Dos semanas
interminables, entre medias de ellas Amo me prepara para la siguiente sesión:
prepararle una cena, me encargaré de cocinar y servir y para ello necesitaré un
vestido de maid o parecido, pido permiso para poder hacer uno a mi manera y me
lo concede. La semana se me hace dura, me rallo e incluso llego a agobiarme y
saturarme, parecerá una tontería pero yo nunca he cocinado nada que no sea
tortillas, hamburguesas, etc. vamos que no tengo ni idea pero prefiero hacerle
algo más elaborado, ya que me pongo ¡me pongo bien! Por lo que para mí esto es
un reto. Pido ayuda a alguna que otra amiga y miro recetas por Internet, todo
me parece demasiado difícil…Puf quedan pocos días y tengo miles de recetas
pero ninguna clara. Lo único que tengo claro es el postre y el picoteo para que
coma mientras preparo la cena. Al final después de darle miles de vueltas a la
cabeza me decanto por pollo a la carbonara, la pizza le gusta asique imagino y
espero que esto también. Bien, ya tengo la cena asique me pongo con el traje;
decido ponerme el uniforme oficial de sesiones(falda de cuero, camiseta de
topos, medias y zapatos de tacón, negro todo, y elijo hacerme un mandil, más
casero imposible pero oye creo que al final no quedó tan mal…prefiero hacerlo
yo a comprarlo asique compro tela blanca, botones negros y encaje, de lo demás
tenía y me pongo a hacerlo, medidas por aquí (que es un poco difícil medirse a
sí misma) , medidas por allí, corto por aquí, corto por allá, pego con la
pistola de silicona (que me quemo encima) porque coser como que no…jajaja y ya
hecho el mandil lo decoro un poco: pongo cuatro botones arriba y en el bolsillo
pongo <JOTA> con cinta de raso de estas de hacer lazos y demás. Me decoro
una diadema negra con encaje blanco y bordeo la falda por abajo también. Ansío
el día ya, necesito que llegue para dejar de rallarme y preocuparme si la haré
bien, si le gustará, soy tan perfeccionista que necesito que salga todo perfecto
o me disgustaré y decepcionaré a mí misma. Para colmo el mismo día de la sesión
me baja la regla, yo y mi suerte, eso hace que este más sensible en todos los
sentidos, se lo digo a Amo ya que me preocupa que no podamos hacer sesión pero
a pesar de que tenemos que obviar algunas cosas la sesión no se suspende
¡Bieeen! Estoy nerviosa, muuuy nerviosa.
Cuando me
encuentro con Amo me siento algo más tranquila, siempre me relaja verlo y
hablar con ÉL antes de la sesión. Me enseña el nuevo juguetito: el súper
Hitachi que no se acaba nunca ya que va a la luz, dios miooo que grande y que
potencia tiene, eso hay que probarlo como dios manda. Mientras hablamos le
enseño mi modelito y me voy vistiendo mientras prepara cosas para meterse a la
ducha.
Le sonrío y
una vez lista voy a la cocina a preparar para que cuando salga tenga listo el
picoteo. ¡Sumichef en acción! Preparo
algo sencillo: unas tostas con queso de untar, una loncha de jamón y un tomate
cherry por encima. Lo meto en la nevera para que no lo vea porque sé que tarde
o temprano va a venir jajaja y comienzo a cortar el pollo en trozos y echar la
sal para no perder tiempo. Preparo dos sartenes porque a mí la cena no me gusta
asique yo me haré solo el pollo por otro lado. Amo pasa y me mira de arriba
abajo. Le miro avergonzada y va al salón a preparar lo que falta.
-Cuando
estés ya sentado me dices porfa.
Me asomo dos
o tres veces para ver si ya está sentado, le saco el plato de picoteo para la
espera y le sirvo un vaso de agua. Había preparado las dos mesas, la grande y
la pequeña y sabía de sobra que la grande era para ÉL y la pequeña para mí para
cenar de rodillas. Al rato va hacia la cocina de nuevo con las esposas. (Me
había dicho de ponérmelas mientras hacía la cena y a ambos se nos había
olvidado)
-¿Pero
pequeña y no me dices nada? – y me las pone en los tobillos.
-Ala es
verdad, no me he acordado te lo prometo.
Vuelve al
salón y sigo haciendo la cena, miro la chuletilla para comprobar que no se me
olvida ningún paso ni ningún ingrediente ¡bien, voy bien! De las ganas que le
pongo a hacerla me lo paso hasta bien y todo y más sabiendo que cocino para
Amo. Al rato vuelve a pasar a dejar lo que le ha sobrado del picoteo, me abraza
por detrás…
-No sé si
voy a dejarte que termines de cocinar – me dice al oído y sonrío.
