Hoy estoy
muy nerviosa, más de lo que estaba últimamente. Las dos sesiones anteriores a
la 10 ª sabÃa que iban a ser duras y no sé por dónde va a salir Jota. Recibo
orden de entrada y paso. Inicio con los preparativos que yo misma he elegido:
sujetador rojo, medias por encima de la rodilla negra, collar, zapatos y labios
rojos. La única orden que tenÃa era no llevar bragas. Expreso deseo del Señor.
-Me gusta –
dice Jota al verme mientras me da una vuelta
Se sienta en
el sofá y ordena tumbarme en su regazo boca abajo, con la cabeza ladeada para
verme y apoyada en un cojÃn para estar más cómoda. Me regala el primer azote en
la nalga derecha, no duele y por supuesto quiero y espero más. Prosigue con los
azotes intercalando nalgas, centro y rozando la entrepierna. Mientras me
golpea, Jota me saca conversación de diversos temas, igual que hizo en otra sesión y esta vez no me sorprendo tanto ya que sé que lo hace para distraerme. Y se
agradece. Disfruto de los azotes, de cómo me colorea la piel, de los
comentarios, propuestas y tentaciones que hace Jota y sonrÃo pillina.
-¿Cuántas
veces te tengo que decir que no se rÃe? – me regaña enfurecido.
Me asesta
seis azotes fuertes y consecutivos, duros, inaguantables e insoportables, no
reacciono, se me hacen eternos, la poca respiración que tengo es entrecortada,
me duelen mucho y me pongo la mano en el culo para detenerlo pero me la quita y
continúa. Estoy a punto de pedirle que pare pero por suerte lo hace ÉL y rebaja
la intensidad. Me agarra y tira del pelo.
-No me he
reÃdo – me defiendo.
La impotencia
y rabia viven en mis entrañas, tengo ganas de llorar pero me contengo y
rápidamente me recupero y sigo disfrutando de los demás azotes. Sé que no me he
reÃdo, simplemente sonrÃo con picardÃa en señal de orgullo y aprobación ante lo
que me dice. Vuelco mi atención en distintos pensamientos para evadirme de lo
que me rodea. Toca mi sexo, se chupa los dedos y hace una mueca de no estar
satisfecho.
-¿Estás
bien?
-SÃ.
- No los voy
contando pero ya hemos tenido que pasar los 300 azotes fijÃsimo –me informa- ya
has superado tu récord.
SonrÃo
tÃmidamente, cualquiera se rÃe… Me arde todo, culo y sexo, el calor sube por mi
cuerpo y me noto húmeda. Reconozco que tengo el culo dolorido pero aguanto.
-Tienes que
estar caliente, lo noto hasta yo.
Jota se
inclina un poco para verse los pantalones.
-Serás puta-
afirma burlón.
Sospecho que
le he mojado los pantalones y miro curiosa. Efectivamente. Me contengo la risa
pero no puedo. Por suerte Jota me da “permiso” para que lo haga. Me excitan
demasiado los azotes y me di cuenta hace bastantes sesiones, dirÃa que
prácticamente desde la 2ª, la más dura para mÃ… hasta ahora…
Vuelve a
chuparse los dedos seguidamente de tocarme.
-Ahora si
estás lista.
¿Lista para
qué? ¿Acaso no estaba lo bastante húmeda ya? No sé…Descansamos y se preocupa
por mi estado. Acaricia suave las nalgas para aliviar y da un beso tierno. Estoy
bien, tanto que sin duda sé que podrÃa seguir, lujo indescriptible para Jota
que sin pensárselo me vuelve a poner boca abajo y me concede más golpes. Una vez
satisfecho Jota para y tras volver a preocuparse y ver que el pantalón ha
aumentado de mancha y en ambas piernas me ordena quitarme los zapatos y ponerme
de pie en el sofá. Sé lo que viene😊 Me abro de piernas y me coge en
volandas sobre sus hombros quedando abierta y expuesta sobre su boca. Apoyada
en la pared y Jota sujetándome comienza con mi sexo. A pesar de la fuerza de
Jota nos damos cuenta que no era tan fácil como creÃamos y finalizamos con esa
práctica. ¡Jo, habrá que volver a intentarlo!
-Tendré que
seguir en la cama.
Jota me
lleva a la habitación enganchada como un monillo y en el borde de la cama me
tumba boca arriba. Ha preparado en ésta otro colchón encima del somier,
quedando las patas de éste boca arriba y en las delanteras cuelgan las esposas
dobles moradas.
