jueves, 31 de enero de 2019

Decorando mi espalda 🙂


Tras la última sesión, Amo y yo no habíamos vuelto a vernos, excepto el domingo pasado que tuvimos KDD de Shibari, conocimos a gente nueva, hubo muchísimas risas y demás. El tiempo se pasó suuuper rápido. Esta semana estaba deseando que pasara, ayer fue el cumple de Amo y tenía un regalo hace muuuucho tiempo que estaba deseando darle. Estaba nerviosa, solo esperaba que le gustase ya que se lo regalé con todo mi cariño e ilusión. Era una pala personalizada con su nombre, tenía ganas de regalarle una y sabía que ÉL quería una. Se la preparé en una caja, con muuuchos papeles de seda recortados para que la buscara Jiji y le escribí una dedicatoria. Bueno, creo que sí que le gustó jajaja. Estaba deseando probarla (bueno y yo en el fondo también jajaja).
Después de darle el regalo y demás hablamos sobre cómo va a ser la sesión, me dice que hoy nos vamos a centrar en las agujas en la espalda. Tenía ganas, aunque sabía que me iban a doler. Amo se va a la ducha y me preparo como me había pedido: lencería roja combinada con ropa negra, liguero y medias rojas y zapatos de tacón negros. Me pinto los labios de rojo y me echo perfume, con él había cumplido una instrucción esta semana, asique me lo llevé para que Amo supiera cómo iba perfumada mientras me tocaba pensando en ÉL. Cuando termina de preparar las cosas, me coloco frente a ÉL y me pone un antifaz. Empieza a merodear lentamente por mi cuello, me lo chupa y mi respiración se agita, resoplo, ÉL lo nota, ÉL sabe que eso me excita.
-¿Qué te pasa? –dice con mofa.
Le sonrío y me besa. Me lleva a otra parte del salón, espero atenta y expectante.
-Que buena estás.
Le sonrío tímida. Siento a Amo deambular a mí alrededor.
-Quiero que sepas que estoy muy contento contigo porque eres obediente, fuerte –y me da un golpecito en el brazo-y haces todo lo que te digo. Por otro lado y como tu Amo que soy, para mí no eres mas que un trozo de carne y ahora ya no vales nada. ¿Entendido?
Le asiento. Estaba algo sensible mientras escuchaba las palabras de Amo, antes de la sesión me dio un bajón y creo que por eso me dijo todo eso.
-No te oigo.
-Sí, Amo -digo alto y claro para que vea que estoy fuerte.
Me azota con el flogger por el cuerpo para calentar y después al culo, al llevar la falda de cuero no siento nada. Amo me la quita y me azota con la mano. Me da consecutivos y fuertes, por lo que me hace bastante daño.
-¿Te gusta?
-Sí-digo susurrando curvando la comisura de la boca.
-¿Te gusta cómo te follo?
-Sii-le sonrío.
-¿Y cuándo te azoto?
-También –y vuelvo a sonreír.
-Pues hoy a vas a tener mucho de todo –me susurra.
Mi piel se eriza. Amo me tira del pelo y me ordena de rodillas, permanezco en posición de espera. Siento que se aleja y cuando vuelve un silbido en el aire me saca de toda concentración.
-¿Qué es?
-¿Látigo? –me refería a la fusta de doma.
-No.
-Ratán –digo rápidamente.
-Buena chica.
Empiezo a temer, aunque creo que prefiero el ratán antes que la fusta de doma. No sé lo que estoy diciendo pero bueno jajaja. Me dice que ponga las manos en bandeja. Me pone la correa en la argolla del collar. Me ordena manos en la espalda y las ata con cinta de raso. Lo siento cerca de mí y escucho cómo se baja la cremallera. Su polla topa con mi cara y sin más espera la busco con la boca para chuparla de inmediato. Me coge de la correa y tira de ella para que la busque, le sigo de rodillas y la encuentro enseguida.
-Joder que radar.
🤣🤣. Me sigue guiando por el salón, aunque no veo, sé por dónde vamos. Yo no suelto la polla en ningún momento, la dejo en mi boca todo el rato.
-Eso es, buena chica.
En el pasillo hago una garganta profunda. En la habitación me la quita, me agarra con fuerza de los pelos y me lanza hacia la cama, impulsivamente pongo las manos hacia delante lo que hace que se rompa la cinta y quede suelta de manos.
-Confía-me dice Amo.
Verdaderamente no sé qué me pasó, supongo que fue un acto reflejo lo que me hizo actuar así. Quedo de rodillas en el suelo apoyada al borde de la cama, con las manos y cabeza encima de ésta, Amo me pone la polla por detrás rozándome con ella y provocándome para ver si la quiero. Yo por supuesto le digo que sí, qué duda cabe jajaja. Amo me la mete y tras varias embestidas le digo que me duele en esa postura. Me coge con destreza y cuando me quiero dar cuenta estoy a cuatro patas en la cama. Me folla duro mientras me tiene sujeta por la correa. Me acaricia lentamente por todo el coño con ella, eso siempre me ha excitado mogollón pero creo que nunca llegué a decírselo. ÉL nota que me gusta. Después me enreda con la correa por la barriga.
-El Shibari sirve para todo –dice –que calentita, te voy a tener que ordenar más veces esa instrucción.
-Jo.
Ambos reímos. La instrucción era tocarme durante tres días pero sin correrme, normal que fuese calentita, estaba a tope jajaja. Amo me toca el clítoris simultáneamente con las embestidas, después se centra únicamente en tocarme. Araño la colcha. Cuando Amo deja de tocarme y reanuda las embestidas siento mucho más placer, gimo y me cuesta bastante respirar del mismo placer. Amo se ha dado cuenta. Me corro. Me muerde la nalga izquierda fuerte y gruño y me araña la espalda también. Me ordena tocarme a mí ahora, mete dedo en el culo mientras me sigue follando. Me tira del pelo, deja la punta de la polla rozándome atrás y la introduzco yo misma. Me muevo. Me azota las nalgas y el coño y siento que Amo sonríe cuando me quejo. Joe como duele. En la misma posición de a cuatro, cierro las piernas y seguimos follando así, me agarra de las tetas. Después nos tumbamos bocabajo sin dejar de follar.
-Pequeñaja ¿estás bien?
-Sí si- y nos reímos.
Volvemos a cuatro.
-Cambiaría de postura pero se te folla así muy bien.
Amo, desde atrás, me come el coño y culo simultáneamente y mientras me sigo tocando. Finalizamos las penetraciones, Amo se sienta en la cama, la busco y después me quita el antifaz. Me sigo tocando hasta que me entrega el Hitachi.
-Siempre hay que tener un as bajo la manga.
-Anda leche eso era lo que me estaba clavando.
Jajaja, estaba debajo de la colcha y me lo clavaba todo el rato en las rodillas, pero no sabía qué era. Se la como mientras me torturo a mí misma. Me ordena seguir hasta correrme y apagarlo para terminarle a Amo. Mantengo la polla dentro de mi boca hasta que noto como el líquido va entrando en ella, lo mantengo hasta tenerlo todo y ya trago. Limpio las gotas que quedan, dejándola limpia.
-Gracias –me dice Amo.
-Gracias a tii.
Me tumbo encima de Amo, nos abrazamos y me da un beso. Cuando descansamos un rato, vamos al salón a probar la pala que le he regalado. Me apoyo en la mesa con el permiso de Amo, me azota unas tres o cuatro veces siendo el nivel de dolor de siete-ocho. Ya me estoy arrepintiendo de habérsela regalado jajaja. No seguimos ya que es tarde y teníamos que hacer lo de las agujas porque nos iba a llevar tiempo. Prepara las agujas, la cristalmina, el algodón…y todo lo necesario. Me tumbo desnuda bocabajo en la cama, Amo me echa cristalmina por la espalda,cierro los ojos para concentrarme y empieza con la primera aguja por la parte de arriba, haciendo una especie de círculo. La idea era hacer el Triskel de BDSM, pero al final decidió no hacerlo porque era un poco difícil hacerlo centrado y demás. Amo improvisó formando una figura. Las agujas en la espalda duelen mogollón, depende si las introduces más superficial o no duelen más o menos y Amo jugaba con eso, si me quería putear más o menos. En algunas, para evitar un poco de dolor, inspiraba cuando iba a ponerla y expiraba una vez estaba ya puesta, aunque no notaba mucho alivio la verdad. Las más dolorosas eran un dolor similar a cuando te las ponen en los pezones, me recordó bastante aunque duelen más en el pezón. Como siempre, las agujas me encantan y a pesar del dolor me gustó mucho la experiencia 🙂
GRACIAS MI AMO.






