Mientras
descansábamos en la última sesión, un Amo pensativo dice que la próxima es la
numero treinta y quiere que durmamos juntos, asique me dice que hasta que no
pueda quedarme allí a dormir, no volvemos a vernos. Mi mente se paraliza y le muestro
a Amo mi disgusto.
-¿Y si pasan
meses?
-Pues meses
sin vernos, ve organizando día y demás, un viernes.
Puf, los
días los paso pensativa y algo rallada, jo, a saber cuándo nos veamos. Empiezo
a organizar mis días; que no tenga que quedarme con mis sobrinos, que no
trabaje el sábado por la mañana…mil vueltas a la cabeza. El único y más cercano
día que podía era justo el viernes siguiente, se lo digo a Amo con muy pocas
esperanzas ya que era miércoles e igual era muy precipitado. Amo me dice que
cuando lo medite me confirma. Un mensaje suyo el jueves por la noche
diciéndome que si he preparado el pijama cambia todo, la ilusión brota por todo
mi cuerpo y mi sonrisa se abre paso en mi cara. Tenía mis dudas sobre si me dejaría dormir con ÉL en la cama o en el suelo, pero solo el hecho de poder dormir en
su casa ya era todo para mí. Puf, que nerviosa me pongo, y eso que Amo apenas
me dice nada más ya que sabe mi nervio jajaja. El viernes no puedo estar más
nerviosa, tengo ganas que llegue ya la noche y el día pasa muy lento😞 Por la tarde me falta tiempo para
preparar las cosas: collar, pijama, neceser, ropa para ponerme en la sesión
(que luego no me hizo falta), tacones….bueno, las mil cosas que necesitamos las
mujeres y luego nos sobra la mitad. Los porsiacasos ocupan mucho🤣🤣. Me
ducho, depilo, pinto…etc. etc. y por fin llega la hora de coger el bus. Cada
vez veo más cerca ese momento, joe ¿Seré tonta por estar tan nerviosa e
ilusionada? ¿Será algo normal? Supongo que sí, ese privilegio no está siempre,
de hecho a saber cuándo vuelva a pasar, y si vuelve…
Ya con Amo,
en su casa y con mi collar, hablamos de todo un poco. Hay risas, opiniones,
información de futuras prácticas y por supuesto mis caras de “Hostia la que me
espera” jajaja. No me opongo a nada y no tengo ningún inconveniente, intentaré
todo y haré lo que esté en mi mano. Cenamos y reposamos un poco. Preparo dos
vasos de agua y nos disponemos con la sesión. Comenzamos con varias estructuras
de Shibari, entre el roce con Amo, sus provocadores comentarios y que a mí me
pones una cuerda y me mojo, pues eso…que estaba cachonda y Amo también, lo compruebo cuando lleva mi mano a su erección. Después de varias figuras,
se mete a la ducha y espero fuera a que salga.
-La ducha ya
me ha hecho pensar, asique te voy a putear.
-Vaya por dios.
-Vaya por dios.
Mira que le tengo dicho que no se duche por eso precisamente 🤣🤣Ordena
quitarme la ropa, dejando sujetador y tanga. Regresa con un dildo para que lo
meta entero y sin necesidad de lubricarme, ya que estaba bastante mojada, meto
el dildo despacio. Me siento en el sofá y lo mueve dentro de mí. Mi respiración
agitada y mi entrepierna húmeda, delataban mis sucios deseos. Lo mete, saca,
mete, saca. Me folla con el consolador y gimoteo.
-¿Qué te
pasa perrita?-dice con tono burlón.
Con mi cara
de zorra le miro y sonrío. Me ordena que sea yo ahora la que lo coja y mueva,
se baja los pantalones y se la saca. La meto en mi boca y la masturbo a la vez
con la mano izquierda mientras con la derecha entro y salgo con el consolador.
Amo me fuerza a gargantas profundas, me dan muchas arcadas y tengo que
apartarla algunos segundos para respirar y concentrarme o al final vomitaré.
Mientras la chupo, Amo me escupe en la cara y cae en la mano y ordena que me la
chupe para limpiar sus babas. Lo hago y sigo con mi alimento.
-Buena chica.
Le escupo en la polla para humedecerla y porque me gusta hacer eso, chupo profundo, fuerte y con ganas, así me ordena Amo. Me da golpes con la polla en la cara.
-Buena chica.