-Yo no sé
qué me pasa últimamente contigo –me dice.
Y sin
necesidad de lubricación, ya que estoy totalmente preparada y ÉL también, me penetra suave y poco a poco acelera ritmo
e intensidad. Me sube las piernas hasta sus hombros, me lleva las manos por
debajo de éstas y me pone las esposas para que no pueda moverme, estoy
indefensa total.
-Ahora me
toca el postre – cuchichea en mi oÃdo.
Va directo a
mi sexo y lo devora. Me pone una almohada en la cabeza para estar más alta y
verme la cara, bueno y yo a ÉL 😊 Durante un rato se entretiene y yo me divierto con su
lengua mientras observo su cara y nuestras miradas se encuentran.
Me quita las
esposas, me besa y me deslizo hacia arriba para llegar a las patas donde se
encuentran las esposas moradas. Me ata las manos con éstas y me abre las
piernas justo hasta las otras patas quedando en postura de cruz. Me desabrocha
el sujetador y lo coloca por detrás de la cabeza ya que no puede quitármelo.
Espero mientras Jota busca algo, me chupa los pezones y coloca las pezoneras.
Hace otra búsqueda y observo que es el flogger.
-¿Y esa
cara?
SonrÃo. SÃ,
me ha pillado con mi cara de “no tÃo” y temor a la vez. Sé lo que tiene entre
manos y me golpea en los pechos, me duele pero nada que no sea inaguantable.
Coge el Hitachi.
-Quiero
verte temblar – me susurra
Y tiemblo,
aunque no literalmente todavÃa, si no de lo que me viene encima. Va a comenzar
mi tortura y para mi sorpresa lo coloca directo en mi sexo apoyado sobre algo
que no recuerdo bien para tener sus manos libres y mientras poder golpearme en
las pezoneras. Tengo los pezones duros y tiesos y me duelen cada vez más los
golpes. Me concentro en el Hitachi y me muevo al ritmo del vibrador buscando mi
placer, pero por suerte lo puedo controlar y me concedo pequeños descansos
cuando ya no puedo más. Jota se percata, me quita las pezoneras y vuelve a
chuparme los pezones para aliviar. Ya la hemos liado.
-Eso es
trampa – me dice- Córrete para mÃ.
Y lo coge y
pone directo sobre mà clÃtoris. Me tortura como ÉL sabe y le encanta verme. Me
retuerzo y tiemblo literal sobre la cama, tiro de las esposas, me encuentro con
la almohada por encima de mi cabeza e inconscientemente me escondo en ella.
Miro a Jota y ÉL me mira divertido, está disfrutando de verme y torturarme asÃ
y se deleita. Cierro las piernas involuntariamente y como no, Jota me obliga a
abrirlas. En mi segundo orgasmo para el vibrador, me da un beso, me libera de
las esposas, me quito el sujetador y vuelve a llevar su lengua a mi sensible y
delicado clÃtoris. La siento más que antes y hasta Jota se da cuenta por mis
gemidos y movimientos.
-Que
sensible está ¿no?
Aun
temblando por la dulce tortura, sonrÃo. Se da un festÃn con mi sexo y gimo, me
arqueo, me corro. Me azota en la entrepierna esporádica mente. Jota mete dedos
en mi interior para buscar mi punto G una vez más. Supongo que aprovecha al
tenerlo tan sensible 😊 Un rato después me toca solo y únicamente con un dedo y lo
pasea por todo mi sexo, clÃtoris y el “botón” llegando a alcanzar otro orgasmo.
-No creas
que te vas a librar.
Me da sus
dedos para chupar mi flujo y se tumba a mi lado persistente repitiendo lo
mismo, dándose un festÃn de movimientos rápidos y precisos sobre todo mi sexo y
clÃtoris. Muerde mi cuello entre susurro. Jadeo, gimo y me dejo ir.
-Hoy te has
portado muy bien- musita.
Jota me besa
varias veces apasionadamente mientras sus manos me hacen tocar el techo de
placer.
-Madre mÃa
como estás – me dice al tocarme el sexo
Estoy empapada.
Tiemblo y le doy rienda suelta al orgasmo. Señor finaliza y nos abrazamos. Me
informa de que tengo el culo rojo y me miro al espejo para corroborarlo. Descansamos
entre mimitos, cosquillas, piropos, risas, caricias y cuando me creo que la
sesión ha acabado viene Jota y te sorprende…
-¿Y esas
manos que hacen que se levanten las cosas?
