jueves, 18 de octubre de 2018

Cena para Amo.

Dos semanas interminables, entre medias de ellas Amo me prepara para la siguiente sesión: prepararle una cena, me encargaré de cocinar y servir y para ello necesitaré un vestido de maid o parecido, pido permiso para poder hacer uno a mi manera y me lo concede. La semana se me hace dura, me rallo e incluso llego a agobiarme y saturarme, parecerá una tontería pero yo nunca he cocinado nada que no sea tortillas, hamburguesas, etc. vamos que no tengo ni idea pero prefiero hacerle algo más elaborado, ya que me pongo ¡me pongo bien! Por lo que para mí esto es un reto. Pido ayuda a alguna que otra amiga y miro recetas por Internet, todo me parece demasiado difícil…Puf quedan pocos días y tengo miles de recetas pero ninguna clara. Lo único que tengo claro es el postre y el picoteo para que coma mientras preparo la cena. Al final después de darle miles de vueltas a la cabeza me decanto por pollo a la carbonara, la pizza le gusta asique imagino y espero que esto también. Bien, ya tengo la cena asique me pongo con el traje; decido ponerme el uniforme oficial de sesiones(falda de cuero, camiseta de topos, medias y zapatos de tacón, negro todo, y elijo hacerme un mandil, más casero imposible pero oye creo que al final no quedó tan mal…prefiero hacerlo yo a comprarlo asique compro tela blanca, botones negros y encaje, de lo demás tenía y me pongo a hacerlo, medidas por aquí (que es un poco difícil medirse a sí misma) , medidas por allí, corto por aquí, corto por allá, pego con la pistola de silicona (que me quemo encima) porque coser como que no…jajaja y ya hecho el mandil lo decoro un poco: pongo cuatro botones arriba y en el bolsillo pongo <JOTA> con cinta de raso de estas de hacer lazos y demás. Me decoro una diadema negra con encaje blanco y bordeo la falda por abajo también. Ansío el día ya, necesito que llegue para dejar de rallarme y preocuparme si la haré bien, si le gustará, soy tan perfeccionista que necesito que salga todo perfecto o me disgustaré y decepcionaré a mí misma. Para colmo el mismo día de la sesión me baja la regla, yo y mi suerte, eso hace que este más sensible en todos los sentidos, se lo digo a Amo ya que me preocupa que no podamos hacer sesión pero a pesar de que tenemos que obviar algunas cosas la sesión no se suspende ¡Bieeen! Estoy nerviosa, muuuy nerviosa.
Cuando me encuentro con Amo me siento algo más tranquila, siempre me relaja verlo y hablar con ÉL antes de la sesión. Me enseña el nuevo juguetito: el súper Hitachi que no se acaba nunca ya que va a la luz, dios miooo que grande y que potencia tiene, eso hay que probarlo como dios manda. Mientras hablamos le enseño mi modelito y me voy vistiendo mientras prepara cosas para meterse a la ducha.
-Que monilla estás.
Le sonrío y una vez lista voy a la cocina a preparar para que cuando salga tenga listo el picoteo. ¡Sumichef en acción! Preparo algo sencillo: unas tostas con queso de untar, una loncha de jamón y un tomate cherry por encima. Lo meto en la nevera para que no lo vea porque sé que tarde o temprano va a venir jajaja y comienzo a cortar el pollo en trozos y echar la sal para no perder tiempo. Preparo dos sartenes porque a mí la cena no me gusta asique yo me haré solo el pollo por otro lado. Amo pasa y me mira de arriba abajo. Le miro avergonzada y va al salón a preparar lo que falta.
-Cuando estés ya sentado me dices porfa.
Me asomo dos o tres veces para ver si ya está sentado, le saco el plato de picoteo para la espera y le sirvo un vaso de agua. Había preparado las dos mesas, la grande y la pequeña y sabía de sobra que la grande era para ÉL y la pequeña para mí para cenar de rodillas. Al rato va hacia la cocina de nuevo con las esposas. (Me había dicho de ponérmelas mientras hacía la cena y a ambos se nos había olvidado)
-¿Pero pequeña y no me dices nada? – y me las pone en los tobillos.
-Ala es verdad, no me he acordado te lo prometo.
