Semana
intensa, especial, emotiva, con regalos, miles de felicitaciones, dedicatorias y
por supuesto sesión especial 😊
Esta semana
Amo me pidió llevar cinta de raso para poner <JOTA> en mi cuerpo con la
grapadora, aceite de masaje y bolas chinas. La grapadora al final no pudimos
utilizarla ya que eran necesarias otras cosas para poder usarla con seguridad. Conozco
a Amo y aunque no me esperaba nada de lo que hizo, sabía que con el más mínimo detalle haría especial
mi cumpleaños y la sesión.
Mientras
esperamos la cena Amo me ordena ir al baño a ponerme las bolas chinas y cuando
salgo tengo un regalo en la mesa. Es un libro que hace tiempo le pedí prestado
para leerlo pero lo había dejado y aun no se lo habían devuelto. Después de dos
meses pudo conseguirlo jajaja. En la portada del libro había una dedicatoria
que leo con emoción y agradecimiento a Amo por el detalle. Noto como con
sorpresa me mira el cuello, llevo un collar finito típico que se pone muuuucha
gente para decorar pero yo lo llevo con otro significado, simbolizando mi
sumisión pero más disimulado eso si jeje, así puedo llevarlo a todos lados. Ya
en la puerta de su casa me da permiso y entro rápido. Bueno, como ya sabéis, la
rutina de siempre: hablamos, opinamos, me prepara un poquito para la sesión,
etc.
-¿Tengo que
recordarte que tienes que ponerte el collar? –me reprocha por lo sucedido en la
anterior sesión.
-Tengo este
puesto, no sé si te has dado cuenta –le digo tranquila.
-Sí, lo he
visto y me gusta.
Sonrío
orgullosa y me pongo mi collar de perra. Me enseña el palo de la palmera, es
largo, fuerte y duro. Uf...tiene que picar.
-A ver si lo
rompemos –me dice Amo.
Mientras la
observo, la analizo, la miro de arriba bajo, por delante y por detrás…Amo
prepara la ropa para meterse a la ducha. Acudo a su llamada y voy hacia el baño
con ÉL para cortarle el pelo. Al ser la segunda vez que lo hago voy más segura
y tranquila. Le acerco y preparo la silla a Amo que se sienta de espaldas a mí y
cojo la maquinilla y empiezo a pasársela despacio por la parte trasera de la
cabeza, después Amo se da la vuelta y hago lo mismo por delante mientras su
mano merodea por mi pierna suave y lentamente, me excito y sonrío aunque esta
vez no alargo el corte de pelo (bueno un poquillo sí jeje). Me dice que está
pensando ducharme con ÉL, aunque esto no lo tenía pensado. ¡Bien! Jeje. Le
repaso con las tijeras la parte de las orejas y le termino de repasar los pelos
sobrantes. Mientras se repasa la barba me voy al salón a esperar, cuando
termina llevo el cepillo y recogedor a su sitio y entro al baño de nuevo. Le
preparo el grifo, me quito la ropa, las bolas chinas y mete un dedo en mi
vagina que Amo chupa con gusto. Entramos en la ducha, roce por aquí, roce por allí…
yo me excito y veo que Amo también. Tengo calor y no es por el agua caliente.
Me echo champú en la mano y lavo la cabeza de Amo con cuidado de no caerle
espuma en los ojos, le acaricio y rasco la cabeza despacio. Se enjuaga y le
ayudo para que no le quede espuma, me da azotitos y me besa. La erección de Amo
es evidente. Echo gel en la esponja y lavo la parte trasera, admirando su
silueta empiezo por su gran espalda donde con detenimiento me regodeo y alargo
un poco el lavado, así tan ancha, tan tersa, tan musculosa, tan robusta, tan…
me encanta, uf… después voy al culo, piernas y pies para seguir por el pecho,
los brazos y manos.
-Hay que
cuidar a Amo y la del 45 –me dice sonriendo.
Le froto la
mano “fuerte” bromeando con desgastarla… esa mano tan grande…tan dura… tan
hábil… (Paro ya, sí). Después voy a la polla, la lavo despacio mientras nos besamos
y con sigilo y provocación miro a Amo que se percata de mi intención.