 Daira.

viernes, 18 de enero de 2019

Descubriendo mi límite y amaneciendo con Amo 🎩😊


Mientras descansábamos en la última sesión, un Amo pensativo dice que la próxima es la numero treinta y quiere que durmamos juntos, asique me dice que hasta que no pueda quedarme allí a dormir, no volvemos a vernos. Mi mente se paraliza y le muestro a Amo mi disgusto.
-¿Y si pasan meses?
-Pues meses sin vernos, ve organizando día y demás, un viernes.
Puf, los días los paso pensativa y algo rallada, jo, a saber cuándo nos veamos. Empiezo a organizar mis días; que no tenga que quedarme con mis sobrinos, que no trabaje el sábado por la mañana…mil vueltas a la cabeza. El único y más cercano día que podía era justo el viernes siguiente, se lo digo a Amo con muy pocas esperanzas ya que era miércoles e igual era muy precipitado. Amo me dice que cuando lo medite me confirma. Un mensaje suyo el jueves por la noche diciéndome que si he preparado el pijama cambia todo, la ilusión brota por todo mi cuerpo y mi sonrisa se abre paso en mi cara. Tenía mis dudas sobre si me dejaría dormir con ÉL en la cama o en el suelo, pero solo el hecho de poder dormir en su casa ya era todo para mí. Puf, que nerviosa me pongo, y eso que Amo apenas me dice nada más ya que sabe mi nervio jajaja. El viernes no puedo estar más nerviosa, tengo ganas que llegue ya la noche y el día pasa muy lento😞 Por la tarde me falta tiempo para preparar las cosas: collar, pijama, neceser, ropa para ponerme en la sesión (que luego no me hizo falta), tacones….bueno, las mil cosas que necesitamos las mujeres y luego nos sobra la mitad. Los porsiacasos ocupan mucho🤣🤣. Me ducho, depilo, pinto…etc. etc. y por fin llega la hora de coger el bus. Cada vez veo más cerca ese momento, joe ¿Seré tonta por estar tan nerviosa e ilusionada? ¿Será algo normal? Supongo que sí, ese privilegio no está siempre, de hecho a saber cuándo vuelva a pasar, y si vuelve…
Ya con Amo, en su casa y con mi collar, hablamos de todo un poco. Hay risas, opiniones, información de futuras prácticas y por supuesto mis caras de “Hostia la que me espera” jajaja. No me opongo a nada y no tengo ningún inconveniente, intentaré todo y haré lo que esté en mi mano. Cenamos y reposamos un poco. Preparo dos vasos de agua y nos disponemos con la sesión. Comenzamos con varias estructuras de Shibari, entre el roce con Amo, sus provocadores comentarios y que a mí me pones una cuerda y me mojo, pues eso…que estaba cachonda y Amo también, lo compruebo cuando lleva mi mano a su erección. Después de varias figuras, se mete a la ducha y espero fuera a que salga.

