jueves, 8 de noviembre de 2018

Cumpleaños feliz 🎈


Semana intensa, especial, emotiva, con regalos, miles de felicitaciones, dedicatorias y por supuesto sesión especial 😊
Esta semana Amo me pidió llevar cinta de raso para poner <JOTA> en mi cuerpo con la grapadora, aceite de masaje y bolas chinas. La grapadora al final no pudimos utilizarla ya que eran necesarias otras cosas para poder usarla con seguridad. Conozco a Amo y aunque no me esperaba nada de lo que hizo, sabía  que con el más mínimo detalle haría especial mi cumpleaños y la sesión.
Mientras esperamos la cena Amo me ordena ir al baño a ponerme las bolas chinas y cuando salgo tengo un regalo en la mesa. Es un libro que hace tiempo le pedí prestado para leerlo pero lo había dejado y aun no se lo habían devuelto. Después de dos meses pudo conseguirlo jajaja. En la portada del libro había una dedicatoria que leo con emoción y agradecimiento a Amo por el detalle. Noto como con sorpresa me mira el cuello, llevo un collar finito típico que se pone muuuucha gente para decorar pero yo lo llevo con otro significado, simbolizando mi sumisión pero más disimulado eso si jeje, así puedo llevarlo a todos lados. Ya en la puerta de su casa me da permiso y entro rápido. Bueno, como ya sabéis, la rutina de siempre: hablamos, opinamos, me prepara un poquito para la sesión, etc.
-¿Tengo que recordarte que tienes que ponerte el collar? –me reprocha por lo sucedido en la anterior sesión.
-Tengo este puesto, no sé si te has dado cuenta –le digo tranquila.
-Sí, lo he visto y me gusta.
Sonrío orgullosa y me pongo mi collar de perra. Me enseña el palo de la palmera, es largo, fuerte y duro. Uf...tiene que picar.
-A ver si lo rompemos –me dice Amo.
Mientras la observo, la analizo, la miro de arriba bajo, por delante y por detrás…Amo prepara la ropa para meterse a la ducha. Acudo a su llamada y voy hacia el baño con ÉL para cortarle el pelo. Al ser la segunda vez que lo hago voy más segura y tranquila. Le acerco y preparo la silla a Amo que se sienta de espaldas a mí y cojo la maquinilla y empiezo a pasársela despacio por la parte trasera de la cabeza, después Amo se da la vuelta y hago lo mismo por delante mientras su mano merodea por mi pierna suave y lentamente, me excito y sonrío aunque esta vez no alargo el corte de pelo (bueno un poquillo sí jeje). Me dice que está pensando ducharme con ÉL, aunque esto no lo tenía pensado. ¡Bien! Jeje. Le repaso con las tijeras la parte de las orejas y le termino de repasar los pelos sobrantes. Mientras se repasa la barba me voy al salón a esperar, cuando termina llevo el cepillo y recogedor a su sitio y entro al baño de nuevo. Le preparo el grifo, me quito la ropa, las bolas chinas y mete un dedo en mi vagina que Amo chupa con gusto. Entramos en la ducha, roce por aquí, roce por allí… yo me excito y veo que Amo también. Tengo calor y no es por el agua caliente. Me echo champú en la mano y lavo la cabeza de Amo con cuidado de no caerle espuma en los ojos, le acaricio y rasco la cabeza despacio. Se enjuaga y le ayudo para que no le quede espuma, me da azotitos y me besa. La erección de Amo es evidente. Echo gel en la esponja y lavo la parte trasera, admirando su silueta empiezo por su gran espalda donde con detenimiento me regodeo y alargo un poco el lavado, así tan ancha, tan tersa, tan musculosa, tan robusta, tan… me encanta, uf… después voy al culo, piernas y pies para seguir por el pecho, los brazos y manos.
-Hay que cuidar a Amo y la del 45 –me dice sonriendo.
Le froto la mano “fuerte” bromeando con desgastarla… esa mano tan grande…tan dura… tan hábil… (Paro ya, sí). Después voy a la polla, la lavo despacio mientras nos besamos y con sigilo y provocación miro a Amo que se percata de mi intención.
