viernes, 18 de enero de 2019

Descubriendo mi límite y amaneciendo con Amo 🎩😊


Mientras descansábamos en la última sesión, un Amo pensativo dice que la próxima es la numero treinta y quiere que durmamos juntos, asique me dice que hasta que no pueda quedarme allí a dormir, no volvemos a vernos. Mi mente se paraliza y le muestro a Amo mi disgusto.
-¿Y si pasan meses?
-Pues meses sin vernos, ve organizando día y demás, un viernes.
Puf, los días los paso pensativa y algo rallada, jo, a saber cuándo nos veamos. Empiezo a organizar mis días; que no tenga que quedarme con mis sobrinos, que no trabaje el sábado por la mañana…mil vueltas a la cabeza. El único y más cercano día que podía era justo el viernes siguiente, se lo digo a Amo con muy pocas esperanzas ya que era miércoles e igual era muy precipitado. Amo me dice que cuando lo medite me confirma. Un mensaje suyo el jueves por la noche diciéndome que si he preparado el pijama cambia todo, la ilusión brota por todo mi cuerpo y mi sonrisa se abre paso en mi cara. Tenía mis dudas sobre si me dejaría dormir con ÉL en la cama o en el suelo, pero solo el hecho de poder dormir en su casa ya era todo para mí. Puf, que nerviosa me pongo, y eso que Amo apenas me dice nada más ya que sabe mi nervio jajaja. El viernes no puedo estar más nerviosa, tengo ganas que llegue ya la noche y el día pasa muy lento😞 Por la tarde me falta tiempo para preparar las cosas: collar, pijama, neceser, ropa para ponerme en la sesión (que luego no me hizo falta), tacones….bueno, las mil cosas que necesitamos las mujeres y luego nos sobra la mitad. Los porsiacasos ocupan mucho🤣🤣. Me ducho, depilo, pinto…etc. etc. y por fin llega la hora de coger el bus. Cada vez veo más cerca ese momento, joe ¿Seré tonta por estar tan nerviosa e ilusionada? ¿Será algo normal? Supongo que sí, ese privilegio no está siempre, de hecho a saber cuándo vuelva a pasar, y si vuelve…
Ya con Amo, en su casa y con mi collar, hablamos de todo un poco. Hay risas, opiniones, información de futuras prácticas y por supuesto mis caras de “Hostia la que me espera” jajaja. No me opongo a nada y no tengo ningún inconveniente, intentaré todo y haré lo que esté en mi mano. Cenamos y reposamos un poco. Preparo dos vasos de agua y nos disponemos con la sesión. Comenzamos con varias estructuras de Shibari, entre el roce con Amo, sus provocadores comentarios y que a mí me pones una cuerda y me mojo, pues eso…que estaba cachonda y Amo también, lo compruebo cuando lleva mi mano a su erección. Después de varias figuras, se mete a la ducha y espero fuera a que salga.

