Las
vacaciones se complican, vuelvo antes de lo esperado y la mala racha por la que
estoy pasando no cesa, todo lo contrario, se complica. Lo único bueno de todo
esto es que veré a Amo antes de lo que esperaba. Quedamos el viernes para
practicar Shibari con otras dos parejas de D/s, todo guay, me excitaba el
sentirme atada, notar cada cuerda que pasaba por mi cuerpo, y eso que era
encima de la ropa…a la vista está que me gustó.
Hoy es martes,
toca sesión y aquí voy en el bus accesible para Amo, con falda y sin bragas y
más húmeda que nada…no me quiero ni imaginar lo que tendrá entre manos. Sorprendentemente no transpiro ni una gota de nervios. Como siempre voy a recoger a Amo al
trabajo, espero a que se vaya la clienta molesta y le sigo hacia la parte
oculta de la tienda, nos abrazamos, me toca el coño y comprueba mi humedad, me
quita el bolso, lo cuelga por donde pilla y me ordena subirme la falda y colocarme
a cuatro patas en la única silla visible que hay alrededor para inmediatamente y
sin necesidad de lubricación metérmela y embestirme rápido, fuerte y tirar de
mi pelo. La tienda sigue abierta y mi única “preocupación” es que alguien entre
y nos oigan gimiendo, aunque en el fondo lo deseaba. Me bajo de la silla y
coloco la falda.
-Que ganas
tenía ya de follarte, no aguantaba más...estaba deseando… es verte y…
Jajaja aiiiii
mi Amo, si tú supieses lo que me encanta ponerte cachondo 😝
-Quería
comprobar que habías cumplido lo que te había dicho –refiriéndose a ir sin
bragas.
¿Cuándo he
desobedecido yo? –le digo provocándole.
-¿Tú?, nunca.
Nos vamos al
McDonald como de costumbre a cenar y mi humedad es más que patente.
-Estoy que
chorreo- le digo a Amo que se ríe de inmediato.
Nos sentamos
a cenar y antes de que ni siquiera pueda beber agua, me entrega con sigilo un
plug anal de silicona.
-Ves al baño
a lavarlo y te lo pones aquí.
Con ánimo
voy a lavarlo y me siento en la mesa que con algo de disimulo y mirando hacia
la mesa que tenemos al lado con gente lo introduzco por mi vagina mientras
ambos nos miramos y sonreímos provocadores. Mi excitación y consecuente humedad
no se hace esperar, estoy literalmente empapada.
-¡Bien!
–dice Amo cuando se lo digo. Como siempre, se ha salido con la suya.
Al terminar
de cenar me lo retiro y voy al baño a lavarlo, la idea era llevarlo por la
calle pero se me salía en cuanto me movía porque es demasiado pequeño para la
vagina.
Llegamos a
su casa, como siempre hasta que no me da orden no paso, charlamos, se fuma su
porro y saca la bolsa con todos los objetos que iba a necesitar, entre ellas la
que iba a ser protagonista de la noche, la pala nueva que había hecho a mano
Amo para mí con chinchetas para provocarme sangre, yo se lo había pedido y ÉL
encantado de provocármela. Me ordena subirme la falda y azota mis nalgas con la
mano efímeramente para ir calentando la zona, después coge la pala y me azota
varias veces para probarla e ir llamando y agilizando a la sangre. Dios, esta
duele más que la lengüincheta pero quiero más.
-Primero
cuerdas, después te voy a putear y luego la sangre –me susurra.
Vale, voy
canalizando los detalles y me pongo el collar, antes de la sesión tenía que
cortarle el pelo a Amo. Nunca había cortado el pelo a nadie y me preocupaba
hacerle un estropicio y castigarme por ello, no me lo podría perdonar a mí
misma si eso pasase. Se sienta en la silla de espaldas a mí, me da la
maquinilla y explica cómo hacerlo, no tiene dificultad la verdad pero ese
“temor” está ahí. Inicio a cortarle el pelo y merodea por mis piernas hasta
llegar a mi vagina donde mete y saca dedos una y otra vez despacio…el calor
brota por todo mi cuerpo…
-Madre mía,
así es imposible Amo…
Termino la
parte de atrás de la cabeza y se da la vuelta, quedando frente a mí, se chupa
los dedos y vuelve a hurgarme por mis partes bajas…
-Madre mía
si estas empapada, mira –me dice señalando con la vista a su paquete más que
empalmado y me da dedos para chupar.