-Parece que la quieres – dice irónico y me hace una señal para que baje.
Le leo la mirada y me pongo de rodillas con las caricias del agua sobre mi cara, la meto en mi boca durante el rato que me permite Amo. Cuando me levanto nos abrazamos y besamos. Salimos y mientras nos secamos y vestimos me dice que se va a portar bien por mi cumpleaños, no sé exactamente cuales fueron mis palabras para que me dijera que me va a meter caña, mierda pero yo para que hablaré… jajaja. Pido permiso para hacer pis y me lo niega, sé por qué. Vamos al salón, enciende una vela, la deja en la mesa y saca los juguetes nuevos para enseñármelos: una máscara de cuero con capucha y hocico de perro (sólo de verla ya me agobié), unas pezoneras de acero inoxidable con clip y cadenas y las tijeras quirúrgicas. Me dice que vamos a probar la máscara, aunque me conozco yo sus “vamos a probar”, conforme me la va colocando siento agobio, mi respiración se acelera y entrecorta a la vez y me entra mucha calor.
-No pasa nada, estoy contigo- intenta tranquilizarme.
No reacciono, no digo ni hago nada, solo permanezco quieta mientras termina de abrocharme la máscara. Me enfrento al miedo y afronto lo que venga. No me hago a la idea de tener mi cabeza y cara totalmente tapada, no veo y apenas puedo oír ni respirar, aunque gracias al pequeño agujero por el que me asoma la nariz puedo mantener la máscara conmigo. Me tira de la hebilla del collar de la propia máscara, me ordena ponerme de rodillas, me calibra con la palmera, joder como duele por dios, emito sonidos de dolor mientras hago ejercicios interiores para no agobiarme. Estoy sudando por lo que hace que me intensifique la ansiedad. Abre la parte de la boca para tenerla accesible y mete su polla por ahí obligándome a garganta profunda varias veces y dándome hostias. Me cuesta bastante chuparla ya que no hay mucho hueco. A Amo le gusta cómo queda la máscara, sabía yo que me la iba a dejar un rato más. Me pongo a cuatro patas, gateo un poco hasta donde me ordena Amo y apoyo la cabeza y cara al suelo, lo siento delante de mí y su zapato roza mi boca. Me levanta la blusa y desabrocha el sujetador. Me tira de los pezones. Gruño. Sigo con mis ejercicios respiratorios y resoplo.
-¿Estás bien?
-Sí –digo bajito.
-No te oigo.
-Sí –repito subiendo algo mi tono.
-¿De quién eres?
-Tuya.
Me ordena bajarme los pantalones y el tanga hasta los tobillos, me azota fuerte con la mano en ambas nalgas, me chupa y mete dedos en el culo.
-¿Te gusta?
Asiento. Con el flogger me golpea por la espalda, por los laterales me duele mogollón, se me clavan las tiras. Me quejo y gruño. Me toca el sexo.
-Si te está gustando zorra.
Como me traiciona mi humedad jajaja. Al unísono de los golpes con el flogger me dice que va a empezar a ser más duro. Me pisa con el pie en la espalda y lo mantiene un rato ahí. Amo me llama y gateo un poco hasta que me detiene. Me quedo de rodillas apoyando el culo en mis pies y me regaña.
¿Quién te ha dicho que te quites a cuatro patas?
Vuelvo a mi posición.
-Buena chica.
Me levanto y ordena quitarme los pantalones y tanga, al ver Amo que no me muevo me regaña y me lo repite, le digo que no le he escuchado y me limito a hacer lo que me ha dicho. Lo dejo en el sofá y permanezco quieta hasta que se acerca Amo y me quita la máscara. Se preocupa y le digo que estoy bien. Respiro y me llevo las manos a la cara mientras resoplos de tensión, de ansiedad, y al fin y al cabo de orgullo, salen de mi boca. Me quito la blusa y sujetador quedando mi cuerpo entero al descubierto. Me coloco delante del sofá y me pone la mordaza. Me tumbo y me ata las manos a los tobillos. Habían mandado un gif parecido al grupo creo que el día de mi cumpleaños.