-La ducha ya me ha hecho pensar, asique te voy a putear.
-Vaya por dios.
Mira que le tengo dicho que no se duche por eso precisamente 🤣🤣Ordena quitarme la ropa, dejando sujetador y tanga. Regresa con un dildo para que lo meta entero y sin necesidad de lubricarme, ya que estaba bastante mojada, meto el dildo despacio. Me siento en el sofá y lo mueve dentro de mí. Mi respiración agitada y mi entrepierna húmeda, delataban mis sucios deseos. Lo mete, saca, mete, saca. Me folla con el consolador y gimoteo.
-¿Qué te pasa perrita?-dice con tono burlón.
Con mi cara de zorra le miro y sonrío. Me ordena que sea yo ahora la que lo coja y mueva, se baja los pantalones y se la saca. La meto en mi boca y la masturbo a la vez con la mano izquierda mientras con la derecha entro y salgo con el consolador. Amo me fuerza a gargantas profundas, me dan muchas arcadas y tengo que apartarla algunos segundos para respirar y concentrarme o al final vomitaré. Mientras la chupo, Amo me escupe en la cara y cae en la mano y ordena que me la chupe para limpiar sus babas. Lo hago y sigo con mi alimento.
-Buena chica.
Le escupo en la polla para humedecerla y porque me gusta hacer eso, chupo profundo, fuerte y con ganas, así me ordena Amo. Me da golpes con la polla en la cara.
-Como me gusta verte trabajar con dos pollas.
Me escupe de nuevo, tira de mi pelo y me da hostias fuertes.
-Mueve la mano –me dice para que siga con el consolador.
Amo la retira de mi boca, me dice que me saque el dildo, me levante y le siga. Me tiro al suelo de rodillas y le sigo hasta donde me para, permanezco en posición de espera y con el dildo en la mano. Cuando me da permiso lo dejo en la mesa y gateo hacia el sofá donde se ha sentado Amo y quito mi tanga. Vuelvo a comer polla de nuevo. Me entrega el Hitachi.
-Disfruta que va a ser el único placer que vas a tener hoy.
Me pego el Hitachi al clítoris y simultáneamente como y saboreo la polla de Amo. Me besa y restriega la polla por la cara. Yo abro la boca para rozarla.
-Que guarra eres.
Sonrío sigilosamente, puf, cómo me excita cuando me llama guarra, puta… Me tira de los pezones, me corro varias veces. Miro a Amo pervertida mientras jugueteo con su glande y la chupo de arriba abajo. Me araña la espalda y jadeo.
-¿Estas disfrutando?
Le respondo mediante gemidos y me besa, nos besamos con pasión, deseo y ganas. Amo me sube la intensidad del Hitachi por lo que inconscientemente las piernas se me cierran y sintiéndolo aún más me corro antes. Me siento en el suelo del mismo placer. Me ordena abrir las piernas para que disfrute más. Pasados unos minutos, Amo se levanta y ordena abrir la boca, saco la lengua y se deja ir en ella, la corrida gotea por mi pelo, por mi mano, por mi cara y en el suelo. Me encanta sentir la corrida chorrear por la cara. Chupo mi mano dejándola limpia como una patena. Limpio el suelo y me visto. Descansamos un rato y volvemos a hacer Shibari, entre algunas figuras, practicamos también de pelo. Cuando terminamos, me quito toda la ropa quedando completamente desnuda. Me tapo un poco del frío mientras preparamos un plástico por el salón y Amo lo ambienta con música de terror. Observo atenta todos sus movimientos y coge la palincheta. (Yo ya era conocedora de esto, ya me avisó de que iba a hacerme un vestido de puntos a golpe de palincheta, por lo que estaba preparada para el momento)
-¿Qué me pediste? –se refiere a la última sesión que me quedé con ganas de ella.
-La palincheta –le sonrío.
-Pues voy a saciar tus placeres.
Me sitúo en medio del plástico, con algo de cuidado y miedo por si lo tiro. Me inclino un poco hacia delante para exponer el culo, preferiría apoyarme en algún lado pero Amo no me da permiso para hacerlo. Inicia los golpes por las nalgas, y aunque me duelen, los disfruto, me encantan.
-¿Recuerdas la palabra de seguridad?
-Sí.
-Dila.
-Rojo.
-Bien, no te olvides de ella. Pon las manos a la altura de la cintura, un poco hacia delante.
Acato órdenes y Amo me golpea por toda la parte de atrás de mi cuerpo, sin dejar nada que azotar. Toda la espalda, piernas y brazos, ambos por arriba y por abajo, los gemelos, los muslos, la entrepierna, las pantorrillas, las nalgas…todo, todo está siendo golpeado. Cada vez me duele más, el dolor se va notando y quedando en mi piel y empiezo a sentir como arde. Siento como la sangre va brotando. Hago muecas de dolor, contraigo la cara, respiro e inspiro, cierro los ojos y levanto la pierna ante los golpes más dolorosos, la parte de la cintura, las costillas y los riñones duelen horrores y pego gritos de dolor. Aunque las piernas no se quedan atrás en cuanto a dolor tampoco eh. 
