jueves, 7 de marzo de 2019

Preparando y dibujando mi cuerpo...


Ha pasado un mes desde la última sesión, joder que rápido pasa el tiempo. En estas semanas Amo y yo nos hemos visto un par de veces nada más, pero fueron días geniales y diferentes a lo que normalmente suelen ser. Uno fue de relax viendo pelis y el otro tocaba sesión aunque al final no la hicimos. Fuimos a pasear y le prepare a Amo la cena con mi mandil, ropa interior debajo, medias y tacones 😎 Bebí agua del bebedero por primera vez, creía que me iba a costar más hacerlo pero al final no es tan difícil, me gustó y más al saber que a Amo le encanta verme así y en la siguiente comeré también, eso ya lo veo más complicado. Dentro de poco tendré una sesión demasiado fuerte según me dijo Amo por lo que esta será para prepararme.
Mis semanas cada vez son más duras por motivos personales, estoy atravesando una etapa difícil para mí y será bastante larga…Mi ánimo es bastante bajo, estoy sensible, susceptible y la preocupación no se separa de mí. Necesito más apoyo y ánimo que nunca… Psicológicamente no me encuentro bien y no sé cómo gestionaré la sesión físicamente tampoco. Temo que me repercuta.
Hace mucho tiempo pensé en darle una sorpresa a Amo haciéndome un sujetador y tanga con chinchetas pero al final entre unas cosas y otras digamos que no me “decidía” a hacerlo. Curiosamente, después de la última sesión Amo me dice que me prepare un conjunto de ropa interior con chinchetas. Joder, flipo con la conexión que tenemos jajaja. Al ser una orden, me impulsa más a hacerlo y lo preparo con más ganas. Una vez hecho me lo pruebo, joder que manía tengo yo con las chinchetas… ais 🤤Amo me dijo que la llevara puesta desde casa.