-Ese color me gusta más –refiriéndose al culo.
Amo coge la palmera y el flogger y me da a elegir. Le señalo con los ojos el flogger y me vacila diciéndome que la palmera, le niego y me hace creer que va a coger la palmera pero me hace caso y coge el flogger. Me dice que me ponga cómoda por el tema espalda y demás y le “digo” que así estoy bien, a Amo le cuesta entenderme hasta que por fin lo pilla jeje pero sé que en el fondo le encanta humillarme con la mordaza. Me golpea fuertemente en el culo, el coño y la entrepierna. Cierro los ojos, mi método de concentración y ladeo la cabeza para no mirar a Amo. Bajo las piernas y me regaña. Las subo de inmediato. Tengo un dolor descomunal en la mandíbula, la tengo dormida y apenas puedo moverme. Me hace darme la vuelta en el sofá, me cuesta horrores hacerlo pero le pongo empeño y lo consigo. Una vez bocabajo sigue azotándome con el flogger, me hace muchísimo daño en el coño y la respiración se me entrecorta.
-Joder –digo con dolor y las lágrimas están a flor de piel. 
Un aluvión de azotes consecutivos se abre paso, gruño mucho y no dejo de quejarme. Cuando Amo decide finaliza y me da la vuelta volviendo a mi posición inicial. Me desata y me pongo de pie. Se da cuenta que me pasa algo en la boca y me dice que me quita la mordaza. Descanso la mandíbula. Le sigo hasta la habitación, engancha las cadenas de las pezoneras a la cuerda de la pared y me ata a ésta, después me pone los clips de las pezoneras en los pezones, y quedo atada a ésta, como la anterior sesión pero en lugar de con el collar, quedo atada desde los pezones, es decir, éstos sujetan la cuerda. Amo tira de ésta para que me tiren, dios como duele. Me azota con la palmera, el dolor de ambas cosas es intenso asique elijo centrarme en el de los pezones quedando en segundo plano el dolor de la palmera. Me echo hacia delante a la espera de recibir cada golpe. Tira de la cuerda mientras me azota y me pongo de puntillas para rebajar dolor. Me pide número de la palmera y le digo creo que ocho.
-Quizás a partir de ahora este sea mi objeto favorito –se mofa.
El dolor de la palmera se intensifica porque me dolía el culo de los golpes anteriores. Mi boca se queja y mi cuerpo reacciona, aunque intento no moverme mucho para no tensar aún más la cuerda y tirar de mis pezones. Me quita con cuidado las pezoneras ya que ahora es cuando más duelen, el derecho algo menos pero con el izquierdo doy un grito y Amo me los chupa para rebajar dolor. Los tengo aplastados, rojos, tiesos, duros y doloridos.
-¿Estas bien culo piedra?
Le asiento sonriendo. Me abraza y me coge en brazos, me sube para arriba con fuerza quedándome expuesta en sus hombros, me apoyo en la pared y me lo come, nos miramos pervertidos, provocándonos. Me baja y tumba en la cama.
-Esto no lo tenía pensado pero… es que estás muy buena hoy.
Me devora el coño durante un rato, además literal ya que la vecina nos interrumpe y nos llama la atención dando golpes en la pared. Nos miramos atónitos aunque no es la primera vez que esta vecina molesta nos jode. Y eso que creo que era el día que más flojo estaba gimiendo jajaja. Vamos al salón para preparar unas fotos que tenía Amo pensadas hacer con velas. Me dice que su sueño sería con la máscara asique le digo que lo haga. Afrontaré de nuevo el mal rato por ÉL aunque reconozco que esta vez no me he agobiado tanto. Amo enciende las velas y las inclina para que caiga cera sobre la palma de mi mano donde poder colocar ahí la vela y que se sostenga. Aquí el resultado de alguna:


-Tranquila que aún queda una parte especial.
Charlamos un rato en el sofá mientras Amo se fuma un cigarro, vemos las fotos y sube alguna a FetLife. Me ordena coger una silla y el aceite de masaje y llevarlo a la habitación. Amo regresa con más sillas, pone velas en cada una de ellas, las enciendo, me ordena tumbarme en la cama bocarriba, le espero tranquila, apaga las luces y se sube a la cama.