Vuelve al salón y sigo haciendo la cena, miro la chuletilla para comprobar que no se me olvida ningún paso ni ningún ingrediente ¡bien, voy bien! De las ganas que le pongo a hacerla me lo paso hasta bien y todo y más sabiendo que cocino para Amo. Al rato vuelve a pasar a dejar lo que le ha sobrado del picoteo, me abraza por detrás…
-No sé si voy a dejarte que termines de cocinar – me dice al oído y sonrío.
Me doy la vuelta y nos besamos.
-¿Te vas a quedar aquí? –le pregunto porque me pondría nerviosa si me mira mientras cocino y sentiría presión. Prefiero estar sola y hacerla a mi ritmo.
-No, me voy al salón.
-Vale, me queda poco ya.
Amo sale y al rato me asomo por si necesita algo.
-Antes de cenar tienes que limpiar las mesas, las dos.
Voy a por una bayeta despacio arrastrando los pies y como buenamente puedo para no caerme porque las esposas no me dejan andar en condiciones, parezco un pato mareado jajaja y las limpio, aparto la cena de Amo en un plato grande y la mía en uno más pequeño. No sé cómo habrá salido ni si era lo que Amo esperaba pero oye, ganas le he puesto y no pocas. Preparo tenedor, servilleta y pido permiso para servir. Primero saco sus cosas y después las mías, me pongo de rodillas y comenzamos a cenar. Me preocupaba cómo estuviese de sal (que yo soy muy salá), si estaba bueno, si me había quedado bien, si se quedaría con hambre… Amo me dice que le gusta, eso me relaja y tranquiliza de golpe. Para ser mi primera vez no ha estado mal 😊 Hablamos como en una cena normal, creía que ni siquiera me iba a dirigir la palabra o que la cena iba a ser más “seria”, tratándome peor o incluso con algo de humillación referente a la cena, no sé yo me entiendo… por suerte no lo hizo.
-¿Traigo ya el postre?
-Sí.
Había preparado unos vasos de oreo y esto sí que estaba segura que le gustaría.
Terminamos, recojo las cosas y vuelvo al salón. Reposamos un poco la cena y miramos algunas formas de Shibari que vamos a poner en práctica después. Amo me ordena quitarme las esposas, el mandil, la falda, los tacones y las medias y sentarme en el suelo con la pierna izquierda flexionada quedando el muslo y gemelo casi pegados. Comienza a atarme despacio, con paciencia, apretando las cuerdas para que quede marca, las siento en mi piel, cada vez más fuertes, la mano de Amo me roza sigilosamente el sexo mientras pasa una cuerda por debajo de mi pierna…me excito...
-¿Te gusta que te ate? –dice con una sonrisa perversa.
-Sí – respondo de la misma manera.
Cuando termina de inmovilizarme completamente de una pierna va a la otra haciendo exactamente lo mismo. Una vez que termina Amo aprovecha la postura y va a por el súper Hitachi (ya lo he bautizado yo así).
-Se te pone una cara de zorra cuando ves estas cosas.
Sonrío y me planta el Hitachi en el coño. Madre mía, si el otro era dios este ya ni te cuento…echo la cabeza hacia atrás y gimo mientras aguanto la dulce tortura de Amo. Me desplazo por el suelo hasta colocarme frente a la mesa y me tumbo, Amo me ata las piernas a las patas de la mesa y me sigue torturando con el vibrador, me contraigo, me estremezco, sonrío…
-Mírala como se ríe, si te gusta putita. ¿Quieres seguir?
Le asiento y me remuevo por el suelo, gimo del intenso placer que me regala, cierro las piernas (hasta donde me permiten las ataduras) y ese detalle Amo ya se sabe que nanai asique coge una silla, la planta entre mis piernas y me las ata a las patas de la silla quedando abierta y expuesta donde me sigue torturando con el vibrador.
Al rato me lo da a mí y me deleito yo sola con él llegando al orgasmo un par de veces. Amo va a la cocina pero no le miro ya que tengo los ojos cerrados por el inmenso placer y cuando vuelve algo punzante se clava en mi cuerpo, identifico un palillo y Amo me lo clava por todo el cuerpo, por las tetas y pezones, se sienta en la silla a contemplar la escena, me tapo la cara de placer y de zorra que tengo que tener porque sé que me mira y tiene el móvil, no sé si me está grabando… le miro y su mirada está fija en mí, le mantengo la mirada mientras muerdo mi labio, sonrío y Amo me da tres hostias seguidas.