-La ducha ya me ha hecho pensar, asique te voy a putear.
-Vaya por dios.
Mira que le tengo dicho que no se duche por eso precisamente 🤣🤣Ordena quitarme la ropa, dejando sujetador y tanga. Regresa con un dildo para que lo meta entero y sin necesidad de lubricarme, ya que estaba bastante mojada, meto el dildo despacio. Me siento en el sofá y lo mueve dentro de mí. Mi respiración agitada y mi entrepierna húmeda, delataban mis sucios deseos. Lo mete, saca, mete, saca. Me folla con el consolador y gimoteo.
-¿Qué te pasa perrita?-dice con tono burlón.
Con mi cara de zorra le miro y sonrío. Me ordena que sea yo ahora la que lo coja y mueva, se baja los pantalones y se la saca. La meto en mi boca y la masturbo a la vez con la mano izquierda mientras con la derecha entro y salgo con el consolador. Amo me fuerza a gargantas profundas, me dan muchas arcadas y tengo que apartarla algunos segundos para respirar y concentrarme o al final vomitaré. Mientras la chupo, Amo me escupe en la cara y cae en la mano y ordena que me la chupe para limpiar sus babas. Lo hago y sigo con mi alimento.
-Buena chica.
Le escupo en la polla para humedecerla y porque me gusta hacer eso, chupo profundo, fuerte y con ganas, así me ordena Amo. Me da golpes con la polla en la cara.
-Como me gusta verte trabajar con dos pollas.
Me escupe de nuevo, tira de mi pelo y me da hostias fuertes.
-Mueve la mano –me dice para que siga con el consolador.
Amo la retira de mi boca, me dice que me saque el dildo, me levante y le siga. Me tiro al suelo de rodillas y le sigo hasta donde me para, permanezco en posición de espera y con el dildo en la mano. Cuando me da permiso lo dejo en la mesa y gateo hacia el sofá donde se ha sentado Amo y quito mi tanga. Vuelvo a comer polla de nuevo. Me entrega el Hitachi.
-Disfruta que va a ser el único placer que vas a tener hoy.
Me pego el Hitachi al clítoris y simultáneamente como y saboreo la polla de Amo. Me besa y restriega la polla por la cara. Yo abro la boca para rozarla.
-Que guarra eres.
Sonrío sigilosamente, puf, cómo me excita cuando me llama guarra, puta… Me tira de los pezones, me corro varias veces. Miro a Amo pervertida mientras jugueteo con su glande y la chupo de arriba abajo. Me araña la espalda y jadeo.
-¿Estas disfrutando?
Le respondo mediante gemidos y me besa, nos besamos con pasión, deseo y ganas. Amo me sube la intensidad del Hitachi por lo que inconscientemente las piernas se me cierran y sintiéndolo aún más me corro antes. Me siento en el suelo del mismo placer. Me ordena abrir las piernas para que disfrute más. Pasados unos minutos, Amo se levanta y ordena abrir la boca, saco la lengua y se deja ir en ella, la corrida gotea por mi pelo, por mi mano, por mi cara y en el suelo. Me encanta sentir la corrida chorrear por la cara. Chupo mi mano dejándola limpia como una patena. Limpio el suelo y me visto. Descansamos un rato y volvemos a hacer Shibari, entre algunas figuras, practicamos también de pelo. Cuando terminamos, me quito toda la ropa quedando completamente desnuda. Me tapo un poco del frío mientras preparamos un plástico por el salón y Amo lo ambienta con música de terror. Observo atenta todos sus movimientos y coge la palincheta. (Yo ya era conocedora de esto, ya me avisó de que iba a hacerme un vestido de puntos a golpe de palincheta, por lo que estaba preparada para el momento)
-¿Qué me pediste? –se refiere a la última sesión que me quedé con ganas de ella.
-La palincheta –le sonrío.
-Pues voy a saciar tus placeres.
Me sitúo en medio del plástico, con algo de cuidado y miedo por si lo tiro. Me inclino un poco hacia delante para exponer el culo, preferiría apoyarme en algún lado pero Amo no me da permiso para hacerlo. Inicia los golpes por las nalgas, y aunque me duelen, los disfruto, me encantan.
-¿Recuerdas la palabra de seguridad?
-Sí.
-Dila.
-Rojo.
-Bien, no te olvides de ella. Pon las manos a la altura de la cintura, un poco hacia delante.
Acato órdenes y Amo me golpea por toda la parte de atrás de mi cuerpo, sin dejar nada que azotar. Toda la espalda, piernas y brazos, ambos por arriba y por abajo, los gemelos, los muslos, la entrepierna, las pantorrillas, las nalgas…todo, todo está siendo golpeado. Cada vez me duele más, el dolor se va notando y quedando en mi piel y empiezo a sentir como arde. Siento como la sangre va brotando. Hago muecas de dolor, contraigo la cara, respiro e inspiro, cierro los ojos y levanto la pierna ante los golpes más dolorosos, la parte de la cintura, las costillas y los riñones duelen horrores y pego gritos de dolor. Aunque las piernas no se quedan atrás en cuanto a dolor tampoco eh. 
-¿Sabes lo bueno de esto? Que ahora te voy a dar por delante -me susurra.
Mi piel se eriza ante semejante comentario y lo ignoro a partes iguales. Por delante no tengo mucho aguante 😞Me doy la vuelta, de cara a Amo pero un poco girada. Le pido beber agua y me da. Necesitaba humedecerme la boca, la tenía muy seca. Hace exactamente lo mismo que por la parte trasera, golpea todo, brazos y piernas de arriba abajo, barriga, tetas que por supuesto alucino de dolor y pataleo y por el coño que hago lo mismo. Hago respiraciones. Comienzo a llorar, un llanto que no desaparecerá en ningún momento. Pero no puedo negarlo, estoy excitada a pesar de todo. Después de golpearme un rato vuelvo a ponerme de espaldas. Me regaña varias veces por bajar las manos. Los golpes no cesan y la intensidad y fuerza tampoco.
-¿Duele?
Le asiento entre lágrimas.
-Esto sí que duele –dice atestándome dos fortísimos golpes en la parte de la cintura y la espalda. Chillo y pataleo. No dejo de llorar.
-No voy a parar hasta que no digas rojo.
Toca el culo y chupa mi sangre. Vuelvo a girarme de nuevo y vuelven los golpes delanteros. Un golpe en la teta hace que me proteja impulsivamente ésta, por lo que muevo las manos y estoy algo inquieta. Mi cuerpo empieza a temblar.
-Respira y no pierdas la concentración.
Vuelvo de espaldas. Pronuncio “no puedo más” por lo bajini, no sé si Amo me escuchará. Mi mente se dice a sí misma “en el próximo golpe más fuerte paro”. Pero no, no digo nada y retraso la decisión. Mi llanto no cesa. ¿Estaré llegando al límite? ¿Por qué no soy capaz de parar nunca? Quizá inseguridad…no sé hasta qué punto es “bueno” o “malo” decir la palabra de seguridad. Por suerte Amo me conoce y sabe que quizá ya estoy llegando a mi límite.
-¿Quieres parar?
-Sí, por favor-le digo desesperada llorando.
-Dilo.
-Rojo –digo instantáneamente.
Amo deja la palincheta en el suelo y me abraza.
-Pequeñaja, estoy muy orgulloso de ti. Ponte de rodillas.
Impulsivamente me abrazo a su pierna pero con algo de sutileza y timidez.
-Abrázate si quieres.
Y así hago, me abrazo a su pierna con fuerza y poco a poco mi llanto se apacigua mientras Amo acaricia mi cabeza y me relaja.
-¿Estás bien? –Le asiento- Cuando estés preparada te levantas, sin prisa.
Momentos más tarde me levanto, mis piernas se pegan por la sangre, Amo me dice que le mire y cuando lo hago coge mi barbilla.
-¿Estás bien? –Me abraza- Has aguantado muy bien -le sonrío.
Amo me ordena irme a la ducha para quitarme la sangre y así también lavar las heridas. Me acompaña y dice que quite mi collar ya que hemos terminado por hoy. Amo me deja sola en el baño. Miro mi demacrada cara en el espejo, el rímel corrido y mi pelo alborotado con la coleta deshecha. Me relajo en la ducha, sintiendo el agua bien caliente acariciándome la espalda, calmándome el dolor. Me pongo mi pijama y salgo al salón donde Amo está viendo la tele. Me indica que me siente en su sofá con ÉL, me arropa y apoyo en su hombro mientras vemos la tele un rato. Cuando Amo decide nos vamos a la cama. Me acuesto en su pecho con nuestras piernas entrelazadas y abrazándole hablamos.
-Pequeña, que has dicho rojo.
-Ya, con la palincheta, con lo que me gusta, que fuerte.
-Has aguantado muy bien.
-No sé yo…
Estoy rallada y me siento mal por haber tenido que decir la palabra de seguridad (aunque en verdad Amo me había dicho que no paraba hasta decirla), pero es la primera vez que la uso y además creo que he aguantado muy poco.
Me doy la vuelta en la cama, mi cabeza descansa en su brazo y con el otro me abraza. Le agarro ambas manos, aun no me creo que esté en su cama con ÉL. Amo se duerme y yo permanezco ahí, escuchando su respiración sobre mi cabeza, aprovechando ese privilegio. Dolorida y feliz de dormir con ÉL consigo conciliar el sueño. El despertador suena, Amo tiene que trabajar. Jo, que pronto pasa todo. Amanezco vestida de puntitos, y lo mejor de todo, amanezco junto a Amo. 
GRACIAS MI AMO. 











Daira.

sábado, 12 de enero de 2019

Lección aprendida. Probando ratán 😏


Ya totalmente recuperada de la última sesión, aunque aún con algunas marcas, Amo me avisa que para la próxima tiene pensado ponerme agujas en las comisuras de los dedos de las manos. La idea no me asusta aunque pienso cómo será. El miércoles quedamos para hacer Shibari con otras dos parejas de BDSM, como siempre todo genial y mi excitación no me abandonó en toda la noche. Ese día Amo comenta que tendré como una especie de recordatorio por algo que se supone que he hecho mal, mi cabeza desde ese momento no deja de pensar en qué he podido hacer que haya molestado a Amo y sabiendo que voy a tener un “castigo”. El sábado quedamos, estoy algo nerviosa durante el día aunque Amo me dice que ve todo lo contrario en mí, bueno en cierto modo ahí ya no lo estaba. Tras su permiso de entrada a casa, me siento en el sofá y coloco mi collar. Ya había algo que no me cuadraba, una mesa que normalmente no está nunca. Automáticamente pienso que voy a tener que copiar y efectivamente lo confirmo cuando Amo coloca una silla, una libreta y un lápiz en la mesa y escribe algo. Mientras Amo prepara cosas yo permanezco sentada, expectante por cada cosa que veo en otra de las mesas (jengibre, pezoneras de acero, pala de pinchos, ratán, pala de madera, una paleta de untar de hierro, tijeras, cinta americana, palincheta (ais era lo único que me alegró en ese momento jajaja). Etc. Y dando miles de vueltas a la cabeza. Veo dolor, mucho dolor. Me ordena vestirme y atar las esposas moradas dobles a la mesa mientras se ducha. Ahí ya percato que voy a estar abierta de piernas y atada.
Me pongo el vestido negro ajustado sin ropa interior, ya que así me había ordenado Amo y me pinto los labios de rojo. Cuando Amo sale, vestido de traje, ya me excito al verlo (dios lo que me gusta ver a un hombre así vestido) y me ordena lavar el Súper Hitachi. Con ánimo voy al baño a lavarlo y cuando vuelvo lo dejo colocado y preparado en la mesa justo encima de la libreta. Amo me ata la mano izquierda con una cuerda, pasándola por la cintura de modo que queda mi brazo atado atrás a la espalda y mi mano derecha libre. Me pone cinta americana en la boca y me la aprieta para que no se despegue.
-Como hoy te quiero calladita, si necesitas parar tiras el lápiz al suelo, no importa dónde caiga, o das golpes en la mesa ¿entendido?
Tras asentirle me siento en la silla y Amo me ata los tobillos a su correspondiente pata de la mesa. Me viene la típica morbosa imagen de una colegiala siendo castigada por su Amo y me excito. Me miro en la apagada tele para ver mi reflejo con la cinta puesta y aunque apenas me veo me da mogollón de morbo. Me echa jengibre en polvo en el coño para que ayude en la tortura y enchufa el Hitachi justo delante de mí. Toca mi sexo y se lo chupa.
-Esto es por tu rebeldía en los últimos días, como recordatorio para que no se te olvide, no lo tomes como castigo.
Amo da la vuelta a la libreta y miro atenta lo que lleva escrito “No volveré a olvidarme de mis obligaciones por pequeñas que sean”. Pienso todo el rato que es lo que he podido hacer hasta que me enseña una captura de un trocito de nuestras conversaciones y nada más verlo me arrepiento, no me di cuenta jo, reflexiono sobre todo lo que me dice Amo y tras su permiso para coger el lápiz doy comienzo al escrito mientras Amo enciende el Hitachi y me lo pone directo al clítoris. ¡Que comience la tortura!
-Escribe bien que lo voy a mirar con lupa –dice y arrima el sillón para sentarse justo a mi lado. Ibas a escribir cincuenta veces pero al final van a ser treinta porque me urge más lo otro y sé que esto ya no se te va a olvidar.
El calor va subiendo enseguida, mezclado por el jengibre y el vibrador. Escribo con ánimo y a pesar de tener a Amo a mi lado observándome no me siento presionada. Me dice que cuando llegue a la décima pare. Cuando la escribo, dejo el lápiz, apaga el Hitachi y vuelve con las pezoneras de clip de acero ¡Puf! Con lo que duelen jo. Me aparta un poco el vestido y me las pone. Sigo con el dictado, con la tortura y la regañina de Amo para que abra las piernas aunque solo me lo ha tenido que decir una vez 😊Alguna frase me cuesta escribirla más y paro escasos segundos ya que el vibrador me está torturando de más y gimoteo.
-Lo que viene después va a ser duro, quiero que estés preparada. Te voy a torturar, después las agujas y luego ya veremos.
Le asiento y al terminar las treinta copias quita las pezoneras ¡au, mis pezones! Están aplastados y poco a poco vuelven a su ser.