-Parece que
la quieres – dice irónico y me hace una señal para que baje.
Le leo la mirada
y me pongo de rodillas con las caricias del agua sobre mi cara, la meto en mi
boca durante el rato que me permite Amo. Cuando me levanto nos abrazamos y
besamos. Salimos y mientras nos secamos y vestimos me dice que se va a portar
bien por mi cumpleaños, no sé exactamente cuales fueron mis palabras para que
me dijera que me va a meter caña, mierda pero yo para que hablaré… jajaja. Pido
permiso para hacer pis y me lo niega, sé por qué. Vamos al salón, enciende una
vela, la deja en la mesa y saca los juguetes nuevos para enseñármelos: una
máscara de cuero con capucha y hocico de perro (sólo de verla ya me agobié),
unas pezoneras de acero inoxidable con clip y cadenas y las tijeras
quirúrgicas. Me dice que vamos a probar la máscara, aunque me conozco yo sus
“vamos a probar”, conforme me la va colocando siento agobio, mi respiración se
acelera y entrecorta a la vez y me entra mucha calor.
-No pasa
nada, estoy contigo- intenta tranquilizarme.
No
reacciono, no digo ni hago nada, solo permanezco quieta mientras termina de
abrocharme la máscara. Me enfrento al miedo y afronto lo que venga. No me hago
a la idea de tener mi cabeza y cara totalmente tapada, no veo y apenas puedo oír
ni respirar, aunque gracias al pequeño agujero por el que me asoma la nariz
puedo mantener la máscara conmigo. Me tira de la hebilla del collar de la
propia máscara, me ordena ponerme de rodillas, me calibra con la palmera, joder
como duele por dios, emito sonidos de dolor mientras hago ejercicios interiores
para no agobiarme. Estoy sudando por lo que hace que me intensifique la
ansiedad. Abre la parte de la boca para tenerla accesible y mete su polla por
ahí obligándome a garganta profunda varias veces y dándome hostias. Me cuesta
bastante chuparla ya que no hay mucho hueco. A Amo le gusta cómo queda la
máscara, sabía yo que me la iba a dejar un rato más. Me pongo a cuatro patas,
gateo un poco hasta donde me ordena Amo y apoyo la cabeza y cara al suelo, lo
siento delante de mí y su zapato roza mi boca. Me levanta la blusa y desabrocha
el sujetador. Me tira de los pezones. Gruño. Sigo con mis ejercicios
respiratorios y resoplo.
-¿Estás
bien?
-Sí –digo
bajito.
-No te oigo.
-Sí –repito
subiendo algo mi tono.
-¿De quién
eres?
-Tuya.
Me ordena
bajarme los pantalones y el tanga hasta los tobillos, me azota fuerte con la
mano en ambas nalgas, me chupa y mete dedos en el culo.
-¿Te gusta?
Asiento. Con
el flogger me golpea por la espalda, por los laterales me duele mogollón, se me
clavan las tiras. Me quejo y gruño. Me toca el sexo.
-Si te está
gustando zorra.
Como me
traiciona mi humedad jajaja. Al unísono de los golpes con el flogger me dice
que va a empezar a ser más duro. Me pisa con el pie en la espalda y lo mantiene
un rato ahí. Amo me llama y gateo un poco hasta que me detiene. Me quedo de
rodillas apoyando el culo en mis pies y me regaña.
¿Quién te ha
dicho que te quites a cuatro patas?
Vuelvo a mi
posición.
-Buena
chica.
Me levanto y
ordena quitarme los pantalones y tanga, al ver Amo que no me muevo me regaña y
me lo repite, le digo que no le he escuchado y me limito a hacer lo que me ha
dicho. Lo dejo en el sofá y permanezco quieta hasta que se acerca Amo y me
quita la máscara. Se preocupa y le digo que estoy bien. Respiro y me llevo las
manos a la cara mientras resoplos de tensión, de ansiedad, y al fin y al cabo de
orgullo, salen de mi boca. Me quito la blusa y sujetador quedando mi cuerpo
entero al descubierto. Me coloco delante del sofá y me pone la mordaza. Me
tumbo y me ata las manos a los tobillos. Habían mandado un gif parecido al
grupo creo que el día de mi cumpleaños.
