me pide que
me corra para ÉL y así hago. Me levanta y lleva a la mesa del salón para seguir
ahí, después me apoyo en la pared donde Amo se inclina y me atrae hacia ÉL, después
en la mesa de cristal y como hace ruido nos vamos al sofá, me apoyo en la
madera de éste y Amo me sigue follando. Después me ordena comérsela.
Excitadísima la meto en la boca, la masturbo simultáneamente con boca, mano y lengua.
-Qué zorra
te pones cuando te follo.
Le sonrío y
sigo con la mamada. Le lanzo miradas esporádicas y ahí le veo…observándome excitado
con ojos deseosos mientras subo y bajo y jala mi pelo, paseando y redondeando
mi lengua por toda la polla. Amo quería correrse dentro de mi culo asique vuelve a
follarme en la mesa de madera y después se sienta en el sofá. De rodillas se la
como durante un rato de nuevo y cuando le queda poco me pongo a cuatro en el
sofá donde Amo culmina dentro del culo. Una nueva experiencia que creía iba a
ser distinta. Totalmente satisfecha y saciada voy al baño a limpiarme y cuando
salgo me ordena ponerle los calcetines de rodillas. Se pone el pantalón. Después
me dice que coja mi móvil, que me siente en el sofá y me abra de piernas. Empieza
a comérmelo para grabarnos (se lo había pedido yo, quería un vídeo o un gif
nuestro mientras me lo comía ya que me da mucho morbo pero no contaba con
hacerlo hoy Jiji). Tras un minutillo y pico de vídeo Amo se detiene acabándose
ahí mi momento de disfrute…sexualmente hablando claro 😊
Bebo agua, Amo se sienta en el sofá y
me ordena coger los trozos de papel. Me pongo de rodillas y le ofrezco los
papeles. Me ordena limpiarle las botas de cuero. Por deseo de Amo, primero la
derecha y después la izquierda. Las chupo, echo saliva y después las seco con
el papel dejándolas relucientes. Al contrario que la primera vez que lo hice, ahora
no me resulta nada desagradable. Lo hago con gusto y ánimo y apenas aprecio el
sabor del cuero.
-Buena chica, que bien las has dejado.
-Buena chica, que bien las has dejado.
Movemos el
sofá para abrir espacio. Amo trae una bolsa pero no identifico lo que hay
dentro, la vara/flecha y un tubo de cartón. Me informa que iba a limpiar la
cocina de rodillas pero al final por las horas que eran ya lo dejamos para otro
día (ahora entiendo lo del mocho y demás, y yo creyendo que el barreño con agua
era porque iba a haber palincheta y por ende sangre) jajaja. Saca la máscara de
perro de la bolsa y sus complementos (eso era), respiro para no agobiarme y
expulso el aire por la boca. Amo me dice que esto está ya superado, ya la hemos
utilizado. Me la pongo, la coloca, ata y aprieta.
-¿De quién es
este cuerpo?
-Tuyo.
-¿Para hacer
lo que quiera con él?
-Sí –
contesto decidida y con ánimo.
Me da a
elegir si quiero el antifaz y le digo que no que prefiero los ojos descubiertos
pero no me da opción con la mordaza que lleva incorporada. Es tipo chupete, con
lo cual va dentro de la boca y encima es gorda. Una vez puesto todo vuelvo a
respirar, esta vez por la nariz claro está, no me queda otra jajaja.
-¿Concentrada?
Le asiento.
Me da el tubo para que lo sujete y aguante por detrás de la espalda, a la
altura de los hombros y con los brazos por encima de éste agarrándolo. Espero
unos segundos así. Camino hasta donde me indica Amo, justo enfrente del cristal
del balcón.
-¿Te gusta
verte?
Le asiento.
No es muy cómodo pero verme con la máscara, la mordaza y con el tubo
sujetándolo yo misma me da bastante morbo. Coge la vara, hacía mogollón de
tiempo que no la usábamos.
-Vamos a
hacer una prueba de “La Dama no habla”. No puedes decir nada ni emitir sonido
alguno, solo respiraciones fuertes.
Puf, tiemblo
solo de pensarlo, yo necesito quejarme y si no me saldrán involuntariamente. Asique
me agarro a la idea y vamos a intentarlo. Amo quiere hacer más adelante una
sesión en silencio y lo de la “Dama no habla” es un texto que puso en Facebook,
como siempre dándome pinceladas de las sesiones. “La Dama callada no habla, no
ríe, no canta. La dama vive para no usarla. La dama espera, sangra”
decía el texto. La “D” mayúscula en cualquier texto que escribe siempre me
indica que es para mí.
-Vamos a
empezar por 20.
Me atesta el
primer golpe, fuerte pero soportable. Sigue subiendo el número de golpes,
mentalmente cuento y un varazo esperanzador numero 13 me alivia y se desvanece
a partes iguales al ver que la cuenta ya ha pasado los 20. No sé cuántos
llevamos, perdí la cuenta. No emito ningún sonido, haciéndome con el control de
ello. Cierro y aprieto los ojos. Babeo y mi entrepierna también.
-Se nota que
echabas de menos la vara.