Me levanto e intenta ponerme unas pinzas de acero negras de estas típicas de papelería en el coño pero me aprietan demasiado y a Amo no le convence asique lo deja para otro día. Me desata y voy a lavar el Hitachi. Cuando regreso me apoyo en la cinta de correr con el culo bien expuesto y con buena perspectiva para Amo. Me entrega un sombrerito de una figura para tirarlo en caso de querer parar ya que aún tengo la boca tapada. Seco mis manos en el vestido y hago mi rutina de ánimo interior previa a los azotes (venga que tú puedes Daira, etc.).Me azota con la paleta de untar de hierro y me calibra.
-¿Seis? ¿Siete? – le enseño el dedo pulgar en señal de afirmación.
Después hace lo mismo con una pala nueva de madera para llamar a la sangre. El nivel de dolor es ocho y llega a nueve incluso. Me da golpecitos consecutivos pero suaves por lo que se hace muy soportable, además así me relaja y voy entrando en calor. Coge la vara de ratán y respiro para recibirlo y vuelvo a animarme interiormente.
-Inspira y expira –me dice para que me relaje y prepare.
Coge mi jersey y me lo ata a la cintura para protegerme riñones y curcusilla en caso que se le escape algún golpe. Comienza a atestarme los primeros, cierro los ojos y frunzo el ceño, dios, en el primero ya se me corta la respiración. El nivel es nueve y subiendo. No pica, el dolor se concentra en el culo y sube hacia los riñones. Las nalgas, ya dibujadas, me empiezan a escocer tras los primeros golpes, especialmente la derecha que es donde Amo está dando más. A Amo se le ve encantado con las marcas, me hace foto y me la enseña. Yo le sonrío de orgullo y por verle tan contento. Tras los diez primeros golpes, Amo me da un descanso. Me retira la cinta americana de la boca, mis labios se han dibujado en ella. Me toco el coño y siento mi humedad.
-Estoy un poquito mojada – le digo sonriendo.
-Ya te veo, zorra.
Tras recuperarme un poco e insistirme Amo en si estoy bien, me informa que me va a dar los diez últimos: dos nalgas, dos pantorrillas y termina en el culo con los que faltan. Vuelvo a respirar para concentrarme.
-Venga valiente que tú puedes –me anima.
Le sonrío y me atesta los diez en el orden tal cual me había dicho. Amo los va contando en voz alta y yo interiormente, haciendo la cuenta atrás de lo que queda. Al llegar al golpe veinte Amo para y yo por fin puedo respirar y automáticamente entro en estado de frialdad y mi cuerpo empieza a temblar. Aunque su idea eran más golpes, al final decide veinte ya que al ser la primera vez quiere estudiar bien las marcas y demás.
Me dice que paramos en cuanto a golpes y que deje reposar un rato el culo. Me escuece la vida, el dolor se concentra ahí. Me deja tiempo para recuperarme y me ordena beber agua. Jo, yo quería palincheta😞 
Una vez me he repuesto, recojo todo el material y preparo lo necesario para las agujas. Nos lavamos las manos y abrimos seis en total. Amo me abriga con una manta para el frío.
-Si notases un cosquilleo fuera de lo normal me avisas.
Muestro mi mano izquierda a Amo y tras limpiarme con cristalmina coloca la primera aguja en la comisura, lo hace con destreza. Y así con todas. Apenas me duele, solo el pinchazo que desaparece efímeramente. Cada vez que me coloca una entro en un calor que desaparece justo al clavar la aguja, y así en todas. Las agujas entran con facilidad. Esto es pan comido ya para nosotros jeje 😝
-Valiente –le sonrío y añade-: Al final te voy a poner cuatro en cada mano, ya que estamos liados… aunque creo que te gusta el tema agujas y demás, siempre estas dispuesta a un pinchazo.
-Pues sí, ¿qué más da?, si ya que estamos… –le provoco. Sí, me gustan las agujas 🙂
Una vez están todas puestas, al pasar unos minutos las manos me cosquillean un poco, pero nada fuera de la normalidad. Amo las retira, no duelen nada pero me sangran, algunas más que otras. Me cura con alcohol, me besa y descansamos. Vamos al sofá y Amo me ofrece bizcocho, me lo como con ganas para recuperar fuerzas, joder que rico está jajaja. Me avisa que no hemos terminado. Llevo el plato a la cocina y cojo un condón por orden de Amo. En el sofá, me subo encima de ÉL, me descalzo y chupa mis pezones suavizando así el dolor que han dejado las pezoneras. Le acaricio la cabeza, me besa y me excito cada vez más, aunque verdaderamente no he dejado de estarlo en ningún momento. Me coge en brazos y me lleva a la habitación. Ya instalada y de rodillas en la cama, Amo me da polla y ella me responde. Me coloco a cuatro patas, Amo va a lubricarme pero dice que a mí no me hace falta, ya estoy empapada de sobra jajaja. Me la mete y me folla en principio suave y despacio, pero en el transcurso de los minutos va subiendo ritmo, intensidad, placer y gemidos. Araño la colcha. Me ordena tocarme mientras tanto porque le gusta verme así y que me corra para ÉL. Me azota simultáneamente con las embestidas y mete un dedo en mi culo, hasta el fondo, donde lo mueve con delicados redondeles. Me tira del pelo.
-Puf, estás ardiendo por dentro perrita. Que gusto –resopla Amo.
Me aproximo al cabecero donde las embestidas son tan fuertes que creo que me voy a tronchar, después me tumbo bocabajo, se mueve sensualmente, me lame las orejas y acaricia el cuello con deseo, su barba me hace cosquillas y siento su agitada respiración juntarse con la mía. Para con las embestidas un rato y me come el culo.
-Te voy a tener que follar el culo también –dice creo al ver mi humedad en él.
Tras incontables penetraciones duras, intensas y profundas, vamos a la mesa del salón, Amo sabe que ahí estoy más cómoda para follar por el culo, coloca un cojín en la pared para que no choque la mesa y otro en mi barriga para no clavarme el cristal y hacerme daño con los movimientos. Dejo caer mi cuerpo en el frío cristal cuando Amo me la introduce despacio y con delicadeza. Una vez retoma las penetraciones, en cuestión de minutos me corro, no sé qué me pasa cuando lo hago por detrás pero siempre acabo de la misma manera y sobre todo en esa postura, de hecho lo hago dos o tres veces. Estoy empapada, Amo me toca y me lo confirma. Encima de mi pelo desordenado, adorno mi cabeza con una diadema de orejitas de gata que elegí yo misma hace un tiempo, a Amo le gustan.
-Estoy cumpliendo un sueño, es la primera vez que me follo a una gatita.
Mis gemidos empiezan a retumbar por el salón, me ofrece su dedo para chuparlo y lo hago como si de una polla se tratara.
-Que ganas tengo de verte así –refiriéndose a un trío. 
Mi cabeza se imagina la escena, madre mía, espero algún día conseguir mi fantasía 🤤😏
-¿Quieres seguir follando o prefieres polla?
Dudo, dudo seriamente, son dos opciones difíciles jajaja. Tras una breve conversación, al final nos decantamos por comerle la polla. Vamos al sofá, me pongo de rodillas en el suelo con cojines y empiezo a comérsela. Me restriega la polla por la boca y después lo hago yo. Voy a por el Hitachi para estar más entretenida aún. Le miro pervertida mientras no dejo de chupar, de abajo arriba y redondeándole el glande.
-Qué bonita –me dice, supongo que por las orejitas.
Coge el móvil e intuyo que me graba. Tras correrme, Amo me ordena apagar el vibrador para seguidamente dirigirnos a la habitación de nuevo ya que dice que le apetece otra cosa. Amo se tumba en la cama y yo inversamente encima de ÉL, haciendo un 69. Miro morbosa al espejo, Amo está concentrado en su comida y yo en la mía. Amo tiembla y se corre en mi boca.
-Puta lengua esa que me da hasta calambres del placer –me dice y con un hábil movimiento me coloca en la cama bocarriba para atacar mi coño.
Le miro y nuestras miradas se cruzan y sonreímos al mismo tiempo. Le acaricio la cabeza.
-Joder –digo de placer y sonríe.
Amo me devora el coño durante un rato largo y al finalizar le doy las gracias mirándole y sonriéndole. Descansamos en la cama, acurrucada en su pecho, arropados y abrazados, entre besos en la frente, caricias y cosquillas en la espalda.


 GRACIAS MI AMO.
Daira.


jueves, 3 de enero de 2019

Subiendo niveles. Coño grapado.


Tres larguísimas semanas sin sesionar ni ver a Amo, con tanta fiesta, amigos, familia y demás se ha hecho imposible pero bueno, es lo que tienen estas fechas. Esta sesión es especial, al menos para mí, ya que es nuestro primer aniversado. Mientras cenamos Amo me da una sorpresa, me dice que una amiga que tenemos en común y que es mi mejor amiga, va a venir a hacerme fotos con cuerdas de Shibari que brillan en la oscuridad. No me lo puedo creer, que calladito se lo tenía la cabrona. Ya en su casa, me coloco mi collar, me informa que me va a grapar el coño y atónita me quedo cuando lo escucho. No me lo esperaba claro está, pero bueno, probaremos, al final las ganas siempre me pueden 🦊 Me quito la ropa y Amo me empieza a colocar las cuerdas para ir ganando tiempo. Conforme me las va colocando, atando y tensando, despacio, suave, con cautela, precisión, asegurándose que no me aprietan y demás me voy excitando, Amo me da unos lengüetazos en el coño y me chupa ambos pezones. Mi humedad no duda en salir y mi respiración se acelera. Una vez que mi amiga ya está en el piso, me coloco los tacones y nos disponemos con las fotos, primero soy yo sola y al final proponemos a Amo que se ponga conmigo. Las fotos molan, además ver como brillan las cuerdas es una pasada.

Una vez nos quedamos solos damos comienzo a la sesión. Me ordena apoyarme en la pared con el culo expuesto y me azota con fuet. En el primer golpe se rompe y Amo me azota con la parte rota más larga. El nivel de dolor es seis y sube a siete como mucho. Amo decide parar ya que no era como esperaba.
-¿Preparada?
-Sí, Amo.
Coge la fusta de equitación, hoy la vamos a estrenar y ya solamente de escuchar como silva en el aire me estremezco. Las manos me sudan tanto que se han marcado en la pared. Me las seco un poco en mi cuerpo, resoplo y respiro para prepararme. Esto tiene pinta de que va a doler bastante. Dicho y hecho. Amo me da el primer golpe por los riñones y la punta acaba atestando sobre mis costillas. El dolor es tremendo y similar a un látigo. De esos golpes que te cortan la respiración y los ojos se humedecen de tal golpe. Me sigue golpeando con ella sobre mi culo, pantorrillas, espalda tanto por arriba como por abajo, por la parte de arriba de los huesos es horroroso. Mi cuerpo se va dibujando con marcas.
-Estas son las marcas que yo quería. A partir de ahora vamos a empezar a usar la palabra de seguridad. Ahora todas las sesiones van a ser así que tenemos que despertar este cuerpo que está muy dormido – me informa Amo.