Estoy nerviosa por la sesión. Esa misma mañana preparo a mi cerebro, él es quien me hace fuerte y hunde a la vez, según se le antoje. Por la tarde me doy un paseo con una amiga, me vendrá bien para despejarme y cuando vuelvo comienzo con mis preparativos: me pongo la ropa interior, uf, al rato ya tengo la zona bastante roja y dolorida, sobre todo las tetas me molestan bastante. Cuando me bajo del bus y me encuentro con Amo le expongo mi dolor, pero bueno en el fondo me gusta. Ir por la calle y comprar con eso puesto da su morbo oye. Tras el permiso de entrada y demás, intento hablar con Amo pero me da un bajón y soy incapaz. Amo me anima, me da un beso en la frente y me deja sola para que me relaje. Se va a la ducha y espero que termine. Después acudo a su llamada y le atiendo a lo que me pide. Luego se viste.
-Para tu alegría hoy me voy a poner camisa.
Le sonrío, sabe que me gusta. Se echa perfume y el baño coge un aroma fabuloso. Me encanta como huele. Después me preparo yo. Me desnudo quedándome con la ropa interior clavándose sobre mis partes, me pongo medias por encima de las rodillas, orejitas y cola anal. Esta vez me tocaba ir de gatita 🐱 Aunque las orejitas eran de tigre porque a Amo le gustaron. Bendito carnaval, cuando buscas te encuentras de todo jajaja. Voy a preparar la cena mientras Amo prepara para la sesión. Improvisa en la puerta del salón con una escalera arriba y cuerda para fijarla y unirla a la puerta para darle seguridad, ahí practicaremos suspensión. Entre medias de eso, Amo va a la cocina y me ordena ponerme una pinza en la lengua. En cuestión de segundos empiezo a babear como una perra, me gotea por mi cuerpo y pongo la vitro bonita también jajaja. Me encanta 😊 Alterno cena con cotillear a lo que hace Amo. Preparo mis cuencos, el de agua y el de la comida. Cuando la cena está lista la preparo en un plato y saco todo lo necesario. Amo espera en el sofá viendo la tele. Me arrodillo y aparto en mi cuenco cena. 
Empezamos a cenar, me resulta difícil, incómodo y vergonzoso al ser la primera vez que lo hacía. Poco a poco me voy acostumbrando y me gusta ver la cara de satisfacción de Amo cuando lo hago, voy acercando la comida a mi boca con la lengua hasta que dejo el cuenco vacío ya que si me dejaba algo me regañaba. Después bebo agua del bebedero, aquí ya si me he acostumbrado
-¿Qué quieres comer de postre? –me tienta cuando acabamos de cenar.
-Polla –le miro y sonrío sin un ápice de vergüenza.
Me acerco hasta Amo y como mi postre. A Amo le gusta cómo me he conjuntado hoy, con la ropa interior de chinchetas, las medias y las orejas y me halaga diciéndome que me queda muy bien el negro.
-¿Tenías hambre o qué? Madre mía. Gatita. Hoy vamos a agrandar ese culo.
Le miro provocadora y le sonrío. Me retira la polla y me besa. Me ordena ir al baño a lavar el dildo y cuando regreso al salón Amo no está, asique dejo el consolador en la mesa y aguardo en posición de espera.
-Buena chica –me dice cuando vuelve alborotándome el pelo.
Me indica que suba a la mesa a cuatro patas, me quita la cola anal y mete el dildo despacio, me chupa el culo aunque ya lo tenía lubricado por la colita. Los fluidos de mi coño gotean en la mesa. Me entrega el Hitachi para divertirme mientras Amo saca y mete el dildo de mi culo. Al rato lo saca para ser ahora su polla la que entre y salga de mí, para ello me bajo de la mesa y apoyo mis brazos en esta. Con la ventosa del dildo pegada en el ya ardiente cristal, Amo me ordena chuparlo. Con el Hitachi en el coño, la polla en el culo y el dildo en la boca formamos un trío perfecto mientras me miro con deseo en el cristal de la puerta del balcón. Mis gemidos y temblores también participan en ello.
-Joder que gusto –gimotea Amo mientras acaricia suave y lentamente mi espalda.
Amo ahora se sienta en el sofá y yo frente a ÉL arrodillada se la como mientras sigo con el Hitachi buscando mi siguiente orgasmo.
-Disfruta que pronto se te acaba la diversión.
La polla entra y sale de mí boca, la saboreo, redondeo, disfruto, la hago mía y así es mi forma de “torturar” a Amo.
-Pequeña, ¿quieres leche? Que parece que la buscas – me dice cuando lamo las zonas por donde siente más placer.
Le miro y sonrío provocándole. Amo culmina en mi boca y después trago y limpio hasta la última gota. Voy a lavar la cola, el Hitachi y el dildo y cuando salgo me ordena desnudarme dejando únicamente las medias. Me entra un alivio al quitarme la ropa interior ya que estoy un poco dolorida por las chinchetas. El coño está rojito, mezclado por el doble placer de chinchetas e Hitachi fusionando así de nuevo el placer y el dolor.
-Qué bonito- dice Amo señalándolo.
En la mesa descansan la fusta de doma (que por supuesto resoplo cuando la veo y Amo me dice que ahí está mi amiga) ratán, goma, vara y pinzas de la ropa.
Me coloco en medio del salón y Amo me habla:
-Hoy el rojo está presente pero intentaremos que lo más lejos posible.
En ese momento siento presión por si en lugar de tenerlo lejos lo tengo más cerca que nunca o aguanto para que no lo esté y pasar límites que no debo.
Amo me coloca por la cintura la goma de los zapatos y la sube hasta las tetas a la altura de los pezones, me la aprieta, la tensa y la destensa con ganas golpeándome ésta por los pezones y en el pecho donde siento un fuerte dolor y llevo mi mano automáticamente a él, chillo y me corta la respiración. Parece como si el corazón dejase de latir. Son golpes secos y contundentes, como si de una vara se tratara pero más finita. Como siempre mis ojos están cerrados para mejor concentración, de esta forma tampoco veo cuando me va a golpear. 
Me da siete veces por el cuerpo que se convierten en diez al ser impar por las piernas y coño. Resoplo, inspiro y expiro. Me doy la vuelta dando la espalda a Amo con las manos delante. Me azota con lo que identifico de inmediato: ratán.
-Como me habías pedido marcas con el ratán…
Le miro sin entender nada, le había pedido marcas similares a las que tuve con la vara. Bueno en verdad marcas van a ser, qué más da con qué😝 Me golpea incontablemente con él, poco a poco va dibujando mi culo también. Mis ojos empiezan a llorar, ya llevaban tiempo conteniéndose. Coge la fusta y la hace silbar en el aire y después me golpea con ella por el culo, por las piernas, entrepierna, espalda, tetas, barriga y coño. Alterna fusta, goma y ratán. Mi llanto no apacigua, se hace más fuerte en cada nuevo golpe que recibo. Elijo llenar el silencio de la noche con mis chillidos y gritos. Amo me acaricia la cabeza y me abraza por detrás tranquilizándome.
-¿Estás bien? -Le asiento débilmente-. :-No te extralimites Daira.
Me toco y compruebo mi humedad. Me doy la vuelta, ahora le toca a la parte delantera. Amo sigue haciendo lo mismo con todos los objetos. Pongo las manos atrás y la barbilla arriba mientras recibo golpe tras golpe. Pataleo, chillo, grito, lloro. Mi boca tiembla del imparable llanto, similar a cuando haces pucheros.
-No puedo –espeto llorando y negando con la cabeza. Amo me abraza.
-Si puedes, lo estás haciendo muy bien. Tú eres una guerrera y puedes con todo.
Me ordena de rodillas y pregunta si quiero seguir. Al ver que dudo me dice que seguimos. Bebo agua para recomponerme y continuamos tras decirle a Amo que sí puedo seguir. Con la goma sigue coloreando mi cuerpo y ahora también me da por el culo. En el coño, piernas y pezones me hace muchísimo daño. En la barriga los aguanto.