-A ver si paras de reírte ya - dice enfadado
La risa se me corta de golpe, me río del mismo placer que me da y porque me hace algo de cosquillas, no por otra cosa, los ojos se me llenan de lágrimas por la regañina y porque las hostias siempre me producen esa reacción que controlo por suerte y donde sigo tapándome la cara para que no me vea. Con sus piernas sujeta las mías para que no las cierre y después pone un pie encima de mi barriga para imposibilitarme el movimiento.
-¿Te gusta perrita? ¿Quieres seguir?
Le asiento a ambas preguntas mientras le miro a los ojos.
-¿Sí? Pues disfrútalo. Abre las piernas, póntelo bien y no me enfades si no quieres que te lo ponga yo.
Sigo explayándome, mi cuerpo tiembla y Amo me niega el orgasmo.
-No vayas a correrte eh –me dice con la mirada traviesa y perversa y la comisura de la boca torcida y algo sonriente.
Joder, no por favor. Me lo corto y concentro para no correrme. Amo va a por algo que temo cuando lo veo (ya me dijo que lo iba a hacer), se acerca a mí, mete las manos por debajo del sujetador y tira y aprieta de los pezones que están duros y tiesos, au como duele, los tengo sensibles por la regla y me duelen de más…Coge una funda de un cojín alargada y bastante grande o eso me pareció a mí, me besa y cuando hace el amago de ponérmela le suplico:
-No –niego con la cabeza mirándole a los ojos.
-Estoy aquí contigo –me tranquiliza y me la pone en la cabeza ocluyéndomela entera.
Automáticamente agarro su mano y no la suelto, le aprieto los dedos con fuerza, necesito sentirlo cerca, no puedo quedarme sola o me agobiaré, cierro los ojos para concentrarme, los abro y me agobio al verme tapada, encerrada, mi respiración se agita y se vuelve rápida y fuerte, estoy a punto de decirle que me la quite porque estoy entrando en ansiedad aunque el ver algo de luz tras la funda hace que me agobie menos. Sé que ÉL me está evaluando.
-Concéntrate en el Hitachi.
Le hago caso y con los ojos cerrados de nuevo me concentro únicamente en mi coño, en buscar mi orgasmo para no pensar en nada más, Amo me besa por encima de la funda, la baja un poco más, suelta mi mano aunque lo siento cerca de mí y con el palillo me dibuja <PUTA> entre las dos tetas y <JOTA> en la barriga hacia abajo (las marcas molan por cierto) jeje, duele un poquito pero al estar tan concentrada en el Hitachi el dolor del palillo es secundario, lo disfruto, me gusta y la funda pasa desapercibida aunque no se me olvida que la tengo puesta, la tengo presente todo el rato y sobre todo atenta a Amo para que no me deje sola. Ni siquiera soy consciente de que tengo las manos libres y que me la podría quitar yo en caso de emergencia (esto lo pienso ahora, en frío). Pasado un rato me la quita.
-¿Estás bien?
Le asiento mirando a un punto fijo sin mantener contacto visual con ÉL. Mi respiración se vuelve rápida, estoy agitada de nuevo. Sé que a pesar de que no le miro ÉL me está observando para ver si estoy bien. Apago el Hitachi y Amo comienza a desatarme.
-Respira y relájate mientras. Y yo que pensaba que te iba a dar un jamacuco. Eres una campeona.
Le sonrío sin fuerzas y poco a poco me voy relajando…volviendo a mí ser, recuperando mi respiración…tranquilizándome…
-¿Estas llorando?
-No.
Creo que se me había saltado alguna lagrima pero yo no lloré, quizás me salieron solas sin darme cuenta o mismamente de la tortura del Hitachi y el placer. Me levanta del suelo, me besa y le abrazo. Bebo agua y quito la ropa que me queda, sujetador y camiseta. Permanezco quieta y Amo me azota con un cable, el dolor es insoportable, ni yo misma sé decir cómo es, tampoco supe decírselo a Amo en la sesión, no puedo explicarlo, no encuentro la palabra exacta. Me quejo, grito, levanto la pierna del dolor…no lo aguanto. Me apoyo en la silla con el culo expuesto y me azota con la mano, ya la echaba de menos jeje. Me calibra ya que aún tengo marcas de la anterior sesión y algo de dolor. La quemadura fue dura y he necesitado dos semanas mínimo de curación. Me golpea bastante fuerte y me los da seguidos, en algunos de ellos mi cuerpo reacciona echándose a un lado y mi boca no para de quejarse, incluso me salen gritos y Amo me tapa la boca y me manda callar. Empiezo a llorar ¿qué me pasa? ¿En serio? Me duelen de más, no sé si es porque realmente me los está dando como nunca me ha dado de fuerte o porque estoy sensible y no los aguanto pero aun así decido no parar, apoyo la cabeza en el respaldo de la silla, algún que otro golpe me da en el hueso de la curcusilla y me hacen un daño descomunal, levanto la pierna y chillo.