-¿Sabes lo bueno de esto? Que ahora te voy a dar por delante -me susurra.
Mi piel se eriza ante semejante comentario y lo ignoro a partes iguales. Por delante no tengo mucho aguante 😞Me doy la vuelta, de cara a Amo pero un poco girada. Le pido beber agua y me da. Necesitaba humedecerme la boca, la tenía muy seca. Hace exactamente lo mismo que por la parte trasera, golpea todo, brazos y piernas de arriba abajo, barriga, tetas que por supuesto alucino de dolor y pataleo y por el coño que hago lo mismo. Hago respiraciones. Comienzo a llorar, un llanto que no desaparecerá en ningún momento. Pero no puedo negarlo, estoy excitada a pesar de todo. Después de golpearme un rato vuelvo a ponerme de espaldas. Me regaña varias veces por bajar las manos. Los golpes no cesan y la intensidad y fuerza tampoco.
-¿Duele?
Le asiento entre lágrimas.
-Esto sí que duele –dice atestándome dos fortísimos golpes en la parte de la cintura y la espalda. Chillo y pataleo. No dejo de llorar.
-No voy a parar hasta que no digas rojo.
Toca el culo y chupa mi sangre. Vuelvo a girarme de nuevo y vuelven los golpes delanteros. Un golpe en la teta hace que me proteja impulsivamente ésta, por lo que muevo las manos y estoy algo inquieta. Mi cuerpo empieza a temblar.
-Respira y no pierdas la concentración.
Vuelvo de espaldas. Pronuncio “no puedo más” por lo bajini, no sé si Amo me escuchará. Mi mente se dice a sí misma “en el próximo golpe más fuerte paro”. Pero no, no digo nada y retraso la decisión. Mi llanto no cesa. ¿Estaré llegando al límite? ¿Por qué no soy capaz de parar nunca? Quizá inseguridad…no sé hasta qué punto es “bueno” o “malo” decir la palabra de seguridad. Por suerte Amo me conoce y sabe que quizá ya estoy llegando a mi límite.
-¿Quieres parar?
-Sí, por favor-le digo desesperada llorando.
-Dilo.
-Rojo –digo instantáneamente.
Amo deja la palincheta en el suelo y me abraza.
-Pequeñaja, estoy muy orgulloso de ti. Ponte de rodillas.
Impulsivamente me abrazo a su pierna pero con algo de sutileza y timidez.
-Abrázate si quieres.
Y así hago, me abrazo a su pierna con fuerza y poco a poco mi llanto se apacigua mientras Amo acaricia mi cabeza y me relaja.
-¿Estás bien? –Le asiento- Cuando estés preparada te levantas, sin prisa.
Momentos más tarde me levanto, mis piernas se pegan por la sangre, Amo me dice que le mire y cuando lo hago coge mi barbilla.
-¿Estás bien? –Me abraza- Has aguantado muy bien -le sonrío.
Amo me ordena irme a la ducha para quitarme la sangre y así también lavar las heridas. Me acompaña y dice que quite mi collar ya que hemos terminado por hoy. Amo me deja sola en el baño. Miro mi demacrada cara en el espejo, el rímel corrido y mi pelo alborotado con la coleta deshecha. Me relajo en la ducha, sintiendo el agua bien caliente acariciándome la espalda, calmándome el dolor. Me pongo mi pijama y salgo al salón donde Amo está viendo la tele. Me indica que me siente en su sofá con ÉL, me arropa y apoyo en su hombro mientras vemos la tele un rato. Cuando Amo decide nos vamos a la cama. Me acuesto en su pecho con nuestras piernas entrelazadas y abrazándole hablamos.
-Pequeña, que has dicho rojo.
-Ya, con la palincheta, con lo que me gusta, que fuerte.
-Has aguantado muy bien.
-No sé yo…
Estoy rallada y me siento mal por haber tenido que decir la palabra de seguridad (aunque en verdad Amo me había dicho que no paraba hasta decirla), pero es la primera vez que la uso y además creo que he aguantado muy poco.
Me doy la vuelta en la cama, mi cabeza descansa en su brazo y con el otro me abraza. Le agarro ambas manos, aun no me creo que esté en su cama con ÉL. Amo se duerme y yo permanezco ahí, escuchando su respiración sobre mi cabeza, aprovechando ese privilegio. Dolorida y feliz de dormir con ÉL consigo conciliar el sueño. El despertador suena, Amo tiene que trabajar. Jo, que pronto pasa todo. Amanezco vestida de puntitos, y lo mejor de todo, amanezco junto a Amo. 
GRACIAS MI AMO. 











Daira.

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