Me doy la
vuelta y nos besamos.
-¿Te vas a
quedar aquí? –le pregunto porque me pondría nerviosa si me mira mientras cocino
y sentiría presión. Prefiero estar sola y hacerla a mi ritmo.
-No, me voy
al salón.
-Vale, me
queda poco ya.
Amo sale y
al rato me asomo por si necesita algo.
-Antes de
cenar tienes que limpiar las mesas, las dos.
Voy a por
una bayeta despacio arrastrando los pies y como buenamente puedo para no caerme
porque las esposas no me dejan andar en condiciones, parezco un pato mareado
jajaja y las limpio, aparto la cena de Amo en un plato grande y la mía en uno
más pequeño. No sé cómo habrá salido ni si era lo que Amo esperaba pero oye,
ganas le he puesto y no pocas. Preparo tenedor, servilleta y pido permiso para
servir. Primero saco sus cosas y después las mías, me pongo de rodillas y
comenzamos a cenar. Me preocupaba cómo estuviese de sal (que yo soy muy salá),
si estaba bueno, si me había quedado bien, si se quedaría con hambre… Amo me
dice que le gusta, eso me relaja y tranquiliza de golpe. Para ser mi primera
vez no ha estado mal 😊 Hablamos como en una cena normal, creía que ni siquiera me
iba a dirigir la palabra o que la cena iba a ser más “seria”, tratándome peor o
incluso con algo de humillación referente a la cena, no sé yo me entiendo… por
suerte no lo hizo.
-¿Traigo ya
el postre?
-Sí.
Había
preparado unos vasos de oreo y esto sí que estaba segura que le gustaría.
Terminamos, recojo las cosas y vuelvo
al salón. Reposamos un poco la cena y miramos algunas formas de Shibari que
vamos a poner en práctica después. Amo me ordena quitarme las esposas, el
mandil, la falda, los tacones y las medias y sentarme en el suelo con la pierna
izquierda flexionada quedando el muslo y gemelo casi pegados. Comienza a atarme
despacio, con paciencia, apretando las cuerdas para que quede marca, las siento
en mi piel, cada vez más fuertes, la mano de Amo me roza sigilosamente el sexo
mientras pasa una cuerda por debajo de mi pierna…me excito...
-¿Te gusta
que te ate? –dice con una sonrisa perversa.
-Sí –
respondo de la misma manera.
Cuando
termina de inmovilizarme completamente de una pierna va a la otra haciendo
exactamente lo mismo. Una vez que termina Amo aprovecha la postura y va a por
el súper Hitachi (ya lo he bautizado yo así).
-Se te pone
una cara de zorra cuando ves estas cosas.
Sonrío y me
planta el Hitachi en el coño. Madre mía, si el otro era dios este ya ni te
cuento…echo la cabeza hacia atrás y gimo mientras aguanto la dulce tortura de
Amo. Me desplazo por el suelo hasta colocarme frente a la mesa y me tumbo, Amo
me ata las piernas a las patas de la mesa y me sigue torturando con el vibrador,
me contraigo, me estremezco, sonrío…
-Mírala como
se ríe, si te gusta putita. ¿Quieres seguir?
Le asiento y me remuevo por el suelo,
gimo del intenso placer que me regala, cierro las piernas (hasta donde me
permiten las ataduras) y ese detalle Amo ya se sabe que nanai asique coge una
silla, la planta entre mis piernas y me las ata a las patas de la silla
quedando abierta y expuesta donde me sigue torturando con el vibrador.
Al rato me
lo da a mí y me deleito yo sola con él llegando al orgasmo un par de veces. Amo
va a la cocina pero no le miro ya que tengo los ojos cerrados por el inmenso
placer y cuando vuelve algo punzante se clava en mi cuerpo, identifico un
palillo y Amo me lo clava por todo el cuerpo, por las tetas y pezones, se
sienta en la silla a contemplar la escena, me tapo la cara de placer y de zorra
que tengo que tener porque sé que me mira y tiene el móvil, no sé si me está
grabando… le miro y su mirada está fija en mí, le mantengo la mirada mientras
muerdo mi labio, sonrío y Amo me da tres hostias seguidas.