-¿De quién es este cuerpo? –me susurra al oído tirándome del pelo.
-Tuyo –digo entre lágrimas.
-¿Mío? ¿Sí? ¿Para hacerte todo lo que quiera?
-Sí…
Me tira del pelo obligándome a darme la vuelta y a agacharme para comérsela, de rodillas le desabrocho el pantalón y bajo los calzoncillos. Cuando se la he preparado me lleva hacia el sofá, me apoyo, quito el tanga y me folla por el culo. Siento dolor porque no llega bien y voy a ponerme los tacones para mejor acceso. Me clavo en la polla de Amo, ya no hay dolor, ahora solo placer. Me azota, me araña la espalda, me tira del collar y del pelo. Vamos a la mesa redonda para estar más cómodos, me empotra duro y azota. Ahora en otro sofá, me coloco de rodillas y bajo la cabeza todo lo que puedo para mejor acceso y me sigue follando con dureza, las embestidas se vuelven rápidas y fuertes hasta tal punto que toco a Amo en la mano para pararle. Nos levantamos y recuperamos la respiración.
-¿Quieres seguir?
Le sonrío como respuesta de que sí.
-Lo que quieras –le digo tímida.
Pues ale, a follar otra vez. Volvemos a la mesa redonda donde vuelve a penetrarme, intercalando embestidas rápidas y duras y algunas más suaves dándonos un respiro.
-Madre mía como estás, que apretadita me encanta.
Me entrega el súper Hitachi.
-Vamos a darte doble placer - dice sin sacarla de dentro de mí.
Me explayo con el loco vibrador mientras Amo sigue follándome, mis gemidos cada vez son más sonoros, me tira del pelo y araña mi espalda, uf. (A ver cuando me dejas a mí hacerte eso MÍ Amo, sin represalias después😝 ) Jiji. Coge la pala de pinchos y me golpea duramente con ella, y al igual que antes, me duelen demasiado, me da en la entrepierna y muslo y me quejo, chillo y grito. Mi cuerpo comienza a temblar como en la anterior sesión, se me agolpan los recuerdos y miro mi pierna por si me he corrido, la tengo algo manchada y mojada pero no sé exactamente si era corrida.
-¿Estás bien?
Asiento a Amo mientras intento recuperar mi respiración, estoy algo débil, puta regla… Voy hacia el baño a lavar el Hitachi y lavarme yo. Cuando salgo Amo me está esperando en el sofá con la colcha y fumándose un cigarro, ordena quitarme los zapatos y la diadema y sentarme a su lado. Me tumbo en su pecho y me arropa y yo a ÉL. El corazón de Amo late rápido y escucho sus latidos durante un rato hasta que poco a poco se va relajando. Acaricia mi cabeza mientras tanto.
-¿Estás cómoda en el pecho de Amo?
-Sí –le contesto con una sonrisa tímida.
Me tumbo en la barriga, justo delante tengo la polla de Amo llamándome y varias veces pienso en atacarla, pero no lo hago porque no tengo orden, aunque le conozco y sabía que me lo iba a decir. Tras la orden la agarro, la chupo, beso, entre jadeos la masturbo con boca, lengua y mano y lo hago como le gusta para que disfrute.
-Pero pequeña, ¿qué me estás haciendo? –dice jadeando.
Sonrío sin que me vea, sé que le está gustando y me enorgullece. Termina en mi boca y trago cuando me lo dice.
-Máquina. Cuando te doy unos azotes te activas más. Vamos a tener que quedar más por el bien común –y me besa.
Jajaja cuando quieras Mi Amo😊Cuando ya hemos entrado en calor probamos una atadura en el suelo, me ata los pies con la barra separadora reforzándolo con bridas y después los ata a unos tubos que permanecían en dos sofás. La atadura me pone que flipas y la postura es muy útil para hacer muuuuchas cosas. Amo aprovecha mis palabras y va a por el súper Hitachi que me tortura durante un rato. La próxima más y mejor, y creo que con cera en mi coño 😊

GRACIAS MI AMO.

Daira.




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