Sigue
golpeándome, los golpes son compactos, firmes y seguros. Se me escapan dos
quejidos. Lo demás son respiraciones fuertes y dolor interno que omito. Pataleo
y me giro por el dolor. Amo empieza con una cuenta atrás a partir de 10. En el
numero 3 vuelve a 5, me giro y con gesto torcido le señalo que es el 3 con la
mano pero claro, ÉL lo sabe, lo está haciendo intencionadamente, tanto que
vuelve de nuevo a 10. Por fin llega a 0, y ese golpe también es dado. No
perdona ni uno. Sin espera, me quita el tubo y le señalo con la mano la
mordaza, necesito que me la quite, tengo la boca súper seca y necesito toser.
-¿Qué tal?
–me pregunta al terminar.
-Bien – y le
sonrío.
Nos
abrazamos y me apoyo en su pecho.
-Has
aguantado muy bien los 20.
-No han sido
20, mentirosillo –le digo con astucia, a mí me va a engañar no te digo jajaja.
Amo se ríe.
-Asique es
verdad que la “La Dama callada” existe.
Sonrío. Ni yo me creo que no haya
hecho ningún sonido. Me ordena de rodillas y con los brazos estirados y pegados
al lado de la cabeza. Me pisa con el pie en la espalda y lo aprieta obligándome
a tumbarme aún más.
Después me incorporo quedándome de nuevo de rodillas y me da una patada pero no caigo asique me da otra. Como tampoco caigo y lo que busca Amo es precisamente eso, simulo la caída cayendo de lado al suelo. No me estaba dando muy fuerte, por ello que no cayese tan fácilmente. Permanezco tumbada escuchando como me humilla Amo con sus comentarios ofensivos. Apenas le oigo por la máscara asique punto extra para no hacerle mucho caso tampoco. Me escupe y lo restriega por toda la máscara.
Después me incorporo quedándome de nuevo de rodillas y me da una patada pero no caigo asique me da otra. Como tampoco caigo y lo que busca Amo es precisamente eso, simulo la caída cayendo de lado al suelo. No me estaba dando muy fuerte, por ello que no cayese tan fácilmente. Permanezco tumbada escuchando como me humilla Amo con sus comentarios ofensivos. Apenas le oigo por la máscara asique punto extra para no hacerle mucho caso tampoco. Me escupe y lo restriega por toda la máscara.
-Mírala, que
está llena de babas.
Me tumbo
boca abajo en el frío suelo y me azota con lo que de inmediato reconozco: el
ratán. Me quejo, que ahora si puedo jajaja. Algunos son muy fuertes y me hacen
mucho daño. Me cortan la respiración.
-Así es como
tienes que estar, tumbada en el suelo y siendo azotada. Eh, mierdecilla –me da
golpecitos con el pie y me insulta con desprecio.
Escucho muy
bajito lo que me dice. Mis piernas se doblan y levantan por el dolor y Amo me
da golpes con el ratán para que las baje y ponga en su sitio. Un desafortunado
golpe en el hueso me hace retorcerme en el suelo, mi cabeza se ladea, mis ojos
se cierran una y otra vez y mi cara se contrae con gestos de dolor. Me ordena
darme la vuelta y subirme un poco el vestido. Lo temo...sé dónde me va a dar.
Me azota por las piernas, por la barriga y el coño.
-¿De quién
es este coño?
-Tuyo –se me
quiebra la voz.
-Tuyo ¿Qué?
-Tuyo Amo
–contesto con una urgencia que me estaba llevando al borde de las lágrimas.
Intento que
no se me note aunque no sé si me ve por los agujeros. Los golpes en las piernas
me duelen mucho, han sido mi detonante en las lágrimas. Me quejo mucho.
-¿Quieres
seguir?
No contesto,
tan solo asiento muy débilmente.
-Si quieres
seguir date la vuelta y sino levántate.
Mi auto
exigencia no me permite levantarme por lo que me doy la vuelta de nuevo, boca
abajo y tendida en el suelo sigo recibiendo los duros golpes del ratán bajo la incansable
mano de Amo. Mi cuerpo entra en frío, empiezo a temblar. Me aplasta de nuevo
con el pie en la espalda y creo que en la cabeza, aunque no lo recuerdo bien.
Amo desaparece unos segundos, intuyo que irá a por otra herramienta pero cuando
regresa sigue siendo el ratán. Los dos últimos los atesta muy fuerte. Amo para
y me habla.
-Vete debajo
de la mesa, no te lo pienses.
Me incorporo
y de rodillas me dirijo hacia la mesa. Debajo de ella hay un cojín y una
toalla, cuando llego me tumbo como una perrita indefensa. Amo me tira una
botella de agua.
-Descansa
ahí mientras recojo.
Bebo agua
como me permite la máscara, me tumbo de nuevo apoyando la cabeza en el cojín,
en lo que se acaba de convertir en mi refugio…en mi camita…en mi zona de
descanso, pensando, relajándome, calmando mis lágrimas y volviendo mi
respiración agitada a pausada de nuevo. Observo los movimientos de Amo, me toco
el culo con mis manos frías para aliviarme y toco mi húmedo coño. Amo me llama,
está sentado en su sofá. Me coloco de rodillas y me quita la máscara. Me ordena
quitarme los zapatos y subirme al sofá. Me tumbo y apoyo la cabeza en su
pierna, hablamos, me pregunta cómo estoy, palpa el ardiente culo, me acaricia
lenta y suavemente la cara y observa las marcas.
-Que buena
perra tengo.
Cuando he descansado un poco vuelvo a
comérsela donde esta vez se corre en mi cara.
GRACIAS MI AMO.
Daira.
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