-A ver si
paras de reírte ya - dice enfadado
La risa se
me corta de golpe, me río del mismo placer que me da y porque me hace algo de
cosquillas, no por otra cosa, los ojos se me llenan de lágrimas por la regañina
y porque las hostias siempre me producen esa reacción que controlo por suerte y
donde sigo tapándome la cara para que no me vea. Con sus piernas sujeta las
mías para que no las cierre y después pone un pie encima de mi barriga para imposibilitarme
el movimiento.
-¿Te gusta
perrita? ¿Quieres seguir?
Le asiento a
ambas preguntas mientras le miro a los ojos.
-¿Sí? Pues
disfrútalo. Abre las piernas, póntelo bien y no me enfades si no quieres que te
lo ponga yo.
Sigo
explayándome, mi cuerpo tiembla y Amo me niega el orgasmo.
-No vayas a
correrte eh –me dice con la mirada traviesa y perversa y la comisura de la boca
torcida y algo sonriente.
Joder, no
por favor. Me lo corto y concentro para no correrme. Amo va a por algo que temo
cuando lo veo (ya me dijo que lo iba a hacer), se acerca a mí, mete las manos
por debajo del sujetador y tira y aprieta de los pezones que están duros y
tiesos, au como duele, los tengo sensibles por la regla y me duelen de más…Coge
una funda de un cojín alargada y bastante grande o eso me pareció a mí, me besa
y cuando hace el amago de ponérmela le suplico:
-No –niego
con la cabeza mirándole a los ojos.
-Estoy aquí
contigo –me tranquiliza y me la pone en la cabeza ocluyéndomela entera.
Automáticamente
agarro su mano y no la suelto, le aprieto los dedos con fuerza, necesito
sentirlo cerca, no puedo quedarme sola o me agobiaré, cierro los ojos para
concentrarme, los abro y me agobio al verme tapada, encerrada, mi respiración
se agita y se vuelve rápida y fuerte, estoy a punto de decirle que me la quite porque
estoy entrando en ansiedad aunque el ver algo de luz tras la funda hace que me agobie menos. Sé que ÉL me está
evaluando.
-Concéntrate
en el Hitachi.
Le hago caso
y con los ojos cerrados de nuevo me concentro únicamente en mi coño, en buscar
mi orgasmo para no pensar en nada más, Amo me besa por encima de la funda, la
baja un poco más, suelta mi mano aunque lo siento cerca de mí y con el palillo
me dibuja <PUTA> entre las dos tetas y <JOTA> en la barriga hacia
abajo (las marcas molan por cierto) jeje, duele un poquito pero al estar tan
concentrada en el Hitachi el dolor del palillo es secundario, lo disfruto, me
gusta y la funda pasa desapercibida aunque no se me olvida que la tengo puesta,
la tengo presente todo el rato y sobre todo atenta a Amo para que no me deje
sola. Ni siquiera soy consciente de que tengo las manos libres y que me la
podría quitar yo en caso de emergencia (esto lo pienso ahora, en frío). Pasado
un rato me la quita.
-¿Estás
bien?
Le asiento
mirando a un punto fijo sin mantener contacto visual con ÉL. Mi respiración se
vuelve rápida, estoy agitada de nuevo. Sé que a pesar de que no le miro ÉL me
está observando para ver si estoy bien. Apago el Hitachi y Amo comienza a
desatarme.
-Respira y
relájate mientras. Y yo que pensaba que te iba a dar un jamacuco. Eres una
campeona.
Le sonrío
sin fuerzas y poco a poco me voy relajando…volviendo a mí ser, recuperando mi
respiración…tranquilizándome…
-¿Estas
llorando?
-No.
Creo que se
me había saltado alguna lagrima pero yo no lloré, quizás me salieron solas sin
darme cuenta o mismamente de la tortura del Hitachi y el placer. Me levanta del
suelo, me besa y le abrazo. Bebo agua y quito la ropa que me queda, sujetador y
camiseta. Permanezco quieta y Amo me azota con un cable, el dolor es
insoportable, ni yo misma sé decir cómo es, tampoco supe decírselo a Amo en la
sesión, no puedo explicarlo, no encuentro la palabra exacta. Me quejo, grito, levanto
la pierna del dolor…no lo aguanto. Me apoyo en la silla con el culo expuesto y
me azota con la mano, ya la echaba de menos jeje. Me calibra ya que aún tengo
marcas de la anterior sesión y algo de dolor. La quemadura fue dura y he
necesitado dos semanas mínimo de curación. Me golpea bastante fuerte y me los
da seguidos, en algunos de ellos mi cuerpo reacciona echándose a un lado y mi
boca no para de quejarse, incluso me salen gritos y Amo me tapa la boca y me
manda callar. Empiezo a llorar ¿qué me pasa? ¿En serio? Me duelen de más, no sé
si es porque realmente me los está dando como nunca me ha dado de fuerte o
porque estoy sensible y no los aguanto pero aun así decido no parar, apoyo la
cabeza en el respaldo de la silla, algún que otro golpe me da en el hueso de la
curcusilla y me hacen un daño descomunal, levanto la pierna y chillo.