Yo asiento a todo, asimilando cada detalle que me da. Preveo sesiones duras como ya me podría imaginar. Me sigue golpeando por toda la parte de atrás y mi llanto se abre paso sobre mi cara. Me atrevo a decir que es el objeto más doloroso hasta ahora para mí. El dolor de los golpes en la espalda se me queda concentrado durante unos largos segundos, especialmente cuando me da en el hueso. Me quejo, chillo, grito, gruño entre permanentes lágrimas y mi pie reacciona dando golpecitos en el suelo. Mi cuerpo empieza a temblar.
-¿Tiemblas por los golpes o por los tacones?
-No sé –digo desesperada.
Amo me sigue azotando y después me pregunta si estoy bien.
-A ver cómo estamos por aquí –dice mientras toca mi sexo. –Zorra- espeta cuando se percata de mi humedad.
Amo ahora coge la pala de pinchos, me tira del pelo quedando mi cabeza y cara tensa y me azota con ella, me saben tan a gloria que dejo de llorar y disfruto de ellos, normalmente esta pala me duele pero después de la fusta está siendo un bálsamo para mí. Me da un aluvión de azotes en ambas nalgas con la pala tanto por la parte delantera como por la trasera. Me doy la vuelta, frente a Amo y con las manos en la nuca me azota de nuevo con la fusta por la barriga, por las piernas, por los pezones, puf que dolor por favor. Me estremezco, bajo los brazos como si quisiera protegérmelos y Amo me regaña para que los suba y pida permiso en caso de querer bajarlos. Vuelvo a llorar de nuevo. Me ordena permanecer con la cabeza alta para no darme con la fusta en la barbilla y cara. Vuelvo a la pared donde me azota de nuevo durante un rato.
-Ponte de rodillas mirando a la puerta.
Me coloco en posición de espera y mientras respiro, cojo aire y mi llanto se apacigua. Amo se coloca delante de mí, coloco mis manos en sus piernas y topándose con mi cara me dice que la busque, que use manos pero sin bajar pantalón. La saco por la parte de la cremallera y la erección de Amo es más que patente. Miro a Amo provocadora.
-¿Puedo?
-¿La quieres?
-Sí –mi sonrisa delata el vicio y deseo.
-Zorra. Come.
La meto en mi boca despacio, la saboreo por fin después de tanto tiempo. Amo me da dos hostias fuertes y me dice que chupe con ganas. Jo, pero si lo estoy haciendo. Me agarra del pelo y me arrastra por el salón, las rodillas me raspan, llegamos a su sofá donde ÉL se sienta y de rodillas en el suelo la vuelvo a hacer mía.
-Disfruta de tu premio.
Hago tres gargantas profundas, de las de arcada por orden de Amo.
-Buena chica – me acaricia el pelo y sonrío sin dejar de comer.
Me siento en el suelo de espaldas a Amo con las piernas abiertas y me toca el coño, me tortura el clítoris. Me muerde con ganas dos veces los riñones. Me tira y aprieta de los pezones. Me retuerzo del dolor y gimo del placer. Mi cuerpo empieza a temblar y a contraerse y en cuestión de minutos me corro llegando al orgasmo.
-¿Te gusta la mano de Amo? –le asiento. -¿Te gusta todo lo que te hace Amo?-vuelvo a asentir y sonrío. –Mi pequeña zorra. Las maravillas que hace un dedo de un hombre.
No lo sabes tú bien mi Amo😝 Me tortura de placer, gimo, mis piernas se cierran y me regaña para que las abra o lo hace ÉL a hostias. Grito y me tapa la boca. Sutilmente me tapa también la nariz tranquilizándome diciendo que puedo respirar y que me concentre que es más la sensación que otra cosa. Lo controlo como puedo aunque deseo que me quite la mano lo antes posible. Con entereza focalizo mi atención en el placer pero teniendo presente la negación de la respiración.
-¿Te dije que íbamos a subir niveles no? ¿De quién es este coño?
-Tuyo.
-¿Mío?
-Sí.
-Estas empapada.
Se chupa el dedo y sigue ensañado en mi coño. Me besa. Mi cuerpo se levanta del placer e incluso me pongo a cuatro.
-Como me gusta hacerte sufrir. ¿Te lo estás pasando bien? Estas ardiendo, y por aquí abajo también.
Sumergida en mi subspace y con la mirada totalmente perdida, le asiento todo el rato ya que no puedo reaccionar de otra manera, la tortura no cesa y me corro varias veces. Amo, aprovechando la situación de excitación y deseo, me declara sus intenciones al poner con sigilo la mano en mi garganta, oprimiendo poco a poco cada vez más pero sin exagerar. Lejos de gustarme no me opongo aunque estoy atenta todo el rato de la asfixia y al final acabo retirándole la mano. Muerde mi espalda fuerte y me duele, au.
-Ahora te voy a castigar- me susurra.
Yo ignoro cada comentario que me dice, es imposible dejar de pensar en la dulce tortura. Finaliza y me ordena ir a la pared, me siento en el suelo con la espalda pegada a ésta. Me da una hostia y ordena darle las gracias después de cada una. Mete un dedo en mi interior simultáneamente con las hostias.
-Gracias Amo.
Y así en todas, me cruza la cara, le doy las gracias y coloco la cabeza recta de nuevo. No las conté pero me dio más que nunca. Diría que entre quince y veinte aproximadamente. Algún agradecimiento me cuesta más pronunciarlo debido al daño que me causan. Me sorprendo para bien al conseguir no llorar en ninguna hostia, es la primera vez que lo supero sin llorar. Tras unas cuantas hostias más volvemos al sofá y vuelvo a comérsela. Un rato después, me subo a su lado y quito mis zapatos para seguir con la polla y devorarla a mi manera y a la que tanto le gusta a Amo. Me aprieta los pezones y gimoteo. Los tengo muy sensibilizados por los golpes y con tan solo rozarlos ya me duelen. Se fuma un cigarro mientras. Cuando se lo termina me besa.
-Vaya lengua.
Restriega su polla por mi cara.
-¿Esto te gusta?
Le asiento y sonrío provocándole mientras saco la lengua para lamerla. Mete un dedo en mi culo, después en la vagina y se lo chupa. Me azota mientras se la como, ya sabemos de sobra que los azotes me activan aún más.
-¿Quieres leche mi niña?
Tras asentirle, escasos minutos después Amo se vacía en mi boca y trago con gusto su corrida.
Me preparo para lo que viene ahora: grapas en el coño. Me siento en el sofá con el culo casi al borde y las piernas bien abiertas mientras Amo prepara la grapadora y las tijeras quirúrgicas. Me arropo con una manta por orden de Amo para no quedarme fría porque estoy temblando. Coge la grapadora y me tapo la cara con la manta para concentrarme. Echa cristalmina y ya siento como me roza en el sexo cuando la pega a mi coño para cuadricular cómo irá. Coloca la primera y doy un grito de dolor y sorpresa a partes iguales. Resoplo mientras miro a Amo aliviada y orgullosa por tener ya una puesta. Ya queda menos jeje.
-Masoquista de mierda –me responde con sonrisa incluida y le contesto de la misma manera.
Al colocarme la segunda veo que en la primera ha sido más la impresión y el miedo a lo desconocido que otra cosa, duelen pero es soportable, es simplemente el <clack< al ponerla y listo, al igual que cuando las tuve en la espalda y culo. Amo me coloca cuatro y una vez tengo todas puestas y ver que está todo en orden me levanto despacio, con algo de reparo y miedo por si se mueven o cualquier cosa.