-Ese color me gusta más –refiriéndose
al culo.
Amo coge la
palmera y el flogger y me da a elegir. Le señalo con los ojos el flogger y me
vacila diciéndome que la palmera, le niego y me hace creer que va a coger la
palmera pero me hace caso y coge el flogger. Me dice que me ponga cómoda por el
tema espalda y demás y le “digo” que así estoy bien, a Amo le cuesta entenderme
hasta que por fin lo pilla jeje pero sé que en el fondo le encanta humillarme
con la mordaza. Me golpea fuertemente en el culo, el coño y la entrepierna.
Cierro los ojos, mi método de concentración y ladeo la cabeza para no mirar a Amo.
Bajo las piernas y me regaña. Las subo de inmediato. Tengo un dolor descomunal
en la mandíbula, la tengo dormida y apenas puedo moverme. Me hace darme la
vuelta en el sofá, me cuesta horrores hacerlo pero le pongo empeño y lo
consigo. Una vez bocabajo sigue azotándome con el flogger, me hace muchísimo
daño en el coño y la respiración se me entrecorta.
-Joder –digo
con dolor y las lágrimas están a flor de piel.
Un aluvión
de azotes consecutivos se abre paso, gruño mucho y no dejo de quejarme. Cuando
Amo decide finaliza y me da la vuelta volviendo a mi posición inicial. Me
desata y me pongo de pie. Se da cuenta que me pasa algo en la boca y me dice
que me quita la mordaza. Descanso la mandíbula. Le sigo hasta la habitación,
engancha las cadenas de las pezoneras a la cuerda de la pared y me ata a ésta,
después me pone los clips de las pezoneras en los pezones, y quedo atada a
ésta, como la anterior sesión pero en lugar de con el collar, quedo atada desde
los pezones, es decir, éstos sujetan la cuerda. Amo tira de ésta para que me
tiren, dios como duele. Me azota con la palmera, el dolor de ambas cosas es
intenso asique elijo centrarme en el de los pezones quedando en segundo plano
el dolor de la palmera. Me echo hacia delante a la espera de recibir cada golpe.
Tira de la cuerda mientras me azota y me pongo de puntillas para rebajar dolor.
Me pide número de la palmera y le digo creo que ocho.
-Quizás a
partir de ahora este sea mi objeto favorito –se mofa.
El dolor de
la palmera se intensifica porque me dolía el culo de los golpes anteriores. Mi
boca se queja y mi cuerpo reacciona, aunque intento no moverme mucho para no
tensar aún más la cuerda y tirar de mis pezones. Me quita con cuidado las
pezoneras ya que ahora es cuando más duelen, el derecho algo menos pero con el
izquierdo doy un grito y Amo me los chupa para rebajar dolor. Los tengo
aplastados, rojos, tiesos, duros y doloridos.
-¿Estas bien
culo piedra?
Le asiento
sonriendo. Me abraza y me coge en brazos, me sube para arriba con fuerza
quedándome expuesta en sus hombros, me apoyo en la pared y me lo come, nos
miramos pervertidos, provocándonos. Me baja y tumba en la cama.
-Esto no lo
tenía pensado pero… es que estás muy buena hoy.
Me devora el coño durante un rato,
además literal ya que la vecina nos interrumpe y nos llama la atención dando
golpes en la pared. Nos miramos atónitos aunque no es la primera vez que esta
vecina molesta nos jode. Y eso que creo que era el día que más flojo estaba
gimiendo jajaja. Vamos al salón para preparar unas fotos que tenía Amo pensadas
hacer con velas. Me dice que su sueño sería con la máscara asique le digo que
lo haga. Afrontaré de nuevo el mal rato por ÉL aunque reconozco que esta vez no
me he agobiado tanto. Amo enciende las velas y las inclina para que caiga cera
sobre la palma de mi mano donde poder colocar ahí la vela y que se sostenga. Aquí
el resultado de alguna:
-Tranquila
que aún queda una parte especial.
Charlamos un
rato en el sofá mientras Amo se fuma un cigarro, vemos las fotos y sube alguna
a FetLife. Me ordena coger una silla y el aceite de masaje y llevarlo a la
habitación. Amo regresa con más sillas, pone velas en cada una de ellas, las
enciendo, me ordena tumbarme en la cama bocarriba, le espero tranquila, apaga
las luces y se sube a la cama.