-¿De quién
es este cuerpo? –me susurra al oído tirándome del pelo.
-Tuyo –digo
entre lágrimas.
-¿Mío? ¿Sí?
¿Para hacerte todo lo que quiera?
-Sí…
Me tira del
pelo obligándome a darme la vuelta y a agacharme para comérsela, de rodillas le
desabrocho el pantalón y bajo los calzoncillos. Cuando se la he preparado me
lleva hacia el sofá, me apoyo, quito el tanga y me folla por el culo. Siento
dolor porque no llega bien y voy a ponerme los tacones para mejor acceso. Me
clavo en la polla de Amo, ya no hay dolor, ahora solo placer. Me azota, me
araña la espalda, me tira del collar y del pelo. Vamos a la mesa redonda para
estar más cómodos, me empotra duro y azota. Ahora en otro sofá, me coloco de
rodillas y bajo la cabeza todo lo que puedo para mejor acceso y me sigue
follando con dureza, las embestidas se vuelven rápidas y fuertes hasta tal
punto que toco a Amo en la mano para pararle. Nos levantamos y recuperamos la
respiración.
-¿Quieres
seguir?
Le sonrío como
respuesta de que sí.
-Lo que
quieras –le digo tímida.
Pues ale, a
follar otra vez. Volvemos a la mesa redonda donde vuelve a penetrarme, intercalando
embestidas rápidas y duras y algunas más suaves dándonos un respiro.
-Madre mía
como estás, que apretadita me encanta.
Me entrega
el súper Hitachi.
-Vamos a
darte doble placer - dice sin sacarla de dentro de mí.
Me explayo
con el loco vibrador mientras Amo sigue follándome, mis gemidos cada vez son
más sonoros, me tira del pelo y araña mi espalda, uf. (A ver cuando me dejas a
mí hacerte eso MÍ Amo, sin represalias después😝 ) Jiji. Coge la pala de pinchos y me
golpea duramente con ella, y al igual que antes, me duelen demasiado, me da en
la entrepierna y muslo y me quejo, chillo y grito. Mi cuerpo comienza a temblar
como en la anterior sesión, se me agolpan los recuerdos y miro mi pierna por si
me he corrido, la tengo algo manchada y mojada pero no sé exactamente si era
corrida.
-¿Estás
bien?
Asiento a
Amo mientras intento recuperar mi respiración, estoy algo débil, puta regla…
Voy hacia el baño a lavar el Hitachi y lavarme yo. Cuando salgo Amo me está
esperando en el sofá con la colcha y fumándose un cigarro, ordena quitarme los
zapatos y la diadema y sentarme a su lado. Me tumbo en su pecho y me arropa y
yo a ÉL. El corazón de Amo late rápido y escucho sus latidos durante un rato
hasta que poco a poco se va relajando. Acaricia mi cabeza mientras tanto.
-¿Estás
cómoda en el pecho de Amo?
-Sí –le contesto
con una sonrisa tímida.
Me tumbo en
la barriga, justo delante tengo la polla de Amo llamándome y varias veces
pienso en atacarla, pero no lo hago porque no tengo orden, aunque le conozco y
sabía que me lo iba a decir. Tras la orden la agarro, la chupo, beso, entre
jadeos la masturbo con boca, lengua y mano y lo hago como le gusta para que
disfrute.
-Pero
pequeña, ¿qué me estás haciendo? –dice jadeando.
Sonrío sin
que me vea, sé que le está gustando y me enorgullece. Termina en mi boca y
trago cuando me lo dice.
-Máquina.
Cuando te doy unos azotes te activas más. Vamos a tener que quedar más por el
bien común –y me besa.
Jajaja
cuando quieras Mi Amo😊Cuando ya hemos entrado en calor probamos una atadura en el
suelo, me ata los pies con la barra separadora reforzándolo con bridas y
después los ata a unos tubos que permanecían en dos sofás. La atadura me pone
que flipas y la postura es muy útil para hacer muuuuchas cosas. Amo aprovecha
mis palabras y va a por el súper Hitachi que me tortura durante un rato. La
próxima más y mejor, y creo que con cera en mi coño 😊
GRACIAS MI
AMO.
Daira.
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