La sensación no la puedo explicar, sientes que lo tienes cerrado y es una mezcla entre sabes que llevas algo pero a la vez parece que no llevas nada porque no duele. Pues eso, que no sé explicarlo jajaja. Vuelvo a apoyarme en la pared de espaldas al salón y retoma los golpes con la fusta de equitación, al decirme que abra las piernas un poco más de lo que las tenía tiemblo porque temo que me va a dar en el coño con ella. Me azota por la espalda y se me corta la respiración, aprieto los ojos, las ganas de llorar vuelven pero me contengo hasta que me doy la vuelta, manos en la nuca y Amo me da en los pezones desencadenando mi llanto de nuevo y los tapo impulsivamente para protegérmelos. Amo no reacciona pero segundos más tarde me ordena volver a poner manos en la nuca de nuevo mientras me atesta golpes por mis tetas, pezones, barriga, costillas y piernas.  
-Respira y recupérate –me dice concediéndome un descanso.
Cuando me entono un poco, mis suposiciones anteriores eran ciertas, Amo me da con la fusta en las grapas y muecas de dolor se hacen visibles en mi cara.
-No por favor –le suplico entre lágrimas.
Vuelvo a girarme y apoyarme contra la pared.
-¿Cuánto tiempo llevas sin azotes, tres semanas no?
Le asiento y me azota con la fusta de nuevo. En la espalda flipo siempre, se me hacen súper dolorosos, deseo que pase pronto ya y por momentos se me pasa por la cabeza parar, estoy bastante dolorida ya y algo débil. Ladeo la cabeza emitiendo <<Noes> mientras lloro, mis piernas se levantan, pataleo y giro mi cuerpo. Su hábil y ágil mano llega justo después. Me saben a gloria. Coge la pala de pinchos y vuelve a darme azotes consecutivos, sin parar, pero comparando con la fusta de equitación estos golpes ahora no me duelen casi nada, me suavizan e incluso me relajan. También me atesta golpes con la lámina de cuero que al igual que con la pala, me dulcifica. Amo me ordena de rodillas, se coloca delante y pegado a mí.
-¿Quieres parar?
Tras varios segundos de duda y ver Amo que no contesto me coge la barbilla con cuidado y mirándome fijamente a los ojos sigue:
-Por mí ya está bien Daira, has hecho todo –dice curvando sigilosamente la boca.
-Sí, paramos por favor.
Amo me ayuda a levantarme, han sido muchas emociones juntas. Vamos al sofá para quitarme las grapas. Me dice que me ha visto casi al límite, le respondo sinceramente que no sé, igual sí pero sigo sin ser capaz de parar por mí misma. Siempre busco hasta donde soy capaz sin llegar a extralimitarme… El nivel de dolor al quitar las grapas es cero jajaja no duele nada y ambos nos sorprendemos asique me relajo mientras las quita y hablamos. Me echa cristalmina para curar y demás y listo 😊
-¿Estás bien?
-Sí –le sonrío.
-Vaya aguante –y sonreímos ambos.
Permanezco así durante unos minutos para que haga su trabajo la cristalmina y no forzarme mucho ya que en alguna al quitarla me ha salido sangre. Cuando repongo fuerzas voy a lavarme para evitar infecciones y demás. Buena experiencia y sin duda la repetiría 😉
GRACIAS MI AMO.
Daira.

Un año a tus pies, mi Amo 🎩

Hola mi Amo:
Jo, cómo pasa el tiempo. Hoy es esa fecha que quedó marcada en el calendario, en la que se agolpan los recuerdos...Por fin me quito la "L" de novata jeje. Echo la vista atrás y me veo sentada a tu lado en el sofá, (en el que ahora me siento únicamente cuando me das permiso y me siento afortunada cuando lo haces porque me acerca a ti), hablando de las miles de cosas de las que querías contarme del mundillo. Recuerdo unos días antes cuando me hablaste por el messenger de Facebook exponiéndome tus dudas a la hora de hablarme por darte "likes" o "me encanta" a todas tus publicaciones relacionadas con el BDSM y yo muriéndome de la vergüenza y deseando que me tragara la tierra en ese momento del corte que me dio 🙈Te costó hacerlo pero lo hiciste, y menos mal.Yo era ignorante, no tenía ni idea de por qué ponías esas cosas, ni sabía de qué me estabas hablando, solo sabia que me excitaban, me daban morbo y curiosidad. Hablamos durante un rato y decidimos quedar un día para hablar de todo tranquilamente y en persona. Ahí ya me hiciste sentir como en casa contigo, mucho antes de que me dejaras entrar. A los dos o tres días volvimos a hablar por WhatsApp para fechar el día, el miércoles tres de enero concretamente. No podía ir mas nerviosa. Hablamos durante cuatro o cinco horas, me fui saturada de toda la información que me diste jeje ¿te acuerdas? siempre recordamos esa suuuper charla jajaja. No faltó detalle. Hablamos de nuestras fantasías, nuestros morbos, nos conocimos un poco más. Resolviste cada duda que me surgía, que no eran pocas 😅 que rondaban mi cabeza, y hoy en día sigues haciéndolo. Se me hacía raro incluso tener que buscarme un nombre. Pero solo me hicieron falta dos horas para contestarte a tu pregunta y dar ese gran paso justo antes de cenar. 
-¿Entonces, me cedes tu voluntad?
-Sí -te dije sin pensar. 
-¿Teoría solo o práctica también?
-No no, práctica también, ya que me pongo me pongo bien.