Me toca, me
toca más, acelera el movimiento de los dedos, me agarro a su cabeza para
disfrutar, el pelo está más que cortado ya pero sigo pasando la maquinilla por
la cabeza como si fuese a atrapar más pelos...
-¿Parece que
alguien lo está alargando aposta no?
-Noooo, para
nada Amo –le digo irónica.
Nos reímos.
-¿De quién
eres?
-Tuya.
-Preciosa
–me dice y nos besamos.
Bueno, no sé
pero yo creo que al final no ha quedado del todo mal 😉 Recojo los pelos del suelo mientras
Amo entra a la ducha y espero a que salga, no tenía ninguna orden de ropa, me
había dicho que con la que llevara puesta era suficiente asique cuando sale del
baño me quito la ropa y me coloco delante del armario cargado de libros y me
ordena coger su móvil para poner música, ya que me lo permite elijo la que a mí
me gusta, me vendrá bien para concentrarme. Me tumbo bocarriba en la mesa,
brazos estirados, apoyados en ésta y pegados a ras de mi cuerpo, y con la
cuerda empieza a atarme a la mesa, despacio…con cautela y paciencia va pasando
la cuerda por debajo de la mesa y alineándola sobre mi pecho y brazos, miro a
Amo expectante, curiosa, observando todo lo que hace y moviéndose de lado a
lado según requería el momento y se iba desarrollando la sesión. Después con
las piernas abiertas hasta los picos de la mesa ata ambos tobillos a éstos
quedando totalmente inmovilizada y abierta y comprueba que la cuerda no me
aprieta demasiado y puedo mover los pies.
-¿Bien?
¿Estás cómoda?
-La verdad
que sí.
Estaba claro
que la escena me excita, cuerda…atada...una mesa…inmovilizada… me gustaba el
tacto y la sensación de las cuerdas apretadas sobre mi cuerpo aunque picaba un
poco. Coge las pezoneras, me chupa los pezones que enseguida se ponen duros y
tiesos y las coloca en éstos, me excito aún más…chupa mi cuello suave…me hace
cosquillas y sonrío a la vez que mi excitación está cada vez más por las nubes.
Las cuerdas ya han pasado, queda el puteo y la sangre…voy eliminando los
detalles que me había dado al principio…sinceramente estoy deseando que llegue
la sangre, pero antes me queda pasar bastante tortura. El telonero de la noche
es el flogger y con el que Amo inicia los golpes por todo mi cuerpo, en las
tetas me duelen más por las pezoneras pero lo soporto y en el coño tengo la
mezcla de siempre, dolor y cosquillas…será posible… ¿por qué siempre me hace
cosquillas? Indudablemente tengo que reír y aunque me muerdo el labio para
disimular, Amo se da cuenta.
-Mírala y se
ríe.
Vuelvo a
disimular… otra cosa que nunca entiendo es que me pique todo cuando estoy
atada, joder…me pica la nariz y no me puedo rascar asique me concentro en los
golpes para olvidar el picor que persiste bastante tiempo…se me va y vuelve y
me remuevo como puedo para rozarme con el brazo o con lo que pueda…vaya mal
rato de verdad…
Amo coge el
látigo del amor (un instrumento improvisado, fabricado y bautizado así por ÉL
con chinches en la punta para hacer sangre y que tengo inmensas ganas de
probarlo sobre mis nalgas) mi cuerpo se paraliza de pensar que me va a golpear
con él en la parte delantera aunque como todo me produce curiosidad y ganas…me
pone un antifaz, me quita las pezoneras y una de ellas me la coloca en el coño…
me preparo para recibir el látigo y el primer golpe va directo sobre las
costillas, frunzo el ceño y muerdo el labio (siempre mezclando señas de dolor y
placer)…Amo me quita el antifaz para verme la cara y mis reacciones. Deja caer
varias veces el látigo sobre todo mi cuerpo, dando sin exclusividad en mi coño
por el que me retuerzo de dolor y donde siento aun más las chinches clavadas. Me
deslizo hacia arriba un poco para que cuelgue mi cabeza y Amo se coloca detrás
de mí con su polla apareciendo con sigilo delante de mi cara… la posición tan
sumamente incómoda no me permite llegar bien a su polla, aunque consigo darle
algún que otro lametazo, asique le chupo los testículos. Después se coloca a mi
lado supongo y espero que para darme mejor acceso pero tampoco surte mucho
efecto, me cuesta bastante llegar, alzo la cabeza, la busco, la encuentro y la
chupo, la vuelvo a perder…joder que puta tortura…y mientras Amo mete y saca
dedos en mi interior con fuerza e intensidad.
-¿No puedes
cogerla eh?
Ya empezamos
con el cachondeo…aun así no desisto y sigo intentando meterla en mi boca… algún
que otro intento salió satisfactorio. Amo vuelve a posicionarse detrás de mí,
me ordena abrir la boca y me escupe sobre ésta que traga gustosamente la saliva
de Amo. Va hacia mi coño y me lo come con ganas, como sabe que me gusta y mete
dedos a la vez, hasta el fondo…estimulando mi punto G…mis gemidos acallan la
música que ahora solo permanece como un eco en el salón. Le miro, está
concentrado pero en cuanto sabe que le miro me mira, con esa cara de vicio que
me gusta verle mientras me da placer.
Amo se
pierde por el pasillo y mientras respiro, vuelvo a la normalidad aunque solo
por escasos minutos…que digo minutos…ni UN solo minuto tarda cuando de repente
aparece con el Hitachi y lo deja en la mesa entre mis piernas…mi cara de “no me
jodas” no se puede ocultar (no sé si se dio cuenta, seguro que sí) y me preparo
para otro rato de tortura.
Como era de
esperar me planta el vibrador en mi clítoris a una velocidad “normal” que poco
a poco va subiendo, intercala dedos…lengua…explosión de placer la que siento,
me retuerzo, gimo, intento “escapar”, cierro mis piernas y como era de esperar
el detalle que Amo odia…
-Abre las
putas piernas –dice enfurecido y con rabia mientras me golpea fuertemente con
la mano en mi pierna izquierda.
Mi rabia e
impotencia quiere hacerse notar como de costumbre por mis ojos que los contengo
como puedo, ladeando la cabeza para que Amo no se dé cuenta y por suerte solo
dejo que se liberen dos lágrimas por ojo...rápidamente se me pasa.
-Estás
indefensa total ¿eh?
Ignoro su
comentario… en verdad me da morbo sentirme así.
-¿Te vas a
correr para tu dueño?
Asiento y sigue
intercalando dedos, boca e Hitachi, siento algo nuevo dentro de mí que roza mi
clítoris suavemente y no son dedos…
-¿Te gusta?
Le asiento,
pero cierto es que es muy suave…era un accesorio de esos que vienen con el
Hitachi y que nunca habíamos probado…prefiero el vibrador tal cual es, que si
no pierde su esencia jajaja. Lo para y se dedica con la boca donde minutos
después me corro y Amo para.
-¿Estás
bien? –me pregunta y se coloca cara a cara conmigo.
Únicamente
le asiento…
-Háblame
–insiste
-Sí Amo – le
miro mientras le hablo para tranquilizarle.
Se dirige
hacia la cocina y aparece con la pala de madera en la mano.
-¿Cuántas
veces tenías que azotarte con la pala en la instrucción?
Aunque en la
instrucción no me decía exactamente con el objeto que tenía que azotarme en el
coño (yo lo iba a hacer con pala igualmente) le contesto sabiendo a lo que se
refiere.
-Veinte y
luego treinta.
(Me la modificó,
aunque la revisé después y eran 40 jajaja, ups!)
Amo me dice
que va a darme 20 e inicia con los azotes en el coño, algunos fuertes y otro
más “suaves” que no me provocan mucha reacción… Amo cuenta en voz alta los
primeros golpes y después mentalmente los voy contando yo no vaya a ser que me
pregunte…mi cara muestra dolor en cada uno de los impactos, el calor sube, mi
cuerpo reacciona retorciéndose y mi boca quejándose, gritando y gruñendo. Mi
mano inconscientemente tapa mi coño, supongo que protegiéndolo pero Amo me
regaña y la aparto de inmediato. Ya van 15…aguanta Daira, queda poco…
-Ya solo quedan
los cinco últimos –me informa
Me da el
16º…
-Mírame- me
dice mientras impacta la pala en mi coño.
Le miro y
pienso que me va a dar los cuatro restantes seguidos por lo que cierro los
ojos, respiro y me preparo…pero no, me los da con un escaso descanso…lo que
viene siendo un segundo vaya… Por fin finiquita la tanda de azotes con la
pala…. Pero esto no acaba aquí no…ahora coge la vara y me la coloca recta
chocándome y apretándome bajo mi cuello y llegando hasta mi coño.
-Esto sirve
para que estés cómoda.
La deja
quieta en mi cuerpo durante unos minutos, se me clava en lo que viene siendo la
nuez y echo la cabeza hacia atrás para evitarlo…me la quita y me azota con el
palo por el cuerpo…por el coño….doy grititos y me elevo…por los
pezones…diooooos como duele joder…
Vuelve a
coger el Hitachi y mi cara ya no hace falta que la cuente… lo plasma de nuevo sobre
mi ardiente e hinchado clítoris y coño y me vuelve a torturar durante minutos.
-¿Te gusta
lo que te hace tu dueño?
-Siempre –le
contesto mirándole a los ojos con sonrisita incluida.
Sus manos
ahora optan por el cinturón…madre mía no doy crédito… mi cuerpo está dolorido y
para mí el cinturón es algo temido, hostil…no se me olvida la sesión 10 y esos
infinitos golpes…
-Me encanta
el cinturón. Yo te lo pondría así –me lo coloca en la frente como si fuese a
atarlo en la mesa y después lo mismo pero en el collar...sintiendo algo de
asfixia…pero me lo quita… ¿Por qué no lo hace?...lo de la asfixia sabe que es
un límite, ¿pero y en la frente?...quizá era una prueba para ver mi reacción…no
lo sé…
-Estaba
probando a ver qué objetos te excitaban más y veo que todos…estás chorreando.
Me azota
duramente por toooooodo el cuerpo, como ha estado haciendo con los demás
objetos… pezones, barriga, coño, piernas… y ahora añade los pies…joder joder
joder como duelen los golpes en los pies…los contraigo para protegerlos y los
apoyo en la mesa para aliviar y relajar pero los cuelgo de nuevo para no hacer
enfadar a Amo. Deja el cinturón…
-¿Estás
bien?
-Sí –y le
sonrío como siempre.
Me entrega
el Hitachi para que me toque yo misma mientras ÉL me va desatando y “así me
entretengo”, me deja durante un rato así y mueve y cambia la mesa de posición
para dar mejor acceso a su polla en mi vagina…me la mete despacio, entra que da
gusto…y mientras me sigo dando un festín con el Hitachi…me corro…uf.
-Madre mía –susurro.
El Hitachi
se para y Amo me ordena seguir con la mano, me sigo tocando hasta que cambia y
la penetra por el culo…escupe para mejorar la entrada y evitar dolor…me folla
tal cual estoy bocarriba.
-Joder que
bien entra, que suave…puf madre mía –dice Amo.
Después me
pongo de lado, tapo mi cara mientras disfruto y agarro con fuerza la toalla que
permanece debajo de mí. Bajo de la mesa y apoyo manos y cabeza en ésta exponiendo
mi culo para que Amo lo penetre, me azota mientras tanto…esta posición
analmente hablando nunca la habíamos hecho y descubro que me gusta mucho más
que ninguna...mi cuerpo empieza a temblar y me corro sintiendo como cae al
suelo… la multitud de azotes, objetos, sensaciones me han dejado al límite a
pesar de ya haberme corrido anteriormente, este ha sido más intenso, es la
primera vez que consigo correrme por penetración y para mi aun mayor sorpresa,
analmente y sin nada de tocamiento en el clítoris.
-¿Qué te
pasa que te tiembla todo? –me dice pervertido.
Pues eso,
que exploté mi Amo… Un rato después me incorporo y temblando aun voy hacia el
sofá, me apoyo tal cual estaba en la mesa y Amo me vuelve a penetrar por
detrás…me clavo la madera en el pecho asique hago fuerza y lo levanto para no
hacerme daño.
-Mira a la
izquierda.
El balcón
cae justo hacia ese lado por eso mismo me dice de mirar…no sabe ná…bueno si
sabe…y es que me gusta…me da morbo. Después vamos hacia la habitación pero
antes bebo agua para recomponerme un poco y recuperar líquidos, estaba sedienta
jajaja. En la habitación me coloco a cuatro patas en la cama, como a Amo le
gusta, me penetra por detrás y minutos después le pido parar porque me duele
asique volvemos al salón y a la posición anterior pero ahora con la pierna
levantada y apoyada en la mesa, posición que me duele también y me incomoda y
por lo que Amo decide parar. Me ordena coger un cojín, el cenicero y dirigirme
hacia el balcón mientras se coge un cigarro y el mechero, se sienta en una hamaca
blanca típica de piscinas, se enciende el cigarro y de rodillas delante de ÉL
meto su polla en mi boca.
-Me estoy
aficionando a que me la comas aquí. Me encanta como me la comes.
Todo me
motiva y me provoca morbo...cada comentario de Amo, las voces de fondo de la
gente que hay en las terrazas y en la calle…las ventanas con y sin luz que hay
a mi derecha de los bloques del piso de al lado y las cuales miro provocadora a
ver si alguien está asomado o pretende hacerlo en algún momento…estaba claro
que nos veían perfectamente.
-¿Quieres
cenar otra vez?
Le asiento,
tengo la boca demasiado ocupada como para hablar y Amo se deja llevar en mi
boca, siento el semen fluir sobre mi paladar y lo trago poco a poco para poder
degustarlo más rato. Me toca el coño y me da dedos para chuparme. Se levanta y
apoya en los barrotes del balcón y se la como un rato de nuevo…quería probar
que tal así. También le gusta…como no.
-¿Qué viene
ahora? –me provoca.
-La sangre
–le digo con ánimo.
Por fin
llega el momento más ansiado de la noche para mí, preparamos una toalla en el
suelo por si chorrea para que no manche y un cojín en la mesa para apoyarme.
Culo expuesto y Amo da comienzo con la pala de chinches.
-¿Quieres
que dé como yo quiero?
Pienso…pienso…no
sé realmente que decir, duele bastante y quiero aguantar todo lo posible…como
me ve indecisa y pensativa Amo decide dar más o menos normal para probar.
-Te voy a
poner el culo que te vas a acordar de mí mañana, pasado, al otro…-susurra en mi
oído.
Siempre me
acuerdo de ti Amo. Los golpes duelen mogollón especialmente en la parte de
debajo de las nalgas, cada vez que me azota ahí mi cuerpo se echa a un lado
como respuesta y mi pierna se dobla, respiro, inspiro y vuelvo a mi sitio. Voy
sintiendo las chinches clavadas en mi piel, una por una y cómo la sangre
caliente empieza a brotar. Dios, me encanta. Amo me echa una foto y me la
enseña, tengo el culo lleno de sangre.
-¿Sabes que
puedes parar cuando quieras no?
-Sí.
Pero no
quiero parar aun, quiero más…necesito más. Cada golpe nuevo agrava e
intensifica mi dolor pero aguanto, como siempre, intento no ser yo la que
detenga la práctica. Amo me vuelve a enseñar otra foto, el culo aún más lleno
de sangre, no me puede gustar más…
-Alaaa – le
digo a Amo sorprendida y encantada.
Amo decide
parar porque le ha parecido que se me ha abierto la carne, va a la cocina y
vuelve con un barreño con agua, toallitas y alcohol…como no. Por suerte lo de
la carne solo había sido sospecha.
-Como mejor
se cura esto es con alcohol –dice cachondeándose.
Lo esparce
sobre ambas nalgas, limpiando con delicadeza y cuidado puntito a puntito sobre la
herida hecha, notando el inmenso escozor en mis sangrientas, calientes y
excitadas nalgas. Siento como si me hirviese la piel, como si siguiese brotando
sangre todo el rato, algo inexplicable pero que me encanta.
-¿Quieres
seguir?
Estoy
indecisa y pensativa, querer quiero pero no sé si puedo, otro golpe más me incrementaría
el dolor por mil y no sé si ya es seguro después de tener tanta herida hecha.
-No hace
falta que sigas si no quieres.
Yo aún sigo
pensando, joder ¿Qué hago? Amo decide parar, me enseña la pala llena de sangre,
joder como mola, me fascina saber que esa sangre es mía y que según me dice Amo
cree que le ha salpicado en su pierna por lo que a ÉL también le encanta. Una
vez que hemos recogido todo me llama, acudo a Amo y me arropa con un abrazo, de
esos que necesito siempre y me dicen y transmiten tantas cosas sin necesidad de
hablar.
-Estoy muy
contento contigo.
No puedo
estar más feliz, más orgullosa… GRACIAS MI AMO por el sin fin de sensaciones,
emociones y sentimientos que me provocas en cada sesión. GRACIAS por siempre
escuchar mis peticiones y cumplirlas y por hacerme descubrir un placer nuevo:
LA SANGRE.
GRACIAS.
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