Le escupo en la polla para humedecerla y porque me gusta hacer eso, chupo profundo, fuerte y con ganas, así me ordena Amo. Me da golpes con la polla en la cara.
-Como me
gusta verte trabajar con dos pollas.
Me escupe de
nuevo, tira de mi pelo y me da hostias fuertes.
-Mueve la
mano –me dice para que siga con el consolador.
Amo la
retira de mi boca, me dice que me saque el dildo, me levante y le siga. Me tiro
al suelo de rodillas y le sigo hasta donde me para, permanezco en posición de
espera y con el dildo en la mano. Cuando me da permiso lo dejo en la mesa y
gateo hacia el sofá donde se ha sentado Amo y quito mi tanga. Vuelvo a comer
polla de nuevo. Me entrega el Hitachi.
-Disfruta
que va a ser el único placer que vas a tener hoy.
Me pego el
Hitachi al clítoris y simultáneamente como y saboreo la polla de Amo. Me besa y
restriega la polla por la cara. Yo abro la boca para rozarla.
-Que guarra
eres.
Sonrío
sigilosamente, puf, cómo me excita cuando me llama guarra, puta… Me tira de los
pezones, me corro varias veces. Miro a Amo pervertida mientras jugueteo con su
glande y la chupo de arriba abajo. Me araña la espalda y jadeo.
-¿Estas
disfrutando?
Le respondo
mediante gemidos y me besa, nos besamos con pasión, deseo y ganas. Amo me sube la
intensidad del Hitachi por lo que inconscientemente las piernas se me cierran y
sintiéndolo aún más me corro antes. Me siento en el suelo del mismo placer. Me
ordena abrir las piernas para que disfrute más. Pasados unos minutos, Amo se
levanta y ordena abrir la boca, saco la lengua y se deja ir en ella, la corrida
gotea por mi pelo, por mi mano, por mi cara y en el suelo. Me encanta sentir la corrida
chorrear por la cara. Chupo mi mano dejándola limpia como una patena. Limpio el suelo y me visto. Descansamos un rato y
volvemos a hacer Shibari, entre algunas figuras, practicamos también de pelo. Cuando
terminamos, me quito toda la ropa quedando completamente desnuda. Me tapo un
poco del frío mientras preparamos un plástico por el salón y Amo lo ambienta con
música de terror. Observo atenta todos sus movimientos y coge la palincheta.
(Yo ya era conocedora de esto, ya me avisó de que iba a hacerme un vestido de
puntos a golpe de palincheta, por lo que estaba preparada para el momento)
-¿Qué me
pediste? –se refiere a la última sesión que me quedé con ganas de ella.
-La
palincheta –le sonrío.
-Pues voy a
saciar tus placeres.
Me sitúo en
medio del plástico, con algo de cuidado y miedo por si lo tiro. Me inclino un
poco hacia delante para exponer el culo, preferiría apoyarme en algún lado pero
Amo no me da permiso para hacerlo. Inicia los golpes por las nalgas, y aunque
me duelen, los disfruto, me encantan.
-¿Recuerdas
la palabra de seguridad?
-Sí.
-Dila.
-Rojo.
-Bien, no te
olvides de ella. Pon las manos a la altura de la cintura, un poco hacia
delante.
Acato
órdenes y Amo me golpea por toda la parte de atrás de mi cuerpo, sin dejar nada
que azotar. Toda la espalda, piernas y brazos, ambos por arriba y por abajo, los gemelos, los muslos, la entrepierna, las pantorrillas, las
nalgas…todo, todo está siendo golpeado. Cada vez me duele más, el dolor se va
notando y quedando en mi piel y empiezo a sentir como arde. Siento como la sangre va brotando. Hago muecas
de dolor, contraigo la cara, respiro e inspiro, cierro los ojos y levanto la
pierna ante los golpes más dolorosos, la parte de la cintura, las costillas y
los riñones duelen horrores y pego gritos de dolor. Aunque las piernas no se quedan atrás en cuanto a dolor tampoco eh.
-¿Sabes lo
bueno de esto? Que ahora te voy a dar por delante -me susurra.