-Este es mi
regalo de cumpleaños – me dice con voz tierna y nos miramos y sonreímos con
complicidad.
Se sienta
encima de mí, me chupa suavemente los pezones, me acaricia el cuerpo y me echa
aceite en éste. Me masajea de arriba abajo: pechos, barriga, merodeando por mi
coño, piernas, merodea coño de nuevo y sube hacia la barriga. La habitación
está ambientada con la luz de las velas y el aroma a frutos rojos que
desprendía el aceite de masaje. Presencio una bonita escena. Amo se tumba a mi
lado y con cautela va introduciendo dedos en mi interior, los mueve despacio,
suave, entra y sale de mí, toca mi clítoris y vuelve a entrar. Entro en un
estado de relajación como nunca antes.
-¿Te gusta?
–me susurra.
Le asiento y
la comisura de mi boca le dedica una sonrisa. Me besa casi todo el rato. Todo
son besos, caricias y sonrisas, excitación y placer.
-Estas
chorreando, madre mía como estás.
Amo me besa
el cuello y me encojo. Acaba de descubrir otro de mis puntos débiles y como era
de esperar me tortura con ello. Me río de las cosquillas que me provoca, mi
piel se eriza y mi coño lo disfruta. Muerde mi oreja. Amo me da una zona donde
siento más placer y más ganas de hacer pis, le digo que siga ahí, me hago mucho
pis, hago lo posible para que salga pero nada.
-Jo –le
digo.
-Si no voy a
parar.
Amo creía
que mi “jo” era reclamación porque había sacado los dedos de mi interior, pero
mi lamento era porque no me sale el squirt. Sigue acariciando mi sexo,
besándome, chupando los pezones. Me toca “el botón” y me estremezco, me
retuerzo de placer.
-¿Qué te
pasa que te tiemblan las piernas? – se mofa.
Le sonrío y
aparto la mirada tímidamente. Que tonta soy jajaja. Amo me ordena mirarle y
mantenemos la mirada un rato hasta que la aparto, no puedo seguir mirándole. Agarro
su mano despacio y fuerte a la vez. Gimo y me tapa la boca. Me da dedos para
chupar.
-¿Pero
pequeña que te pasa? Mírala como disfruta.
Qué duda
cabe de que había llegado al clímax en varias ocasiones.
-Me encanta
torturarte de placer también.
Sutilmente
acaricio la polla de Amo que la siento también contenta jeje.
-Ya te está
entrando el hambre – me escondo entre los brazos de Amo – Mírala y se esconde.
Amo no se
rinde y sigue excitando a mi punto G, llamando al squirt pero yo entro en un
bucle al ver que por mucho pis que me hago soy incapaz de sacarlo.
-No me sale
–le digo agobiada y cabizbaja.
-No pasa
nada, disfruta y relájate. ¿Estás relajada y tranquila?
-Sí.
-Zorrita. Mi
coño –dice tocándomelo.
Finaliza la
sobredosis de placer. Vamos al salón, me dice que todavía no hemos terminado.
Coloca unas sábanas en el suelo y un cojín y me pongo de rodillas. Me da el
Hitachi para entretenerme y me dice que le apetece que le coma la polla. Se
sienta en el sofá y la meto en mi boca al unísono que me torturo con el Súper
Hitachi, le miro, le chupo los huevos, me tira de los pezones y gruño. Tiemblo
y me corro. Me centro en ambas cosas.
-¿Y esa
cara? Córrete para mí.
Me quita la
polla y apoyo la cabeza en su pierna, gimo y cuando pasa un rato, antes de que
me regañe por no correrme le digo:
-Ya me he
corrido – y se lo digo melosa 🙂
Me ordena
subirme de lado al sofá, se la como, me retira el pelo y me planta el súper
Hitachi.
-¿Quieres el
postre? ¿Quieres leche de Amo?
Le asiento y
Amo se vacía en mí. Chupo hasta la última gota, como buena perra.
Gracias por
hacer especial mi primer cumple bedesemero y ser el culpable de ello 💜
GRACIAS AMO.
Daira.
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