-Este es mi regalo de cumpleaños – me dice con voz tierna y nos miramos y sonreímos con complicidad.
Se sienta encima de mí, me chupa suavemente los pezones, me acaricia el cuerpo y me echa aceite en éste. Me masajea de arriba abajo: pechos, barriga, merodeando por mi coño, piernas, merodea coño de nuevo y sube hacia la barriga. La habitación está ambientada con la luz de las velas y el aroma a frutos rojos que desprendía el aceite de masaje. Presencio una bonita escena. Amo se tumba a mi lado y con cautela va introduciendo dedos en mi interior, los mueve despacio, suave, entra y sale de mí, toca mi clítoris y vuelve a entrar. Entro en un estado de relajación como nunca antes.
-¿Te gusta? –me susurra.
Le asiento y la comisura de mi boca le dedica una sonrisa. Me besa casi todo el rato. Todo son besos, caricias y sonrisas, excitación y placer.
-Estas chorreando, madre mía como estás.
Amo me besa el cuello y me encojo. Acaba de descubrir otro de mis puntos débiles y como era de esperar me tortura con ello. Me río de las cosquillas que me provoca, mi piel se eriza y mi coño lo disfruta. Muerde mi oreja. Amo me da una zona donde siento más placer y más ganas de hacer pis, le digo que siga ahí, me hago mucho pis, hago lo posible para que salga pero nada.
-Jo –le digo.
-Si no voy a parar.
Amo creía que mi “jo” era reclamación porque había sacado los dedos de mi interior, pero mi lamento era porque no me sale el squirt. Sigue acariciando mi sexo, besándome, chupando los pezones. Me toca “el botón” y me estremezco, me retuerzo de placer.
-¿Qué te pasa que te tiemblan las piernas? – se mofa.
Le sonrío y aparto la mirada tímidamente. Que tonta soy jajaja. Amo me ordena mirarle y mantenemos la mirada un rato hasta que la aparto, no puedo seguir mirándole. Agarro su mano despacio y fuerte a la vez. Gimo y me tapa la boca. Me da dedos para chupar.
-¿Pero pequeña que te pasa? Mírala como disfruta.
Qué duda cabe de que había llegado al clímax en varias ocasiones.
-Me encanta torturarte de placer también.
Sutilmente acaricio la polla de Amo que la siento también contenta jeje.
-Ya te está entrando el hambre – me escondo entre los brazos de Amo – Mírala y se esconde.
Amo no se rinde y sigue excitando a mi punto G, llamando al squirt pero yo entro en un bucle al ver que por mucho pis que me hago soy incapaz de sacarlo.
-No me sale –le digo agobiada y cabizbaja.
-No pasa nada, disfruta y relájate. ¿Estás relajada y tranquila?
-Sí.
-Zorrita. Mi coño –dice tocándomelo.
Finaliza la sobredosis de placer. Vamos al salón, me dice que todavía no hemos terminado. Coloca unas sábanas en el suelo y un cojín y me pongo de rodillas. Me da el Hitachi para entretenerme y me dice que le apetece que le coma la polla. Se sienta en el sofá y la meto en mi boca al unísono que me torturo con el Súper Hitachi, le miro, le chupo los huevos, me tira de los pezones y gruño. Tiemblo y me corro. Me centro en ambas cosas.
-¿Y esa cara? Córrete para mí.
Me quita la polla y apoyo la cabeza en su pierna, gimo y cuando pasa un rato, antes de que me regañe por no correrme le digo:
-Ya me he corrido – y se lo digo melosa 🙂
Me ordena subirme de lado al sofá, se la como, me retira el pelo y me planta el súper Hitachi.
-¿Quieres el postre? ¿Quieres leche de Amo?
Le asiento y Amo se vacía en mí. Chupo hasta la última gota, como buena perra.
Gracias por hacer especial mi primer cumple bedesemero y ser el culpable de ello 💜
GRACIAS AMO.
Daira.

No hay comentarios:

Publicar un comentario