Mi piel se
eriza ante semejante comentario y lo ignoro a partes iguales. Por delante no tengo mucho aguante 😞Me doy la vuelta,
de cara a Amo pero un poco girada. Le pido beber agua y me da. Necesitaba
humedecerme la boca, la tenía muy seca. Hace exactamente lo mismo que por la
parte trasera, golpea todo, brazos y piernas de arriba abajo, barriga, tetas que por
supuesto alucino de dolor y pataleo y por el coño que hago lo mismo. Hago
respiraciones. Comienzo a llorar, un llanto que no desaparecerá en ningún
momento. Pero no puedo negarlo, estoy excitada a pesar de todo. Después de
golpearme un rato vuelvo a ponerme de espaldas. Me regaña varias veces por
bajar las manos. Los golpes no cesan y la intensidad y fuerza tampoco.
-¿Duele?
Le asiento
entre lágrimas.
-Esto sí que
duele –dice atestándome dos fortísimos golpes en la parte de la cintura y la
espalda. Chillo y pataleo. No dejo de llorar.
-No voy a
parar hasta que no digas rojo.
Toca el culo
y chupa mi sangre. Vuelvo a girarme de nuevo y vuelven los golpes delanteros.
Un golpe en la teta hace que me proteja impulsivamente ésta, por lo que muevo
las manos y estoy algo inquieta. Mi cuerpo empieza a temblar.
-Respira y
no pierdas la concentración.
Vuelvo de
espaldas. Pronuncio “no puedo más” por lo bajini, no sé si Amo me escuchará. Mi
mente se dice a sí misma “en el próximo golpe más fuerte paro”. Pero no, no
digo nada y retraso la decisión. Mi llanto no cesa. ¿Estaré llegando al límite?
¿Por qué no soy capaz de parar nunca? Quizá inseguridad…no sé hasta qué punto
es “bueno” o “malo” decir la palabra de seguridad. Por suerte Amo me conoce y
sabe que quizá ya estoy llegando a mi límite.
-¿Quieres
parar?
-Sí, por
favor-le digo desesperada llorando.
-Dilo.
-Rojo –digo
instantáneamente.
Amo deja la
palincheta en el suelo y me abraza.
-Pequeñaja,
estoy muy orgulloso de ti. Ponte de rodillas.
Impulsivamente
me abrazo a su pierna pero con algo de sutileza y timidez.
-Abrázate si
quieres.
Y así hago,
me abrazo a su pierna con fuerza y poco a poco mi llanto se apacigua mientras
Amo acaricia mi cabeza y me relaja.
-¿Estás
bien? –Le asiento- Cuando estés preparada te levantas, sin prisa.
Momentos más
tarde me levanto, mis piernas se pegan por la sangre, Amo me dice que le mire y
cuando lo hago coge mi barbilla.
-¿Estás
bien? –Me abraza- Has aguantado muy bien -le sonrío.
Amo me
ordena irme a la ducha para quitarme la sangre y así también lavar las heridas.
Me acompaña y dice que quite mi collar ya que hemos terminado por hoy. Amo me
deja sola en el baño. Miro mi demacrada cara en el espejo, el rímel corrido y
mi pelo alborotado con la coleta deshecha. Me relajo en la ducha, sintiendo el
agua bien caliente acariciándome la espalda, calmándome el dolor. Me pongo mi
pijama y salgo al salón donde Amo está viendo la tele. Me indica que me siente
en su sofá con ÉL, me arropa y apoyo en su hombro mientras vemos la tele un
rato. Cuando Amo decide nos vamos a la cama. Me acuesto en su pecho con
nuestras piernas entrelazadas y abrazándole hablamos.
-Pequeña,
que has dicho rojo.
-Ya, con la
palincheta, con lo que me gusta, que fuerte.
-Has
aguantado muy bien.
-No sé yo…
Estoy
rallada y me siento mal por haber tenido que decir la palabra de seguridad
(aunque en verdad Amo me había dicho que no paraba hasta decirla), pero es la
primera vez que la uso y además creo que he aguantado muy poco.
Me doy la
vuelta en la cama, mi cabeza descansa en su brazo y con el otro me abraza. Le
agarro ambas manos, aun no me creo que esté en su cama con ÉL. Amo se duerme y
yo permanezco ahí, escuchando su respiración sobre mi cabeza, aprovechando ese
privilegio. Dolorida y feliz de dormir con ÉL consigo conciliar el sueño. El
despertador suena, Amo tiene que trabajar. Jo, que pronto pasa todo. Amanezco
vestida de puntitos, y lo mejor de todo, amanezco junto a Amo.
GRACIAS MI AMO.
Daira.
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