Te miré y sonreí nerviosa. Y vino la primera orden:
-Llama al Telepizza.
-No por favor, no me hagas esto, que me da mucha vergüenza llamar siempre - te dije, tonta de mí...
La expresión de un Jota serio hizo que se me pasara la tontería.
-Llama - dijiste muy serio pronunciando la inicial de mi nombre, ya que aun no tenía el de sumisa.
Y lo hice, sin mas quejas, sin cuestionar, sin nada.
Fueron días difíciles para mí. Tenía miedos, dudas, inseguridades... lo veía todo tan gris, tan negro. Poco a poco el cielo se iba despejando e iba viendo color. Las ganas y la curiosidad me podían. Bueno que te voy a contar que no sepas, si ya conoces a esta perra curiosa jeje. Dicen que al final ganan los que se atreven ¿no?. Me costó asimilar, adaptarme, obedecer, acatar órdenes, no estoy acostumbrada a eso, a creerme todo, a tratarte de usted, a no poder mirarte...que alegría me dio cuando por fin pude mirarte, tutearte y llamarte Amo. Tú mismo sabías lo difícil que era todo eso para mí, pasaron meses hasta que eso cambió, y fue poco a poco, veía tan lejos ese momento, pero mientras tanto lo hice. Por y para ti. Al día siguiente al despertar me vinieron miles de dudas, seguía sin creérmelo.
<<Soy sumisa, ¿en serio? ¿Yo? >>
Quién me lo iba a decir, si yo soy indomable, nadie se me sube a la chepa, ni me escupe, soy rebelde pero responsable eh jaja y algo bichejo como me dices Tú jeje, tengo mucho genio, odio las órdenes y si me mandan a hacer algo me falta tiempo para decirles que lo hagan ellos. Vamos, que lo último que creía en la vida era ser sumisa. Pero contigo fue diferente. Me impulsaste a probar. Me puse a buscar un nombre, no soy nada imaginativa para eso asique tecleé <nombres de sumisas> en Google. Vi Daira y me gustó, además su significado me viene como anillo al dedo <sexualidad>. Pasaban los días, deseaba la primera sesión. Recibía mensajes tuyos, me ordenaste hacerme fotos en posición de servidumbre. Las hice casi al momento, nerviosa pero ilusionada, preparé sábanas blancas para el fondo, pensé mil cosas para que salieran chulas, quería hacerlas pronto y no hacerte esperar. Me dijiste que te llevaste una sorpresa, que no me esperabas tan obediente, ni yo misma lo esperaba jajaja. Aprendí a gestionar las cosas, a ser tuya, a ser sumisa. A separar a Jota amigo y a Jota Dominante, puf, eso si que me costaba. Pero siempre hay alguien que hace fácil lo difícil, y ese eres Tú. Me dejé llevar, me entregué, me sometí, me dejé guiar en todos los sentidos y fuiste mi mejor guía, mi mejor Tutor, mis ganas de seguir adelante y mi pilar fundamental. Me enseñaste que tenía que dejar el miedo a un lado para poder disfrutar, y así hice. Ninguno de los dos dábamos un duro por mí, me pedías más pero era incapaz de dártelo, no podía, no sentía esto realmente, pero siempre temía que te cansaras de esperar a darte algo que quizá nunca iba a poder y me dejaras...en alguna ocasión me planteé irme, no veía sentido seguir, apenas te daba nada y creía que nunca llegaría a darte pero supongo que todo llevaba tiempo y por suerte me lo diste. Todo poco a poco cobraba sentido y mira ahora jeje. Aunque ese temor y miedo cada día es mas fuerte. 
Ha sido un año intenso, emotivo, de altibajos, de alegrías y tristezas, de llantos, de risas, de nervios, de cambios, de momentos, de ilusiones, de disfrute, de sentimientos, de color rojo, de color morado, de marcas, de ganas, de aprendizaje, de sensaciones, de experiencias, de uniones, de crecimiento, de superación. De conexiones, de vínculos, no solo de Amo y sumisa, sino nuestra amistad reforzada. Un año difícil, muy difícil. Pero también me maravillaba lo mucho que había cambiado mi mundo con un simple <<sí>>. A lo largo de los últimos meses he sido capaz de hacer cosas que me parecían totalmente inconcebibles hacía tan solo un año. Asique solo puedo darte las gracias: 
Gracias por hacerme sentir única, especial, segura, por darme fuerza, ganas, por enseñarme a quererme, gracias por hacerme sentir tuya. Gracias por hacer que me valore y por valorarme TÚ, por respetarme, por hacerme sentir grande, fuerte, coraje, guapa, por presumirme ante la gente, por no dejarme caer y levantarme si no lo consigues porque no esté en tu mano. Gracias por apoyarme, ayudarme, enseñarme, cuidarme, mimarme, preocuparte, protegerme, por tu dedicación constante, atención, cariño, afecto, por tus dedicatorias, por tus palabras, piropos, halagos y cumplidos, por dejarme crecer a tu lado. Gracias por aguantarme, por soportarme, animarme, por saber que puedo con todo, entenderme y comprenderme, por hacerme sentir plena, llena. Por tu paciencia infinita conmigo aunque no te quedase más remedio jeje, por tus privilegios, caricias y sonrisas, por tus besos y abrazos, de orgullo, de todo. Gracias por tus regañinas, charlas, consejos, por abrirme los ojos. Gracias por tu humor negro y por aguantar mi humor más bromista, mis manías, mi carácter, mi mala leche, mis enfados e indecisiones. Por ser quien apacigua mi carácter y me baja los pies a la tierra. Por limpiarme las lágrimas y escucharme. Gracias por dejarme ser yo misma, sin tapujos, sin vergüenza, por quitarme mis miedos y por dejarme ver cómo eres TÚ. Por nuestra lucha constante de darnos lo mejor mutuamente y por mi lucha y esfuerzo de superarme, de que estuvieras orgulloso de mí, de darte lo que mereces y necesitas, aunque no pueda darte todo, de hacerte feliz. Gracias por estar orgulloso de mí. Gracias por hacerme feliz. Por ser quien soy y en lo que me he convertido gracias a ti. Por sacar de dentro de mí todo lo que se escondía y desconocía. Por facilitarme las cosas. Por consentirme. Por complementar y completarme. Por satisfacerme y complacerme. Por todas esas tardes, noches, sesiones, cenas, conversaciones, experiencias, sensaciones. Por cada paso y unión que hemos dado juntos; Santi, Jota, Señor, Amo… Ese día me valió la pena todo y vi que el esfuerzo me dio mi recompensa. Por crear este vínculo tan especial. Por no ser solo Amo, sino mi amigo y por nuestra amistad reforzada. Por aceptarme tal y como soy. Por estar cuando más te he necesitado. Por atenderme. Por dejarme conocer tu faceta más dura y también la más cariñosa, la más romántica, la más dulce…que aunque digas que no, lo eres 😊 Por tenerme presente, pensarme a casi diario y darle vueltas a la cabeza para darme una buena sesión, para darme siempre lo mejor. Por tu generosidad y altruismo. Por regalarme tantos momentos. Por construir recuerdos que durarán toda mi vida. Por transportarme a sitios desconocidos. Por contar conmigo siempre, o casi siempre jeje y tener en cuenta mi opinión, casi siempre también jeje. Por atender mis necesidades y peticiones. Por darme cobijo. Por darme paz, tranquilidad. Por relajarme después de una sesión dura. Por tu sinceridad, tu poca compasión y empatía, por tu humildad, por cada orgasmo, por los detalles, por los regalos… Por tus miradas y gestos, que sabía perfectamente lo que tenía que hacer. Por aguantar mis ralladas e inseguridades, por dibujarme sonrisas, por querer hacerme invulnerable, por adaptarte a mí, a mis necesidades, a mi cuerpo, a mi vida… Por hacerme partícipe de esta etapa de tu vida, de mi vida, de nuestra vida. Por ser mi compañero de juegos, de cama, de risas y lágrimas, de secretos, de aventuras y experiencias, de morbo, de humedad, de locura. Por aguantar mis ironías, mis bajones, mis malas rachas. Por tus palabras de cariño, por hacerme sentir tan cómoda y a gusto a tu lado siempre, por confiar, pensar una práctica y saber que voy a ser capaz de hacerla, de superarla o al menos intentarla, de no dudar nunca de mí, por creerme. Por nuestros secretos, nuestras intimidades, nuestros acuerdos, por nuestra historia, por las sorpresas, por cada marca y huella que has creado sobre mí. Gracias por ser como eres. Por conseguir hacerme disfrutar de este mundo. Por valorar aún más las cosas. Por las terapias, por intentar ayudarme a superar mis miedos y fobias… Por nuestra complicidad, nuestro feeling, nuestros choques mentales 😝nuestras conexiones, por ese buen trato, por siempre llevarnos tan bien… por ser la fuente de mi felicidad. Y un sinfín de gracias… Cada palabra que te diga se queda corta. Gracias por todo. Y nunca olvides que mereces lo que sueñas y sé que algún día, lo conseguirás. 
Gracias por este año a tu lado. Gracias por darme tanto. Por que aquello que comenzó por pura curiosidad, se convirtió en una de las historias mas bonitas 😊

A tus pies mi Amo. Por seguir llenando el suelo de oraciones y que mi dolor te siga liberando hasta que el destino se ponga celoso y nos separe💜💙 



Tu pequeña.
Tu sumisa.
Tu perrita.
Tu zorra.
Tu puta. 
Daira.