Con el ratán me sigue azotando, me da consecutivos. Me tira del pelo. Me animo mentalmente a mí misma “Aguanta Daira”. Mi cuerpo se ladea cuando me da en la entrepierna, coño, muslos y pezones. Éstos me los tapo después del golpe como mecanismo de defensa. Me acaricia el culo y la espalda. El culo me arde, me alivio con mi mano y en el coño igual. Mi cuerpo tiembla y lo que segundos antes era todo calor, ahora se convierte en una bajada de temperatura. Mi cuerpo acoge un estado de frialdad y mi piel se eriza. La fusta se divierte por mi cuerpo golpeándome seguidas veces. Pataleo y respiro. Me ordena abrir los ojos aunque por poco tiempo, ya que se me cierran impulsivamente. Me doy la vuelta varias veces para recibir tanto por delante como por detrás. Ahora seguimos por la parte delantera, por la que no aguanto nada. Mis lágrimas no denotan rendirme.
-Hay que trabajar esta parte. A ver esos abdominales.
Contraigo la barriga y zas, me golpea. Me pone pinzas en los pezones. Amo las ha aflojado un poco para que no me centre solo en eso. Me las quita a fustazos. De nuevo de espaldas seguimos con el ratán, meto el culo hacia dentro esperando el golpe que nunca llega y cuando me relajo me golpea. Chillo y Amo me tapa la boca.
-¿Estás bien? ¿Puedes seguir?
Le asiento con duda ya que no sé cuánto más. Amo me dice que hemos conseguido una poquita sangre. Eso me anima aunque no dejo de llorar. De frente de nuevo y con el ratán en el coño y mi cuerpo.
-Respira y no te desconcentres. Ya sabes que es todo mental. Venga que estas aguantando mucho.
Unos nuevos golpes en los pezones y coño son mi detonante para decirle a Amo que pare. No he parado de llorar en ningún momento. Cada vez se hacía mas desconsolado.
-Ya no más por favor- le digo con voz suplicante.
Amo deja el ratán en la mesa y me ordena arrodillarme. Me abrazo a su pierna fuerte y voy calmando mi imparable llanto. Me levanta y abraza. Me consuela, sintiendo esa sensación de calma que reconforta.
-Lo siento –le digo apoyada en su pecho.
-No pasa nada Daira, tranquila. Estoy muy orgulloso de ti. Has aguantado mucho.
-No – lloro y le abrazo más fuerte.
-Sí. Llora y expulsa tensiones.
Necesitaba desahogarme. Han sido muchas emociones juntas. Poco a poco me voy calmando.
-¿Quieres parar del todo o hacemos Shibari?
-Hacemos Shibari.
-Que zorra eres –y se ríe.
Le devuelvo el gesto. Una vez que me entono procedemos a practicar con las recién llegadas cuerdas de yute y simulamos algunas suspensiones. Entre el roce con Amo y las cuerdas no dejo de estar excitada. Tengo los pezones y el cuerpo sensibilizado y cualquier roce de la cuerda y de Amo me hacen daño, me raspa y escuece.
-Bonita –me susurra.
Al rato finalizamos, me visto, descansamos en el sofá y la noche concluye con otra mamada.


GRACIAS MI AMO.
Daira.


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