Me hace una
señal y automáticamente viajo hacia su pene, le acaricio los testÃculos al
unÃsono de mi lengua. Mira la escena reflejada en el espejo.
-Que
espaldita te hace esta postura.
Quiero mirar
pero no me apetece dejar de chupar. Se sienta en la cama y encimo de ÉL me
acomodo y la introduzco con gusto en mi interior. Jota me ayuda a subir y bajar
y nos miramos morbosos. Me muerdo el labio y Jota me aprieta y tira fuerte de
los pezones, tanto que no puedo ni mover el son de mis caderas del mismÃsimo
dolor.
-Me voy a
correr en tu cara – me informa.
Asiento y
sonrÃo con la comisura de la boca. Me levanto, Jota se va al borde de la cama y
me ordena que me ponga boca arriba, colgando mi cabeza por el borde me mete su
pene en mi boca. A pesar de lo incómoda que es la postura la disfruto durante
el rato que me permite Jota. Me pongo cómoda y vuelvo a ponerme en posición
boca arriba y éste retoma la penetración vaginal. Duro, suave, duro, suave,
combina movimientos, ritmo e intensidad. Me incorporo y pongo de rodillas en el
suelo para comérsela. Me dan arcadas por la garganta profunda que me obliga a
hacer. Vuelvo a la cama. Me ordena chuparme un dedo y tocarme a mà misma
mientras ÉL me embiste.
-Madre mÃa
como estás, estás ardiendo.
Le dedico
una de mis sonrisitas tÃpicas picaronas y seguimos. Piernas en su hombro,
rodeándole la cintura, abiertas, gemidos y orgasmos se hacen partÃcipes del
espectáculo.
-Me encanta
verte asÃ.
No sé si se
refiere en esa postura o verme disfrutando. Posiblemente las dos cosas. Toco mi
clÃtoris rápido y con fuerza para obedecer y contentar a Jota. Se inclina hacia
mà y me vuelve a besar. Ambos sonreÃmos. Me aprieta de nuevo los pezones fuerte
y le miro con cara de dolor. Me pone el Hitachi en la barriga con picardÃa para
que lo coja y me lo poso en el sexo con entusiasmo. Escupe saliva y sé que es
para humedecer el ano. Jota intenta penetrarme pero noto mucho dolor e
inmediatamente para. El dolor es intenso y perdura durante unos largos segundos
pero para evadirme de ese sÃntoma me coloco el Hitachi de nuevo 😊
-MÃrala y se
lo vuelve a poner –dice bromeando- Lo tienes rojito.
Nos reÃmos y
le aseguro que me duele pero no me puedo permitir desperdiciar esa tortura
gustosa por un simple dolor que confiaba en que desapareciera pronto. Jota
sigue por la vagina.
Señor se
dirige al lateral de la cama y me ordena comérsela mientras me toco con el
Hitachi. Algo totalmente imposible por mi parte pero lo hago como puedo. Empuja
para hacerme garganta profunda. Introduce un dedo en mi culo otorgándome triple
placer para mi solita.
-Trae, que
no te lo tomas en serio.
Me lo quita
enfadado y me lo pone ÉL. Ahora sà que es imposible. Hago todo lo que puedo
para concentrarme y no pensar en ello. La inercia me vuelve a jugar una mala
pasada y me obliga a cerrar las piernas, detalle que por supuesto Jota no pasa
por alto y me las abre ÉL mismo con enfado. Me da bofetones y vuelve a darme el
Hitachi para que siga yo pero bajo su supervisión. Le acaricio los testÃculos,
le redondeo el glande y se la chupo de arriba abajo. Se me cansa el brazo y me
atrevo a concederme unos segundos pero Jota se apiada de mà y me lo apaga para
ya de paso darse el gusto de culminar en mi boca.
-Gracias, lo
necesitaba –me dice.
Ahora sà doy
ya por finalizada la sesión, la cual pensaba que iba a ser más dura de lo que
ha sido. Volvemos a descansar entre abrazos y mimos mientras mi respiración se
acompasa a la suya. Me pregunta si estoy bien y le afirmo.
Me preparo,
y muy seriamente para la siguiente, la cual sé que no va a ser para nada
parecida a esta…ni posiblemente a ninguna.
Daira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario